Zaplana, Bono y el PHN
Informan los medios de comunicaci¨®n que el portavoz del gobierno, Eduardo Zaplana, ha afirmado que quienes se han opuesto a la ejecuci¨®n del Plan Hidrol¨®gico Nacional se "avergonzar¨¢n porque tendr¨¢n que explicar y argumentar por qu¨¦ se opusieron a que viniera el agua".
Es la primera vez que desde el gobierno se hace una invitaci¨®n a explicar y argumentar, as¨ª que, se?or Zaplana, fije fecha y lugar y all¨ª estaremos. Debo indicar, por pura deportividad, que en nuestro equipo est¨¢n Jos¨¦ Manuel Naredo, Pedro Arrojo, Federico Aguilera, Domingo Jim¨¦nez Beltr¨¢n, Antonio Estevan, Narc¨ªs Prat, Rosa Miracle, y Carlos De Prada, entre tantos otros. No importa si alguno de ellos no puede asistir puesto que contamos con sus informes, consultables, por ejemplo, en la p¨¢gina electr¨®nica de la Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua.
La actitud vergonzante y vergonzosa corresponde al gobierno que ha impedido -?hasta ahora?- en Espa?a un debate cient¨ªfico y t¨¦cnico. Recu¨¦rdese que tuvo que ser la comisaria Wallstr?m la que organizara en Bruselas, el pasado mes de octubre, una reuni¨®n entre t¨¦cnicos y pol¨ªticos designados por el Ministerio de Medio Ambiente y cient¨ªficos y representantes de ONG opuestos al PHN. En su l¨ªnea habitual, el gobierno impuso las puertas cerradas a la reuni¨®n, del mismo modo que, en su momento, orden¨® silenciar, no facilitar a la opini¨®n p¨²blica, los informes pagados con fondos p¨²blicos que redactaron decenas de cient¨ªficos y t¨¦cnicos de reconocido prestigio -por eso se les contrat¨® ?no?-. Evidentemente, la inmensa mayor¨ªa de los informes eran contrarios al entonces proyecto de PHN, desde muy diversos enfoques y disciplinas, y planteaban diversas alternativas viables que el gobierno se neg¨® a considerar, y es l¨®gico que as¨ª lo hiciera, puesto que la decisi¨®n se hab¨ªa tomado atendiendo a otros condicionantes, confesables o no, pero en todo caso vergonzantes. Como un miembro del gobierno explic¨® en su d¨ªa, el PHN se aprobar¨ªa por c... y a ritmo de paseo militar.
Si hab¨ªan dudas sobre c¨®mo se perpetr¨®, el presidente de Castilla-La Mancha acaba definitivamente de disiparlas al declarar que su apoyo al PHN se fundamentaba en que a ¨¦l le dieron todo lo que pidi¨®, con independencia de que "me lo ofrezca el diablo". Efectivamente, en defensa de "los intereses de los castellanomanchegos" sobra el debate cient¨ªfico-t¨¦cnico, sobra todo debate porque se trata de hacer pol¨ªtica, aunque sea de la peor: la clientelista, la meramente electoralista, la del cambalache. Estadista donde los haya -al menos al nivel de Zaplana-, Bono, que no es nada nacionalista, puede seguir criticando a los Carod-Rovira mientras, en un ejercicio notable de honestidad y coherencia, consigue, a¨²n pactando con el diablo, que no le toquen su agua del Tajo, que no se ataje su expolio del J¨²car y que contin¨²en ampli¨¢ndose sus regad¨ªos aunque sean claramente insostenibles econ¨®mica y ecol¨®gicamente hablando.
En el reparto de recursos escasos, o si se quiere limitados, hay una cosa evidente: lo que se asigna a unos demandantes no se puede conceder a otros. En el reparto del agua del J¨²car se ha dado un paso m¨¢s: se han asignado recursos inexistentes, con lo que se deben conseguir ya no de otros demandantes, sino de usuarios anteriores. Veamos c¨®mo ha ocurrido y sus consecuencias.
1. La superficie regable en el acu¨ªfero de La Mancha Oriental pas¨® de 5.000 hect¨¢reas en 1970 a las m¨¢s de 93.000 en 1997, y la expansi¨®n del regad¨ªo contin¨²a. Al tiempo los bombeos del acu¨ªfero pasaron de 15 Hm3 en 1964 a 439 en 1994. La afecci¨®n al r¨ªo J¨²car ha sido estimada por Juan Marco en 245 Hm3/a?o, es decir, casi el 70% de la antigua aportaci¨®n del acu¨ªfero.
2. La Acequia Real del J¨²car tiene asignados, en el Plan Hidrol¨®gico de Cuenca, 392 Hm3/a?o. El Ministerio de Medio Ambiente, en el documento Situaci¨®n actual y posibilidades de aprovechamiento del r¨ªo J¨²car reconoce que "desde 1981/82 hasta la actualidad el valor medio de las derivaciones es de unos 360 Hm3/a?o". Antonio Estevan, a partir de datos oficiales del Ministerio, apunta que "en los ¨²ltimos diez a?os, la media de los caudales de la ARJ ha sido de 264 Hm3/a?o, y en los ¨²ltimos tres a?os, de 244 Hm3/a?o".
3. A pesar de haber pasado un oto?o particularmente h¨²medo, el caudal del bajo J¨²car es pr¨¢cticamente inexistente. Un reciente informe de Mar¨ªa Rosa Miracle, Universitat de Val¨¨ncia, detalla que el d¨ªa 4 de diciembre de 2003 el caudal en el Azud de Cullera era de entre "0,06 y 0,1 m3/s. Se observa tan s¨®lo una delgada l¨¢mina de agua inferior a 1 cm de espesor y de unos 10 m de anchura, que pasa s¨®lo por parte del azud. Seg¨²n los regantes, no hab¨ªa circulado agua sobre el azud hasta el d¨ªa del muestreo, desde hac¨ªa once d¨ªas atr¨¢s". Adem¨¢s, el informe constata que "los resultados muestran claramente que existe una intrusi¨®n salina muy importante, por la presencia del agua marina hasta el pie del azud de la Marquesa, a pesar de estar en la estaci¨®n oto?al y en un periodo de lluvias recientes".
4. El Plan Hidrol¨®gico de la Cuenca del J¨²car (PHCJ) asignaba a L'Albufera 100 Hm3/a?o y determinaba que "con la asignaci¨®n realizada a los riegos tradicionales de La Ribera del J¨²car, y considerando sus retornos y sobrantes as¨ª como las aportaciones intermedias no reguladas, tal necesidad h¨ªdrica se considera correctamente satisfecha". Dejando de lado por el momento -y ya es mucho dejar- el debate de c¨®mo se lleg¨® a la evaluaci¨®n de esa necesidad h¨ªdrica hay una cosa evidente: si a los riegos de La Ribera no le est¨¢n llegando los caudales asignados, a L'Albufera menos.
En conclusi¨®n: el se?or Bono ha conseguido todo lo que quer¨ªa, el diablo parece satisfecho con que sigan a toda marcha los intereses y negocios que, como ya casi todos sabemos, defiende la pol¨ªtica trasvasista del gobierno.
?Hay alg¨²n responsable pol¨ªtico en la Generalitat Valenciana que vaya a preocuparse de los intereses de los regantes de La Ribera? ?Era algo m¨¢s que pura hipocres¨ªa el criterio b¨¢sico del PHCJ que dec¨ªa que "se otorga la mayor prioridad a los riegos tradicionales de La Ribera del J¨²car, considerando que tal prioridad es la expresi¨®n material y jur¨ªdica de su car¨¢cter hist¨®rico"?
?Hay alg¨²n responsable pol¨ªtico en la Generalitat Valenciana que vaya a preocuparse de la supervivencia del propio r¨ªo J¨²car y de L'Albufera? Debe recordarse que la Directiva Marco del Agua exige la recuperaci¨®n de un buen estado ecol¨®gico para antes de 2015.
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