Por si acaso, desconf¨ªe de Matrix
Cuando vi Matrix lo entend¨ª. Ya saben, Matrix, la pel¨ªcula que presenta un mundo de m¨¢quinas inteligentes que cultivan seres humanos en tubos de ensayo con el fin de servirse de la energ¨ªa que producen. Esos millones de humanos tienen sus mentes conectadas a un programa de computador que les hace creer que viven una vida real, aunque la verdad es que s¨®lo viven una vida simulada por el programa. Ese programa es Matrix, y mantiene a los humanos bajo el control de las m¨¢quinas inteligentes. Cuando entend¨ª esto tambi¨¦n entend¨ª que pod¨ªa ser Matrix, o algo parecido, quien, o lo que, est¨¢ detr¨¢s de los grandes enga?os de que ¨²ltimamente venimos siendo v¨ªctimas los habitantes del mundo -?tengo que citarlos?-. Si es Matrix quien los genera, entonces, los que los difunden, aunque parezcan humanos, puede que s¨®lo sean programas especiales creados con ese fin -como ocurre con los "agentes" del Matrix de la pel¨ªcula-.
Entiendo que se sorprendan. No es f¨¢cil aceptar la idea de que un computador, dotado del programa adecuado, puede ser capaz de replicar los procesos que tienen lugar en el cerebro hasta el punto de que un humano conectado a ese programa no pueda distinguir entre sus propias experiencias subjetivas y las que le induce el computador. Esta idea no es f¨¢cil de aceptar, pero no porque sea disparatada, sino porque, como las ideas de Cop¨¦rnico o de Darwin, nos hace sentirnos a¨²n m¨¢s lejos de ser el centro del universo, algo que desde el Renacimiento nos gusta tanto. Pese a todo, esa idea es posible.
No les cansar¨¦ con f¨®rmulas y n¨²meros. Baste decir que el poder de computaci¨®n que se requiere para emular el funcionamiento de todas las sinapsis de las neuronas de un cerebro humano est¨¢ entre diez elevado a diecis¨¦is y diez elevado a diecisiete operaciones por segundo. Para simular la historia de todos los humanos vivos y muertos, un computador necesitar¨ªa realizar entre diez elevado a treinta y tres y diez elevado a treinta y seis operaciones por segundo. Pues bien, con las nanotecnolog¨ªas hoy disponibles, un computador del tama?o de la Luna podr¨ªa realizar diez elevado a cuarenta y dos operaciones por segundo y simular desahogadamente toda la historia de la humanidad.
?Pero eso no puede hacerse hoy!, dir¨¢ alguien. Cierto. Ahora bien, si civilizaciones posteriores a la nuestra llegan a desarrollar la capacidad de computaci¨®n necesaria para hacer funcionar una simulaci¨®n de la vida de sus antepasados con suficiente precisi¨®n para que un cerebro conectado a esa simulaci¨®n no distinga entre ella y sus propias experiencias subjetivas, ?qui¨¦n nos dice que nosotros no estamos viviendo en esa simulaci¨®n? Lo siento, pero si usted acepta que existe una probabilidad seria de que civilizaciones futuras puedan llegar a hacer funcionar una simulaci¨®n perfecta de nuestras vidas, no puede estar seguro de que -como en la pel¨ªcula Matrix- no estemos viviendo en un tiempo distinto al que creemos vivir y de que usted mismo, en vez de vivir de verdad, no est¨¦ viviendo en esa simulaci¨®n ejecutada por nuestros descendientes. No se lo tome personalmente. No digo que a usted le est¨¢ pasando eso, tan s¨®lo le pido que acepte que eso puede pasar y que, por lo tanto, a alguien le puede estar pasando.
Un an¨¢lisis detallado de las diferencias entre la realidad mundial que yo percibo y la realidad que me cuentan, me ha llevado a concluir que esos cuentos son una realidad virtual que puede estar generada por alg¨²n tipo de Matrix. Por supuesto, la calidad de ese Matrix es muy inferior a la que tiene el Matrix de la pel¨ªcula. En nuestro caso el programa comete errores graves como, por ejemplo, iniciar una guerra para hacer desaparecer unas armas de destrucci¨®n masiva que luego no aparecen. Fallos as¨ª son los que nos han permitido a m¨ª y a muchos otros intuir su existencia. Pero las intenciones de todos los Matrix son siempre las mismas: hacernos creer que pasa lo que no pasa y que lo que pasa no pasa. Siempre para que Matrix siga funcionando gracias a nuestra energ¨ªa.
Lo que resulta dif¨ªcil de saber es el n¨²mero de humanos que ya han sufrido la inoculaci¨®n de realidad virtual de ese Matrix chapucero. Parece evidente que muchas gentes de la televisi¨®n y otros medios de comunicaci¨®n llevan tiempo conectadas a Matrix. Se dir¨ªa que algunas de esas personas incluso se han vuelto "agentes" -como ocurre en Matrix Reload-. Pero lo importante es la gente lisa y llana. ?Qu¨¦ pasa con las personas que viven mal pero que, asustadas tras ver diariamente en la televisi¨®n un rosario de desgracias terribles, terminan dici¨¦ndose "Virgencita que me quede como estoy"? ?Est¨¢ Matrix empezando a manipular sus neuronas? Luego est¨¢n los que viven bien y creen que pueden desentenderse por completo de aquellos que, en su pa¨ªs o en otros, m¨¢s que vivir mueren. En esta visi¨®n miope tambi¨¦n veo la huella del Matrix chapucero. De todas formas, quienes plantean el problema m¨¢s serio son quienes saben o sospechan que lo que los agentes de Matrix presentan como realidad es pura ilusi¨®n y, pese a ello, la aceptan.
Suelen decir, ?es que hay que rechazar las ilusiones simplemente porque son ilusiones?, y debo reconocer que este argumento no es despreciable. Siempre ha habido quien prefiere vivir felizmente enga?ado antes que tristemente esclarecido. Pero olvidan que el enga?ado feliz es el que elige sus propios enga?os, mientras que el enga?ado por Matrix no puede elegir. La diferencia es importante y no consiste en enfrentar ilusi¨®n y realidad. Reside en que cada persona conserve o pierda la capacidad de elaborar su mezcla individual de ilusi¨®n y realidad. Lo que es tanto como decir en que conserve o pierda la libertad de elegir. Y eso es precisamente lo que desaparece en cuanto Matrix le introduce a uno en su programa. S¨®lo un ejemplo, una guerra se puede empezar aduciendo motivos virtuales que no son reales, pero una vez que la guerra ha comenzado es real, y ya no es posible salir de ella sin muertos y sin profundas heridas. El mundo virtual no ofrece salida; la ¨²nica salida est¨¢ en el mundo real y consiste en quitarse a Matrix de de encima... o de dentro.
Dejemos los ejemplos y volvamos a lo importante. Como he dicho, temo que alg¨²n Matrix est¨¦ actuando en nuestro mundo. Un Matrix mucho m¨¢s limitado que el Matrix de la pel¨ªcula que ya domina todas las mentes salvo las de los hackers de la resistencia. ?stos se defienden entrando en el programa y siguiendo los consejos del Or¨¢culo en busca de "el Uno" que debe liberarlos. Pero, por lo que sabemos tras la segunda pel¨ªcula, incluso la leyenda de "el Uno" resulta ser un programa de protecci¨®n de Matrix. La pel¨ªcula no explica c¨®mo lleg¨® Matrix a hacerse con tanto poder, pero creo que eso s¨®lo pudo ocurrir porque en alg¨²n momento los humanos libres empezaron a menospreciar la importancia de vivir seg¨²n una mezcla personal de ilusiones y realidades. De eso es de lo que nuestro Matrix quiere privarnos, y debemos evitarlo a toda costa. La cosa no est¨¢ f¨¢cil. Mientras sigo estudiando el problema, pues no me f¨ªo del todo ni del Or¨¢culo ni de "el Uno", lo mejor es prevenir. As¨ª pues, y por si acaso, mi consejo es, desconf¨ªe de Matrix.
P. D: Para escribir este art¨ªculo he utilizado el trabajo de Nick Borstom, de la Universidad de Oxford, Are you living in a computar simulation?; el libro de Michael Word The Road to Delphi y, por supuesto, las pel¨ªculas de los hermanos Wachowski, Matrix y Matrix Reload.
Carlos Alonso Zald¨ªvar es diplom¨¢tico.
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