John Boorman alivia con amor¨ªos su mirada al 'apartheid' surafricano
El suave humor de Albaladejo fue muy celebrado en su deb¨²
A lo que se ve, cada d¨ªa toca un tema, porque el programa oficial de ayer estuvo especializado en la violencia. The Missing, del desigual Ron Howard (Apollo 13, A Beautiful Mind), es un western que recuerda a la m¨ªtica Centauros del desierto de John Ford, aunque sin su encanto ni sabidur¨ªa narrativa. Una madre granjera (Cate Blanchett) y su padre, un apache que la hab¨ªa abandonado a?os atr¨¢s (Tommy Lee Jones), deben recuperar a la hija mayor que ha sido secuestrada por indios malos para venderla en el vecino M¨¦xico. En bellos paisajes nevados, ambos corren situaciones de peligro ya que el indio enemigo es un caricaturizado "asesino psic¨®pata con poderes m¨¢gicos" (Eric Schweig).
Jack Valenti defendi¨® la superioridad del cine americano y su derecho a imponerse
La segunda entrega fue una confusa pel¨ªcula croata sobre la guerra de los Balcanes, Los testigos, de Vinko Bresan, en la que, a partir del error cometido por un comando en un campo minado, y con una narraci¨®n entrecortada que quiz¨¢s signifique lo complejo de aquella guerra, se muestran los distintos ¨¢ngulos de un mismo hecho, para acabar en un t¨®pico plano de tono esperanzador: la pareja protagonista y la ni?ita que han salvado de su cautiverio contemplan desde una colina el nuevo amanecer.
Para t¨®picos, la tercera del d¨ªa, Country in my skull, del brit¨¢nico John Boorman, que se anunci¨® como denuncia de la violencia ejercida durante el r¨¦gimen del apartheid en Sur¨¢frica, suscitando el inter¨¦s de los periodistas que abarrotaron el inmenso palacio del festival.
Inter¨¦s defraudado, al menos para cuantos abandonaron la sala en un constante goteo. Quiz¨¢s no fuera para menos, ya que el filme cuenta, en realidad, la historieta amorosa entre un periodista negro (Samuel L. Jackson) y la blanca rebelde surafricana que interpreta Juliette Binoche. Ambos asisten a los careos entre v¨ªctimas y verdugos que fueron propiciados hace ocho a?os por las Comisi¨®n Verdad y Reconciliaci¨®n, pero la reconstrucci¨®n dram¨¢tica que hace Boorman de esos testimonios, aunque algunos sean de v¨ªctimas aut¨¦nticas, tienen un tufo digamos teatral, como alguien denunci¨® casi a gritos antes de abandonar la sala. Puede que exagerara porque al final hubo aplausos. Las pel¨ªculas de un festival no llueven a gusto de todos, y menos a¨²n en plan maratoniano.
De la pel¨ªcula de Boorman hab¨ªa que salir corriendo (dicho sea sin mala intenci¨®n) para ver en la secci¨®n Panorama la nueva de Miguel Albaladejo, Cachorro, que coincid¨ªa en horario de prensa. (?C¨®mo pretender¨¢n los organizadores de un festival que los acreditados est¨¦n en varios lugares a la vez? ?Cu¨¢nto se aprende!). Cachorro arranca con un ardoroso polvo entre dos gordos y barbudos homosexuales, de los llamados osos, para cambiar r¨¢pidamente de registro y transformarse en una historia sentimental, que avanza por el camino de la ternura hasta pretender la l¨¢grima. Un oso, dentista de profesi¨®n (Jos¨¦ Luis Garc¨ªa-P¨¦rez), recibe el encargo de su alocada hermana (Elvira Lindo) de acoger a su hijo de nueve a?os (David Castillo), mientras ella viaja a la India, dando as¨ª pie a la intromisi¨®n de la abuela del ni?o (Empar Ferrer), que chantajea al homosexual con el fin de arrebatarle la criatura. La pel¨ªcula es suave, con un humor muy celebrado en la primera proyecci¨®n, y huye del t¨®pico del homosexual acomplejado y sufridor. Tendr¨¢ otros, ya que parece que es dif¨ªcil huir de ellos, pero algo es algo.
Mientras nos hac¨ªan correr de una sala a otra, en el Berlinale Talent Campus, donde se imparten charlas a 520 aspirantes a directores, el todopoderoso hombre de Hollywood, Jack Valenti, defend¨ªa la superioridad del cine americano y su derecho a imponerse en el mundo. Es decir, lo de siempre. Pero por lo visto hasta hoy en Berl¨ªn, tampoco es para tanto.
Babelia
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