De 'Mortadelo y Filem¨®n' al DVD
Balance de un a?o del cine espa?ol, que sobrevive a la constantemente anunciada crisis
El cine espa?ol, como tantas otras artes, industrias, gremios, sentimientos y cosas, vive inmerso en un mar de contradicciones. Los profesionales del sector comparten casi un¨¢nimemente una cierta proclividad al lamento. Las cifras m¨¢s o menos objetivas parecen justificarlo y sin embargo el n¨²mero de producciones cinematogr¨¢ficas realizadas en 2003, seg¨²n los datos ofrecidos por el informe anual de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematogr¨¢ficas de Espa?a, alcanz¨® las 126, la cifra m¨¢s alta de la ¨²ltima d¨¦cada. La cuota de mercado -siempre en 2003-, pas¨® del 13,7% del a?o anterior al 16%, y por lo que se refiere al n¨²mero de espectadores de cine nacional que acudieron a las salas de exhibici¨®n en el a?o que acaba de terminar lleg¨® a los 19,5 millones, medio mill¨®n m¨¢s que el a?o precedente aunque lejos a¨²n de los datos de 2001 -el a?o de Los otros y Torrente 2- en el que se superaron los 26 millones de espectadores.
Los derechos de antena son ya la principal fuente de financiaci¨®n de las producciones
De los millones de euros que dej¨® el cine espa?ol en las taquillas durante el pasado a?o, el 77% de la recaudaci¨®n se concentr¨® en s¨®lo 10 pel¨ªculas: La gran aventura de Mortadelo y Filem¨®n, segundo largometraje de Javier Fesser que con sus m¨¢s de 22 millones de euros fue, adem¨¢s, la pel¨ªcula de mayor recaudaci¨®n del a?o, tanto nacional como extranjera (recaud¨® un mill¨®n de euros m¨¢s que Piratas del Caribe, el filme estadounidense que encabeza las pel¨ªculas extranjeras de m¨¢s ¨¦xito). La siguieron D¨ªas de f¨²tbol, de David Serrano; Carmen, de Vicente Aranda; El oro de Mosc¨², de Juan Bonilla; Planta 4?, de Antonio Mercero; Mi vida sin m¨ª, de Isabel Coixet; Te doy mis ojos, de Ic¨ªar Bolla¨ªn; Al sur de Granada, de Fernando Colomo; Torremolinos 73, de Pablo Verger y Soldados de Salamina, de David Trueba. A?adamos a ello el que un documental como La pelota vasca. la piel contra la piedra, de Julio Medem, estrenado tan s¨®lo en el Pa¨ªs Vasco, Barcelona y Madrid, de momento, se situ¨® en el puesto 13 de la lista de filmes m¨¢s taquilleros del a?o, lo que no deja de ser un reconocimiento expl¨ªcito a la ya comprobada habilidad del Gobierno espa?ol, y muy particularmente a su ministra de Cultura en este caso, para promocionar lo indeseado.
Productores, guionistas, realizadores, actores y t¨¦cnicos proponen y la ciudadan¨ªa dispone, y a la vista de sus preferencias y disposici¨®n resulta completamente in¨²til cualquier intento de desentra?ar los criterios seguidos. Comedias y dramas, actuales y de ¨¦poca, ¨®peras primas o de realizadores curtidos, las 10 pel¨ªculas espa?olas m¨¢s taquilleras son un canto al eclecticismo y a la diversidad.
Todo parece indicar que 2004 ser¨¢ nuevamente un buen a?o para el cine nacional, muy vinculado como se puede observar al estreno de filmes de realizadores que gozan habitualmente de un gran n¨²mero de seguidores. Pedro Almod¨®var y Alejandro Amen¨¢bar presentar¨¢n sus nuevas pel¨ªculas, La mala educaci¨®n y Mar adentro, respectivamente. En el caso de Almod¨®var ser¨¢ su 15 largometraje y en ¨¦l narra una compleja historia de amor, amistad y abusos sexuales eclesi¨¢sticos, con ingredientes pr¨®ximos a lo autobiogr¨¢fico y un cierto ajuste de cuentas con los curas responsables oficiales de su educaci¨®n infantil. Amen¨¢bar por su parte relata en su cuarto largometraje la historia real de Ram¨®n Sampedro, un tetrapl¨¦jico que luch¨® durante 25 a?os de su desgraciada existencia por conseguir una muerte voluntaria y digna. Dos pesos pesados, pues, de la cinematograf¨ªa espa?ola en los que est¨¢n puestas buena parte de las esperanzas recaudatorias de la taquilla nacional y de la correspondiente cuota de mercado.
A ellos se suman en este a?o de 2004 el estreno de filmes de una serie de valores ya consagrados como son Carlos Saura y su versi¨®n de los sucesos de Puerto Hurraco, que con el t¨ªtulo de El s¨¦ptimo d¨ªa incorpora en el gui¨®n al escritor Ray Loriga. Lamentablemente el filme no se pudo realizar en la localidad extreme?a donde ocurrieron los sangrientos hechos por una idea tan pedestre como es la de tratar de borrar el recuerdo de los cr¨ªmenes de unos desequilibrados en base a no mostrar ni mencionar el nombre de la localidad en una pel¨ªcula. Algo as¨ª como concluir que ya no va nadie a Boston (EE UU) porque all¨ª actu¨® hace tiempo un estrangulador. Es cierto que tama?a demostraci¨®n de hipersensibilidad no es nueva: Fernando Fern¨¢n G¨®mez tuvo problemas similares con su pel¨ªcula El crimen de Mazarr¨®n (1964), reconvertida en El extra?o viaje por las presiones de las autoridades, pero sorprende que coincidan en la reacci¨®n -con 40 a?os de diferencia- los dirigentes locales, provinciales y nacionales del franquismo puro y duro con una Junta de Extremadura gobernada desde hace a?os por socialistas. Al parecer la preservaci¨®n demag¨®gica del buen nombre local est¨¢ por encima del tiempo y las ideolog¨ªas.
Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n acaba de estrenar La vida que te espera, ¨²nico filme espa?ol que competir¨¢ oficialmente en el inmediato Festival de Berl¨ªn. En ¨¦l narra una muy bella historia en la que, una vez m¨¢s, se pone de manifiesto que las grandes pasiones, los sentimientos individuales -la vida, el amor, el trabajo y la muerte- son constantes y universales. Una historia que puede hundir sus ra¨ªces en las tragedias cl¨¢sicas griegas sin perder por ello ni un ¨¢pice de actualidad, que se desarrolla en un ambiente muy peculiar y preciso -el valle c¨¢ntabro del Pas- y que se puede comprender perfectamente en cualquier pa¨ªs del mundo porque de lo que trata, b¨¢sicamente, es de las grandezas y miserias del ser humano.
A las ya citadas hay que a?adir, entre otras muchas, pel¨ªculas de Alex de la Iglesia, Crimen ferpecto; Jos¨¦ Luis Garci, Tiovivo; Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, Franky Banderas; Isi-Disi, de Chema de la Pe?a; Lobo, de Miguel Courtois; Inconscientes, de Joaquin Oristrell; La promesa, de H¨¦ctor Carr¨¦; Horas de luz, de Manolo Matj¨ª; El coche de pedales, de Ram¨®n Barea; Las voces de la noche, de Salvador Garc¨ªa Ruiz; H¨¦ctor, de Gracia Querejeta; Entre vivir y so?ar, de Alfonso Albacete y David Menkes; Torapia, de Karra Elejalde; Atunes en el para¨ªso, de Pablo Carbonell; La mirada violeta, de Nacho P¨¦rez de la Paz y Jes¨²s Ruiz; Sex, de Antonio Dyaz; XXL, de Julio S¨¢nchez Vald¨¦s; Trileros, de Antonio del Real o Benemeritor, de Vicente Pe?arrocha, una peque?a muestra de la heterogeneidad y vitalidad del cine espa?ol previsto para 2004 pese a las constantes alusiones a su fragilidad.
Aunque las expectativas del cine espa?ol para el presente a?o son razonablemente buenas, lo cierto es que las cifras son lo que son y en 2003 el n¨²mero de espectadores que acudieron a las salas en Espa?a -tanto a contemplar pel¨ªculas espa?olas como extranjeras- disminuy¨® en un 15% con respecto al a?o anterior. Ello podr¨ªa ratificar la convicci¨®n de la existencia de una "crisis" en el cine pero, aceptando la indiscutible informaci¨®n que suministran los datos, todo indica que el inter¨¦s por el cine no disminuye sino que, por el contrario, se redistribuye por v¨ªas alternativas como la del aumento de ventas de aparatos y cintas en el sistema DVD, el incremento de los abonados a las televisiones de pago, con una programaci¨®n preponderantemente cinematogr¨¢fica, y las numerosas proyecciones de filmes en las cadenas de televisi¨®n en abierto y en los mejores horarios. En consecuencia, la disminuci¨®n del 15% de espectadores de salas en Espa?a no es un dato definitivo respecto al posible distanciamiento de la ciudadan¨ªa por el cine. Puede serlo respecto al h¨¢bito de acudir a las salas de proyecci¨®n pero nada m¨¢s, salas que, por cierto, tambi¨¦n est¨¢n evolucionando a pasos agigantados ante los nuevos gustos y costumbres del mercado en el que, como se sabe, el sector de poblaci¨®n que acude con mayor frecuencia al cine es el infantil-juvenil.
El n¨²mero de pantallas en Espa?a en 2002 fue de 4.044, un 9% m¨¢s que en el a?o anterior, si bien el n¨²mero de cines se redujo en un 2,4%. La explicaci¨®n de esta posible contradicci¨®n es el incontenible aumento de cines con varias pantallas o salas frente a los de una sola, es decir, el tradicional. En ese a?o de 2002, seg¨²n los datos del citado anuario de la SGAE, el n¨²mero de cines de una sola pantalla era de 688 (el 17% del total de pantallas) frente a los 140 que tienen de seis a ocho salas/pantallas, es decir, frente a los locales que contabilizan 976 pantallas (el 24,1%) o a los 65 cines que tienen m¨¢s de diez pantallas y que alcanzan las 945 pantallas (el 23,4% de todas). El excelente anuario de la SGAE no da datos de las ventas de palomitas, helados, perritos calientes, dulces y todo tipo de refrescos que se venden en los cada vez m¨¢s amplios espacios dedicados a esas especies de supermercados fauvistas que han sustituidos a los vetustos ambig¨²s pero seguro que son ya parte importante de los ingresos del sector de la exhibici¨®n.
Y si la exhibici¨®n ha evolucionado aceleradamente conviene citar una vez m¨¢s el informe de la Academia de Cine sobre los modelos de financiaci¨®n de una pel¨ªcula espa?ola cuyo presupuesto medio para 2003 fue de 2,2 millones de euros. Pues bien, una tercera parte del presupuesto (el 33%) corresponde a derechos de antena, la aportaci¨®n de la productora se cifra en el 31%, las ayudas p¨²blicas cubren el 14,8%, los cr¨¦ditos, el 11,5%, el apartado de "otros" es el 5,8% y los adelantos de distribuci¨®n, el 3,6%. Si, como vemos, la televisi¨®n es la fuente de financiaci¨®n principal para realizar un filme a nadie se le escapa el que el delegar en un medio ajeno al cine, aunque no a la cultura audiovisual, la aportaci¨®n m¨¢s importante de la financiaci¨®n de las producciones conlleva, tambi¨¦n, asumir las oscilaciones de un mercado, el televisivo, que se rige por criterios y baremos distintos.
Ya nada es lo que era aunque el cine contin¨²a.
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