Kelly, v¨ªctima de la guerra entre el poder y la prensa
Puede decirse que el cient¨ªfico David Kelly fue v¨ªctima del fuego cruzado mantenido entre el Gobierno brit¨¢nico y la venerable BBC desde el fin de la guerra de Irak a prop¨®sito de la principal justificaci¨®n del conflicto: la amenaza que representaban las hasta ahora inencontradas armas de destrucci¨®n masiva de Sadam Husein.
Kelly, de 58 a?os, se quit¨® la vida el 17 de julio cort¨¢ndose las venas de la mu?eca izquierda. Su cad¨¢ver fue encontrado un d¨ªa m¨¢s tarde en una zona boscosa cerca de su casa en Oxfordshire, al sur de Inglaterra. La explosiva noticia divulgada por la BBC, en la que acus¨® al Gobierno de exagerar la amenaza iraqu¨ª, transform¨® por completo su vida.
La tragedia empez¨® unas semanas antes cuando Kelly se entrevist¨® en un hotel de Londres con el periodista de la BBC Andrew Gilligan, responsable de la informaci¨®n, que fue divulgada el 29 de mayo y atribuida a una fuente an¨®nima. Y se precipit¨® el 10 de julio, cuando el nombre del respetado inspector de armas apareci¨® en tres diarios como fuente de la pol¨¦mica noticia y previa confirmaci¨®n de los portavoces del Ministerio de Defensa, que ten¨ªan la consigna de dar el nombre de Kelly a quien preguntase por ¨¦l. El cient¨ªfico pas¨® en cuesti¨®n de horas del casi anonimato a convertirse en el centro de una pol¨¦mica pol¨ªtica que ha tenido al Gobierno de Tony Blair contra las cuerdas hasta su exoneraci¨®n ayer por el juez Hutton.
Microbi¨®logo y padre de tres hijos, Kelly fue uno de los primeros inspectores de la ONU en viajar a Irak para investigar los arsenales biol¨®gicos. Trabaj¨® para Naciones Unidas entre 1991 y 1999 y en ese tiempo viaj¨® 37 veces a Irak. Posteriormente asesor¨® al Ministerio de Exteriores brit¨¢nico y contribuy¨® a a preparar el informe sobre las armas de destrucci¨®n masiva de Irak -fundamentalmente con datos hist¨®ricos- que el Gobierno de Blair present¨® ante los Comunes en septiembre de 2002.
El veredicto de ayer del juez Hutton es en cierta forma el ¨²ltimo acto de una premonici¨®n que el propio Kelly, con la discreci¨®n que le caracterizaba -ocult¨® a su mujer durante dos a?os que profesaba la fe baha¨ª, una creencia originaria de Ir¨¢n-, formul¨® semanas antes de su muerte: "Cuando Irak invadi¨® Kuwait en agosto de 1990 no me di cuenta de que Sadam Husein iba a dictar los pr¨®ximos diez a?os de mi vida".
El otro protagonista de la historia, el juez Brian Hutton, con fama de escrupuloso e independiente, condujo la investigaci¨®n con una transparencia sin precedentes. Sesiones abiertas al p¨²blico, documentos secretos colgados en Internet e incluso la reconstrucci¨®n de los interrogatorios por actores en televisi¨®n, no desviaron un ¨¢pice al juez de la decisi¨®n que hab¨ªa dejado muy claro antes de empezar: "Ser¨¦ yo quien decida los asuntos que someter¨¦ a investigaci¨®n".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.