Abre los ojos
Eso fue lo que hice, abrir bien los ojos para revisar una vez m¨¢s el eslogan de aquel cartel publicitario que revest¨ªa la sala de espera de la comisar¨ªa. "Vigilamos tu seguridad", dec¨ªa, y al lado, una joven polic¨ªa mostraba la mejor de sus sonrisas como garant¨ªa, digo yo, de que lo que all¨ª se manifestaba era cierto.
?A qu¨¦ seguridad se referir¨¢? Me pregunt¨¦, teniendo en cuenta los agravios que me hab¨ªa ocasionado el infortunio que vengo a relatarles.
Parece ser que tocar el claxon a un coche de polic¨ªa en acto de servicio puede ser motivo de falta, incluso si la intenci¨®n es buena, como era el caso. Porque, se?ores, y esto lo digo con total "seguridad", mi objetivo era simplemente indicar al agente que unos metros m¨¢s all¨¢ dispon¨ªa de una entrada a un garaje para aparcar adecuadamente su veh¨ªculo, puesto que la calle ten¨ªa un carril de un solo uso y entorpec¨ªa severamente el tr¨¢fico. Pero hete aqu¨ª que el agente malhumorado no pudo ver m¨¢s all¨¢ de lo que su irritabilidad le permit¨ªa, es decir, que sac¨® la libreta, me pidi¨® la documentaci¨®n y realiz¨® la pertinente denuncia. (Es un alivio que la justicia tipifique sanciones de este tipo y no sancione el hecho de que un polic¨ªa abandone su servicio y deje de atender a otras personas para dedicarse a estas minucias).
Como iba contando, me person¨¦ un poco m¨¢s tarde en la comisar¨ªa y en qu¨¦ mala hora, porque todo lo que pretend¨ªa argumentar en mi defensa se fue en uno de los m¨²ltiples suspiros que la ansiedad, por el surrealismo de los hechos, me provocaba. Descubr¨ª que nada de lo que pudiera decir ser¨ªa escuchado y que si dec¨ªa algo ser¨ªa totalmente manipulado y tergiversado para apoyar todav¨ªa m¨¢s si cabe la estupidez de lo sucedido. "Vigilamos tu seguridad y la nuestra", deber¨ªa decir aquel cartel, ya que nadie del gremio cuestion¨® en ning¨²n momento las argumentaciones que el agente aportaba en un intento de justificar lo injustificable. As¨ª son los gremios.
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