P¨¦sima gesti¨®n

El ministro portavoz no consigui¨® despejar ayer el desconcierto sembrado por la orden de regreso dada el jueves a los dos buques de guerra que horas antes hab¨ªan zarpado rumbo a Guinea Ecuatorial. Zaplana se limit¨® a confirmar que se trataba de una visita de cortes¨ªa y que, ante los "malentendidos surgidos", se hab¨ªa decidido aplazarla.

Si era de cortes¨ªa, ?qu¨¦ sentido tiene que la mariner¨ªa no fuera informada del destino y objetivo de un viaje de 45 d¨ªas? Seguramente fue la falta de informaci¨®n lo que suscit¨® la inquietud de los marineros, la cual trascendi¨® a sus familias en la forma de sospecha de que se trataba de una presencia destinada a apoyar al r¨¦gimen dictatorial de Obiang ante rumores de golpe de Estado. Y habr¨ªa sido el propio r¨¦gimen de Malabo quien, a la vista de esa mezcla de noticias y especulaciones, solicit¨® a Madrid que suspendiera la visita.

La oposici¨®n pidi¨® ayer explicaciones. Si hay un cambio de estrategia respecto a Guinea que incluye la presencia de ca?oneras en la zona, el Gobierno debe explicarlo ante el Parlamento. Y si no, debe explicar c¨®mo ha podido gestionarse tan mal este asunto. Guinea es una dictadura corrupta y sanguinaria, encabezada por Teodoro Obiang Nguema desde 1979. Se halla ahora en puertas de unas elecciones legislativas. Ser¨¢n las primeras, tras las presidenciales de 2002 en las que la oposici¨®n en bloque se retir¨® ante la manifiesta falta de condiciones de igualdad impuestas por Obiang. Una misi¨®n en aguas del golfo de Guinea en este momento s¨®lo pod¨ªa dar lugar a los malentendidos de los que habla Zaplana. ?Es un adelanto de la nueva posici¨®n que Espa?a debe ocupar en el mundo, seg¨²n los designios de Aznar? ?Ha asumido el Gobierno alg¨²n compromiso para defender militarmente al dictador?