Desafiar la derrota
El autor, Jordi Borja, es uno de los urbanistas espa?oles que antes conocieron los efectos de la globalizaci¨®n. En la d¨¦cada de los ochenta, mucho antes de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, ya se ganaba la vida trabajando en los m¨¢s diversos escenarios catalanes, espa?oles, europeos o latinoamericanos. Este ensayo es una reflexi¨®n m¨¢s (ya ha escrito otros varios) de esa experiencia. Con una idea fuerza: que el primer espacio para ejercer la ciudadan¨ªa es la ciudad; que ¨¦sta es de los ciudadanos y no de los especuladores; y que en su an¨¢lisis hay que tratarla como un objetivo, no como un objeto.
Siendo historicistas, el t¨ªtulo de este libro deber¨ªa ser La ciudad reconquistada, no La ciudad conquistada pues hubo un momento, hace ya varias d¨¦cadas, en que la ciudad fue escenario emergente de las luchas c¨ªvicas para ganar el progreso. Ello desgraciadamente se perdi¨® en muchos casos. Seguramente es m¨¢s f¨¢cil verlo desde Madrid que desde Barcelona, porque en pocos sitios ha sido m¨¢s expl¨ªcita esa derrota que en la capital de Espa?a, y el ciudadano m¨¢s agredido como tal. Y sin movimientos c¨ªvicos no habr¨¢ cambio pol¨ªtico, y si no los hay, tampoco habr¨¢ respuestas eficaces a los nuevos desaf¨ªos del territorio.
LA CIUDAD CONQUISTADA
Jordi Borja
Alianza. Barcelona, 2003
381 p¨¢ginas. 21 euros
Borja y sus colaboradores desarrollan el ya conocido concepto de glocalizaci¨®n, mestizaje de globalizaci¨®n y localismo. La globalizaci¨®n es, ante todo, un proceso pol¨ªtico por el cual las decisiones se toman cada vez m¨¢s lejos de los ciudadanos. En este sentido, afecta al coraz¨®n mismo de la democracia. Lo local significa el auge del municipalismo y la emergencia de l¨ªderes fuertes, que deben responder a cuestiones tales como si deben las ciudades resignarse a ser continentes pasivos y subsidiarios de las problem¨¢ticas culturales, ambientales, sociales... derivados de la globalizaci¨®n y de la p¨¦rdida de la capacidad reguladora de los poderes p¨²blicos estatales y superestatales.
El desaf¨ªo de la glocalizaci¨®n ser¨ªa pues el de que la ciudad tenga un reconocimiento de actor pol¨ªtico a escala global, m¨¢s all¨¢ del territorio y m¨¢s all¨¢ de las cada vez m¨¢s artificiales fronteras de su Estado-naci¨®n.
Los desequilibrios que en la actualidad padecen los ciudadanos de la ciudad son de dos tipos. El primero tiene que ver con la existencia de poderes p¨²blicos d¨¦biles y a veces ignorantes o arrogantes (o ignorantes y arrogantes a la vez, de nuevo el contraejemplo madrile?o); poderes inmobiliarios muy fuertes y muy poco ciudadanos; y profesionales y pol¨ªticos muy poco independientes ante las tentaciones (directamente monetarias o a trav¨¦s de contratos) de las instituciones privadas o p¨²blicas. El segundo tipo de desequilibrios es una versi¨®n mutilada del concepto de ciudadan¨ªa: se es ciudadano cuando se contempla la ciudadan¨ªa civil, pol¨ªtica y social como un todo. La ciudadan¨ªa civil se compone de los derechos para la libertad individual (expresi¨®n, pensamiento, religi¨®n, propiedad, justicia...); la ciudadan¨ªa pol¨ªtica es el derecho a participar en el ejercicio del poder pol¨ªtico como miembro de un cuerpo investido de autoridad pol¨ªtica, o como elector de sus miembros. Por ¨²ltimo, la ciudadan¨ªa social abarca un espectro que va desde el derecho a la seguridad (tambi¨¦n la laboral) hasta un m¨ªnimo de bienestar econ¨®mico, a compartir la herencia social, y a vivir la vida de un ser civilizado normal. ?No existe un consenso en que las tres ciudadan¨ªas est¨¢n ahora demediadas en uno u otro grado?
Aparece as¨ª el concepto de "invisible" aplicado a esos ciudadanos despojados de su ciudadan¨ªa largamente obtenida. Hoy, en buena parte, ese concepto de "invisibilidad" se aplica a los inmigrantes que acogen las ciudades (aunque no s¨®lo a ellos; tambi¨¦n a viejos, ni?os
...). La historia de lo local en Espa?a est¨¢ directamente unida a la historia de las migraciones: de la sociedad rural a la sociedad urbana.
Hay soci¨®logos que piensan que el cambio m¨¢s revolucionario en la Espa?a del siglo XX ha sido la gigantesca reducci¨®n del n¨²mero de asalariados agr¨ªcolas que han devenido en productores industriales o de servicios. En el ¨²ltimo medio siglo, las corrientes migratorias han sido de muy distinto signo: despu¨¦s de la guerra civil, oleadas de espa?oles hacia el extranjero, que financiaron con sus reservas de divisas una parte del d¨¦ficit comercial; en la d¨¦cada de los sesenta, migraciones del campo a la ciudad: 4,5 millones de personas cambiaron de residencia en esta d¨¦cada; y en la actualidad, de la emigraci¨®n a la inmigraci¨®n: recogida de inmigrantes. Se calcula que en estos momentos m¨¢s de 2,6 millones de inmigrantes viven en territorio espa?ol, de los cuales casi un mill¨®n no dispone de papeles: son m¨¢s "invisibles" dentro del colectivo de los "invisibles".
La ciudad conquistada aborda la globalizaci¨®n desde una esquina menos transitada que otras: la de la ciudad y el urbanismo. Se une as¨ª a otro tipo de estudios y de ensayos de este marco de referencia de nuestra ¨¦poca, m¨¢s abundantes (las de los polit¨®logos, economistas, soci¨®logos, pol¨ªticos). Con una matriz en la lectura transversal del texto: la ciudad es nuestra aunque se la hayan apropiado otros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.