El candidato ruso desaparecido se fue cinco d¨ªas de juerga a Ucrania
No en vano Iv¨¢n Ribkin, el candidato presidencial desaparecido desde el jueves pasado, trabaj¨® con Bor¨ªs Yeltsin. El digno disc¨ªpulo del carism¨¢tico primer presidente de Rusia super¨® a su maestro. Ribkin, de 57 a?os, estuvo de juerga cinco largos d¨ªas, presuntamente en Kiev, la capital ucrania. Los m¨¢s siniestros pron¨®sticos resultaron, afortunadamente, equivocados.
"Tengo derecho a dedicar dos o tres d¨ªas a mi vida privada. Vine a Kiev con mis amigos, me divert¨ª, desconect¨¦ los m¨®viles y no vi televisi¨®n", explic¨® el pol¨ªtico, que fue presidente de la primera Duma Estatal y secretario del Consejo de Seguridad en ¨¦poca de Yeltsin. "La semana pasada decid¨ª descansar de todo el alboroto que hab¨ªa en torno a mi persona. As¨ª es que, sin decirle nada, le dej¨¦ frutas y dinero a mi esposa, que ahora cuida de nuestros nietos, me cambi¨¦ de chaqueta, tom¨¦ el tren y part¨ª rumbo a Kiev". Ribkin agreg¨® que ayer por la ma?ana compr¨® la prensa y, al descubrir el esc¨¢ndalo que hab¨ªa surgido en torno a su desaparici¨®n, telefone¨® a Mosc¨².
La explicaci¨®n del pol¨ªtico, hasta ahora considerado una persona seria, no se sostiene y es totalmente insatisfactoria. El viernes pasado Ribkin hab¨ªa convocado una conferencia de prensa, que los dirigentes de su campa?a electoral consideraban de suma importancia. Al d¨ªa siguiente deb¨ªa participar en la ceremonia de entrega de su credencial de candidato a la presidencia en la Comisi¨®n Electoral Central.
Justificada preocupaci¨®n
Lo que es m¨¢s sorprendente es que no s¨®lo abandon¨® su casa por la noche, sin advertir a su esposa ni dejarle una nota, dej¨¢ndola al borde del infarto, sino que tampoco avis¨® a los dirigentes de su campa?a, que al ver que no aparec¨ªa en tan importantes actos se sintieron obligados a dar la alarma.
La preocupaci¨®n de los familiares de Ribkin y de sus correligionarios estaba justificada: dos copresidentes de Rusia Liberal -el partido financiado por el magnate Bor¨ªs Berezovski que Ribkin representa en las elecciones de marzo- fueron asesinados. Adem¨¢s, algunos pensaron que el candidato podr¨ªa haber sido secuestrado por grupos cercanos a los servicios secretos por las cr¨ªticas que Ribkin ejerc¨ªa contra el r¨¦gimen. Tres d¨ªas antes de desaparecer hab¨ªa publicado una carta abierta en la que acusaba al presidente, Vlad¨ªmir Putin, de dictador, sanguinario y corrupto.
Todo result¨® mucho m¨¢s banal: Ribkin se lo estuvo pasando pipa, bebiendo con sus amigos y quiz¨¢ con alguna amiga. Esto no es nuevo en la pol¨ªtica rusa: en la campa?a electoral de fines de los ochenta, Yeltsin desapareci¨® con una mujer y apareci¨® en medio de la noche, empapado despu¨¦s de haberse ca¨ªdo, borracho, a un riachuelo; y un ministro de Justicia y un fiscal general perdieron sus puestos tras ser filmados con prostitutas. Asesinatos y parrandas: entre estos extremos se mueve la pol¨ªtica rusa.
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