Mart¨ª G¨®mez convierte en literatura el relato de cr¨ªmenes verdaderos
El periodista publica 'Historias de asesinos'
Jos¨¦ Mart¨ª G¨®mez re¨²ne en Historias de asesinos. Cr¨®nica del crimen en Espa?a desde 1970 hasta nuestros d¨ªas (RBA) una serie de relatos basados en hechos reales que agrupa en nueve apartados: cr¨®nica de pobres amantes, celos y parricidios, prostituci¨®n, arrepentimiento, sexo, infanticidios, el absurdo, codicia y condenados a muerte. De su lectura surge el retrato de una Espa?a s¨®rdida que el autor no pretende juzgar. "Me limito a observar el fracaso de una vida".
Bajo el asiento de un tren correo Barcelona-Madrid se descubri¨® un paquete que conten¨ªa las piernas de un hombre. En el expreso Madrid-Barcelona, la polic¨ªa sorprendi¨® a un hombre con dos maletas. En una llevaba el tronco de un hombre descuartizado; en la otra, la cabeza y las extremidades. Una mujer envi¨® a su hijo a comprar una navaja para asesinar a su marido... Son algunos de los casos que el periodista y escritor Jos¨¦ Mart¨ª G¨®mez (Morella, Castell¨®n, 1937) relata en Historias de asesinos, una lecci¨®n de periodismo y literatura con la que celebra su reci¨¦n estrenada jubilaci¨®n.
En Barcelona, un d¨ªa de la posguerra, un grupo de chiquillos contemplaba desde lejos las largas piernas de Carmen Broto, una prostituta rubia platino, sentada en lo alto de un taburete, acodada en la barra del bar Alaska. Fue asesinada y enterrada con su abrigo de pieles. Se convirti¨® en leyenda. Mart¨ª G¨®mez era uno de aquellos cr¨ªos. Con esos recuerdos, que parecen sacados de una novela de Juan Mars¨¦, empieza el libro. El periodista, que empez¨® como cronista judicial en la d¨¦cada de los setenta en el desaparecido diario El Correo Catal¨¢n, ha reconstruido historias que vivi¨® personalmente en comisar¨ªas y juzgados, cementerios y morgues.
"Hay mucha vida en el mundo del delito. Detr¨¢s de cada crimen hay una historia humana. Yo no juzgo, me limito a observar el fracaso de una vida. En realidad, de dos: en todo crimen hay dos vidas que se pierden, la del asesino y la de la v¨ªctima", afirma. Admite, no obstante, que los cronistas judiciales, ¨¦l incluido, tienden a reflejar mejor la figura del criminal. "Generalmente, detr¨¢s de cada uno de ellos hay incultura y represi¨®n, pertenecen a la clase social baja, proceden de familias desestructuradas. En mis a?os judiciales siempre he visto a gente del estrato social m¨¢s bajo, nunca a nadie de la burgues¨ªa que haya matado por un adulterio. A veces nos olvidamos de las v¨ªctimas".
Uno de los muchos aciertos del libro es la mezcla de lenguajes. Mart¨ª G¨®mez transcribe interrogatorios policiales, declaraciones de testigos, cartas, informes, fr¨ªas "diligencias". "Pero los polic¨ªas, cuando se salen del atestado, tienen un lenguaje asequible, real. Sienten, por lo general, comprensi¨®n y hasta ternura por los delincuentes comunes, m¨¢s comprensi¨®n que la propia sociedad. Lo que no significa que no repartan hostias de vez en cuando". Una an¨¦cdota le viene a la memoria. "Cuando empezaba, el juez Antoni Carretero me dijo: 'Usted no tiene ni puta idea de Derecho, pero escribe buenas cr¨®nicas'. Me puse a leer libros de Derecho y al cabo de un tiempo me llam¨®: 'Esas cr¨®nicas suyas empiezan a valer muy poco".
Periodista siempre, Mart¨ª G¨®mez se sirve de las opiniones de expertos para trazar un panorama que va mucho m¨¢s all¨¢ del crimen. De la cuarentena de casos que plantea surge el retrato de una Espa?a s¨®rdida. "Pobres hasta la infelicidad": el periodista cita el verso de Pasolini como conclusi¨®n de un caso de adulterio.
Para Mart¨ª G¨®mez, el triple asesinato de las adolescentes de Alc¨¤sser marca un punto de inflexi¨®n en la historia del crimen en Espa?a. "Una inflexi¨®n que merece todos los adjetivos peyorativos. Se trat¨® un suceso de sangre como una cr¨®nica rosa. Fue horroroso". Del periodismo judicial opina que es ahora "m¨¢s modesto". "Se tratan los grandes casos y se explican con un lenguaje muy jur¨ªdico, en el que falta el p¨¢lpito de la vida".
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