Caso Fabra
Est¨¢ bien que Zaplana, Camps, Rita y dem¨¢s responsables del partido apoyen a Fabra por presunci¨®n de inocencia. Pero si se demuestra que es un vividor, ?estar¨¢n dispuestos a responder los que ahora conf¨ªan en ¨¦l y le mantienen en el sill¨®n?- Empar Blasco.
Muchos ciudadanos y ciudadanas estamos abochornados e indignados ante el lamentable espect¨¢culo que se nos ofrece: ?C¨®mo es posible que un pol¨ªtico que es objeto de graves acusaciones de actuaciones delictivas en el desempe?o de su cargo, con diligencias abiertas en un juzgado, y del que ha quedado demostrado que ha mentido en la declaraci¨®n de bienes patrimoniales a la que se ven obligados los cargos p¨²blicos... contin¨²e aferrado a su sill¨®n? ?En qu¨¦ tipo de democracia vivimos? ?Qu¨¦ entienden estos se?ores que nos gobiernan por el respeto a la legalidad, y, sobre todo, el respeto a los ciudadanos?
Muchas personas entendemos la pol¨ªtica como una actividad digna y necesaria, que tiene que ver con el intento de administrar lo p¨²blico de la manera m¨¢s justa posible, de poner los medios y la econom¨ªa al servicio de las personas... en definitiva, de lograr una sociedad m¨¢s humana, sostenible y solidaria. Esta forma de entender la actividad pol¨ªtica parece ser que no abunda entre los pol¨ªticos que ahora nos gobiernan. Por desgracia son demasiados los casos en que se confunde lo p¨²blico con lo privado, se incumplen las leyes cuando suponen un estorbo, o se aplican de manera torticera para, bordeando el l¨ªmite de la legalidad favorecer intereses poco confesables, se utiliza el poder para enriquecerse y para beneficiar a los que pueden pagar los favores...
Seguramente a los que ahora nos gobiernan, a los que detentan el poder econ¨®mico y pol¨ªtico, y que, desde luego, velan por seguir manteni¨¦ndolo, les interesa el desprestigio en que est¨¢ sumida la pol¨ªtica, el desapego de la ciudadan¨ªa ante la gesti¨®n de lo p¨²blico, el escepticismo creciente, el "todos son iguales"... que inhibe la participaci¨®n ciudadana y les permite a ellos perpetuarse en el poder.
No se puede entender de otra manera la desverg¨¹enza de la que est¨¢n haciendo gala en el caso Fabra, en el que un m¨ªnimo de higiene pol¨ªtica exigir¨ªa la dimisi¨®n (o la destituci¨®n), y la puesta en marcha de una comisi¨®n de investigaci¨®n que depure las responsabilidades pol¨ªticas, y jur¨ªdicas en su caso.- Marisa Saavedra Mu?oz.
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