La juez da la raz¨®n al hombre que no comparti¨® un 'cuponazo' de 6 millones
El dinero seguir¨¢ retenido hasta que la Audiencia resuelva el recurso
Tan cerca y a la vez tan lejos. Durante m¨¢s de tres meses Antonio Lloreda ha tenido en sus manos un billete de la ONCE, el de la serie 22 del n¨²mero 85646. Han sido 90 d¨ªas de angustia hasta saber si 5.970.000 euros ser¨ªan suyos. El obst¨¢culo era la demanda que presentaron contra ¨¦l 19 compa?eros de la empresa Sintermetal de Ripollet. La juez ha decidido ahora que no cometi¨® ning¨²n delito, aunque ordena que el dinero siga retenido.
Lloreda, de 47 a?os y padre de dos hijos, siempre ha defendido que los casi seis millones de euros eran para ¨¦l. Pero sus compa?eros de f¨¢brica, algunos de ellos amigos de la infancia, esgrimen que exist¨ªa un pacto verbal seg¨²n el cual el dinero de la serie ten¨ªa que repartirse entre todos.
Al final la titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 4 de Cerdanyola, Maria Ant¨°nia Coscollola, ha resuelto que s¨ª, que Lloreda tiene derecho a tantos millones de euros, y ha archivado la denuncia por considerar que no se ha podido justificar que se cometiese un delito. Del mismo modo, la juez ha ordenado que se levante la medida cautelar de retenci¨®n del pago del premio. Pero Lloreda a¨²n no podr¨¢ tocar el dinero y tendr¨¢ que esperar un poco m¨¢s.
La juez ha decidido que se haga efectivo el pago del premio, pero ordena que esa cantidad astron¨®mica sea retenida en la cuenta bancaria del afortunado porque la otra parte del litigio, los 19 demandantes, no est¨¢n de acuerdo y han decidido recurrir ante la Audiencia de Barcelona. Y por tanto, mientras la resoluci¨®n judicial no sea firme, no se toca el dinero. La ONCE, seg¨²n una portavoz, a¨²n no ha recibido ninguna notificaci¨®n oficial para pagar el premio.
Seg¨²n el abogado de Lloreda, Francesc Gonz¨¢lez, la investigaci¨®n ha demostrado que su cliente "no ten¨ªa ning¨²n pacto que le obligara a repartir el premio con nadie". Si la juez ha decidido dar la raz¨®n a Lloreda y no a los 19 demandantes, seg¨²n el auto de sobreseimiento provisional, es porque "no resulta debidamente justificada la perpetraci¨®n del delito que haya dado motivo a la formaci¨®n de la causa". O sea que no se ha podido demostrar que Lloreda se apropiase de algo que no era suyo ni que hubieran pactado que, tocara a quien tocara la serie, el premio se ten¨ªa que repartir.
Un caso diferente
La diferencia de este caso con otros que llegaron al Tribunal Constitucional es que ni tan siquiera se ha podido demostrar que Lloreda formara parte de una pe?a de jugadores. ?l siempre ha defendido que el ¨²nico pacto que ten¨ªa era con otro trabajador, Blas Landeria, con el que se intercambiaban los n¨²meros. En los casos que acabaron en el Constitucional, los jueces ordenaron siempre repartir los premios entre los miembros de las pe?as bas¨¢ndose en la existencia de un pacto verbal previo y de un contrato at¨ªpico de juego por el que hay que repartir el dinero al margen de qui¨¦n posea f¨ªsicamente el cup¨®n de la serie premiada,
Para este trabajador de Sintermetal, una f¨¢brica de piezas para el autom¨®vil con m¨¢s de 50 a?os de historia y muchos episodios de lucha sindical, estos tres meses no han sido f¨¢ciles. Seg¨²n su hermano ?ngel, Antonio ha tenido que irse de Ripollet, un pueblo de unos 30.000 habitantes en el que todo el mundo se conoce. Ya no pod¨ªa m¨¢s. "Hemos tenido que o¨ªr comentarios de todos los colores, insultos, calumnias, injurias. Incluso controlaban si la hija de 13 a?os iba al colegio o no. Han hecho mucho da?o a la familia".
?ngel explica que la familia ha optado siempre por "callar y aguantar". "Tampoco pod¨ªamos hacer nada, excepto irnos cuando se hablaba de nosotros o volver la cara. Ten¨ªamos que esperar a que la justicia se pronunciase", a?ade. Ahora, seg¨²n ?ngel, la familia empieza a respirar tranquila. "Siempre le digo a mi hermano: 'Hay que ver con qu¨¦ mala pata te ha tocado". Pero admite que si al final los jueces le dan la raz¨®n a su hermano, ¨¦ste "podr¨¢ vivir muy bien toda la vida".
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