Cerca de 50.000 hogares tienen a todos sus miembros en el paro
El porcentaje creci¨® el pasado a?o respecto de 2002
Manuel es contable, tiene 50 a?os y est¨¢ desempleado desde hace uno. Vive con su mujer y su hija. Juan Jos¨¦ y Teo, tienen 44 y 43 a?os y el cierre de la juguetera MB les dej¨® sin empleo hace dos meses. Y Rosa, 54 a?os, vive con sus tres hijos y su madre, cuya pensi¨®n de viudedad es de momento el ingreso m¨¢s estable de su hogar. Son la cara humana de una estad¨ªstica que indica que hay 49.900 familias valencianas con todos sus miembros en activo (en edad y disposici¨®n de trabajar) en paro, seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2003.
"Cre¨ªa que iba a ser m¨¢s f¨¢cil", comenta. Su situaci¨®n le provoca inevitables momentos de des¨¢nimo a los que intenta no dar cancha. Manuel (prefiere mantener su verdadero nombre en el anonimato) se encontr¨® a los 49 a?os con un despido, improcedente seg¨²n confirm¨® el juicio que gan¨® despu¨¦s. Diplomado en Empresariales y con 30 a?os de experiencia en tareas de contabilidad, aunque trabaja desde los 15 a?os, explica que hasta la fecha hab¨ªa cambiado varias veces de empresa y siempre "para mejorar". Su mujer es ama de casa y su hija estudia. Quieren que siga haci¨¦ndolo.
Apenas un 15% de los parados valencianos busca empleo desde hace dos a?os o m¨¢s
Manuel atraviesa por una situaci¨®n coyuntural en una vida con cap¨ªtulos por escribir. No es el ¨²nico. En la Comunidad Valenciana hay 49.900 hogares con todos sus miembros en paro, cerca de 10.000 de los cuales son unipersonales, seg¨²n la EPA del cuarto trimestre de 2003. Hay 4.000 hogares m¨¢s en esta situaci¨®n que en el mismo periodo de 2002.
Los esfuerzos de Manuel se centran en reengancharse al mercado laboral. Tiene varios frentes abiertos. Ha realizado dos cursillos del Servef (Servicio Valenciano de Empleo y Formaci¨®n). Tambi¨¦n prepara oposiciones de auxiliar administrativo, y se?ala el temario que hay junto a ¨¦l y en el que parece dispuesto a volver a zambullirse de inmediato a pesar de que comenta que lo suyo son los n¨²meros y no tanto las leyes. "Y tengo que darme prisa porque a los 55 a?os ya no se puede opositar", a?ade. Dice que prefiere prepararse mientras busca trabajo. Y lo busca en peri¨®dicos, est¨¢ inscrito en el Servef y ha distribuido su curricula en "todas las asesor¨ªas" de su zona, entre otros pasos. En este a?o se ha encontrado trabas. Empleos en su ¨¢rea en los que la limitaci¨®n es de 40 a?os o de 50, para los que precisan "que manejes de todo", o que seas mujer, por citar algunos casos. "En los que exigen titulados son casi todos licenciados y en los dem¨¢s ganas 150.000 pesetas (901,5 euros)", explica. Su salario superaba holgadamente los 1.200 euros al mes. Manuel preferir¨ªa volver a trabajar en aquello que sabe hacer pero est¨¢ dispuesto a aceptar un empleo que le permita mantener a su familia. "El trabajo no me importa, es el dinero". Le gustar¨ªa que las empresas recurrieran m¨¢s a las bolsas de trabajo y que los cursos de formaci¨®n "sirvieran m¨¢s" para reengancharse al mercado laboral. "Falla algo en la forma en la que nos localizan (las empresas)", reflexiona. Esta semana esperaba "un resultado", un trabajo de jornada partida de entre 721,2 euros y 841,4 euros que le permitir¨ªa seguir estudiando "o seguir buscando".
En 2003 se crearon 47.100 empleos en la Comunidad Valenciana y la cifra de parados descendi¨® en 800 hasta situarse en 207.100 personas, seg¨²n la ¨²ltima EPA. El sondeo muestra, adem¨¢s, que m¨¢s del 60% de estos parados lleva menos de un a?o buscando empleo y apenas un 15% lo hace desde hace dos a?os o m¨¢s.
Mantener el nivel salarial es uno de los planteamientos primeros en la b¨²squeda de nuevo empleo. Las obligaciones econ¨®micas y las responsabilidades familiares no desaparecen. "En un primer momento quieres estar al nivel que estabas", resume Juan Jos¨¦ Medina, ex trabajador de MB. Dos meses despu¨¦s de que la direcci¨®n de la firma, filial de la multinacional estadounidense Hasbro, y el comit¨¦ de empresa acordaran las condiciones de los despidos de los 515 empleados de la planta, Juan Jos¨¦ busca ocupaci¨®n. "Nos han dejado sin trabajo", resume. Este plural lejos de ser un recurso argumentativo incluye a su mujer, Teo, que trabaj¨® 26 a?os en la firma, cuando no era MB. Ella estaba en montaje, era coordinadora. ?l mec¨¢nico de utillaje. "Lo aprend¨ª all¨ª, pero no es un t¨ªtulo", lamenta.
Su familia se completa con un hijo de 18 a?os y una hija de 12, ambos estudiantes. Juan Jos¨¦ y Teo buscan trabajo al tiempo que asisten un d¨ªa a la semana durante cuatro horas al servicio de recolocaci¨®n incluido en el acuerdo alcanzado, que se garantiz¨® por un periodo m¨ªnimo de tres meses y que se mantendr¨¢ hasta recolocar al 50% de los solicitantes. Juan Jos¨¦ ha presentado solicitudes para empleos de mec¨¢nico, montador o fontanero, aunque explica que este ¨²ltimo oficio lo toc¨® "hace tiempo" y desde entonces ha cambiado "mucho". Al igual que Manuel, Juan Jos¨¦ y Teo tienen de momento subsidio de desempleo y una indemnizaci¨®n. Pese a ello y ante la incertidumbre, asegura que tendr¨¢n que pensar en "apretarse en cintur¨®n". Comenta la "rabia" que provoc¨® la decisi¨®n de Hasbro de cerrar la planta "porque se van ganando dinero" y pide que el Gobierno "sepa asegurar"que empresas en estas condiciones se queden. Y si en algo no ha dejado de creer es en sus posibilidades. Bromea incluso. "Con la Copa del Am¨¦rica vamos a hacer todos vallas y de aparcacoches en el puerto". El cierre de MB afect¨® a hogares enteros. En una de las protestas contra el cierre, una empleada hac¨ªa hincapi¨¦ en el tema. "Van a destrozar familias", protestaba.
Pero no todos cobran el subsidio de desempleo. Rosa (que tambi¨¦n prefiere omitir su verdadero nombre) est¨¢ separada y vive con su madre y sus tres hijos, de entre 21 y 25 a?os. Uno se prepara para ser polic¨ªa, otro estudia ingl¨¦s y el tercero empez¨® esta semana unos d¨ªas de prueba en una empresa con opciones de contrato. Ninguno de sus hijos ha pasado de los estudios primarios. Rosa trabaja unas horas en una casa particular y su confianza est¨¢ puesta en sus hijos. Ella, lamenta, tiene 54 a?os y carece de estudios. Por formaci¨®n, sexo y edad est¨¢ en los colectivos con mayor dificultades para integrarse en el mercado laboral. La pensi¨®n de viudedad de su madre es, por ahora, el ingreso m¨¢s estable del hogar. "Vamos saliendo adelante como podemos", comenta su madre. Puntualmente, adem¨¢s, recurren a la ayuda de la Cruz Roja y de C¨¢ritas.
Son tres historias diferentes, botones de muestra puntuales, vidas que esconden las cifras.
El papel del Servef
Mujeres, mayores de 45 a?os, parados de larga duraci¨®n, j¨®venes sin experiencia y colectivos con riesgo de exclusi¨®n social son los grupos con m¨¢s dificultades de acceso al mercado laboral. Ante ellos, el Servef orquesta los Planes Integrales de Empleo, "uno de los principales instrumentos" seg¨²n dijo el titular de Econom¨ªa, Gerardo Camps el pasado verano. Se desarrollan a trav¨¦s de entidades promotoras, con acciones de orientaci¨®n y formaci¨®n, y contemplan subvenciones al fomento del empleo estable. Hay otras l¨ªneas de trabajo. En 2003, por ejemplo, se puso en marcha el salario joven, para menores de 30 a?os con poca experiencia y que pese a que recibi¨® cr¨ªticas por considerar que el dinero para la iniciativa se desviaba de otros programas tuvo buena acogida.
Los sindicatos creen que el Servef deber¨ªa acercar m¨¢s sus funciones "reales" a las te¨®ricas. CC OO-PV y UGT-PV recuerdan que el Servef gestiona un peque?o porcentaje, que estiman no supera el 15%, de los nuevos empleos. "El Servef no est¨¢ haciendo el trabajo que le toca", explica Juan Pedro Garc¨ªa, responsable de Acci¨®n Sindical de CC OO-PV. "No puede ser un servicio de recolocaci¨®n pasivo", a?ade. Garc¨ªa recuerda que el a?o pasado empezaron a "forzar" que los expedientes de regulaci¨®n de empleo para un grupo importante de trabajadores incluyan planes de recolocaci¨®n. Al igual que su hom¨®logo en UGT-PV, Carlos Calero, considera que el Servef deber¨ªa asumir la articulaci¨®n de estas recolocaciones y no dejarlo en manos privadas. Los responsables sindicales apuntan a una orden reciente del Consell que recoge el mecanismo para recolocar a los trabajadores y ayudas a las empresas de recolocaci¨®n. Una "filosof¨ªa", seg¨²n Calero, equivocada.
Los sindicatos explican, adem¨¢s, que ante algunas situaciones la respuesta no es la deseada. Calero menciona, por ejemplo, que la necesidad de formar en otra actividad a trabajadores afectados por ajustes de empleo en zonas con monocultivo tiene una respuesta "limitada".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.