Elecciones abiertas
Las elecciones del 2 de noviembre para elegir al hombre m¨¢s poderoso de la Tierra est¨¢n ahora muy abiertas. Bush ha ca¨ªdo en las encuestas a un nivel m¨¢s bajo del que ten¨ªa su padre a estas alturas del a?o 1992, a punto de ser derrotado por Clinton. Los dem¨®cratas est¨¢n cerrando filas en torno a John Kerry, cuyas victorias fulgurantes en las primarias celebradas hasta ahora le han catapultado en los sondeos, aunque John Edwards mantiene a¨²n posibilidades. La campa?a de Bush no ha empezado. Pero ya no ser¨¢ un paseo.
El pa¨ªs sigue tan dividido como en noviembre de 2000, cuando Bush le arrebat¨® la victoria a Al Gore. Bush es el primer presidente desde 1888 que ha llegado a la Casa Blanca con menos votos -medio mill¨®n- que su adversario. Y lo logr¨® gracias al fallo de un juez republicano que inclin¨® la balanza del Tribunal Supremo en su favor sobre los recuentos de votos en Florida, Estado en el que gobierna su hermano Jeb. La econom¨ªa no ha producido los empleos esperados, y se le est¨¢ perdiendo el respeto al presidente en guerra, cuyo presupuesto ha sido criticado por electoralista y deficitario.
Los dem¨®cratas han conseguido animar la participaci¨®n en las primarias y est¨¢n a punto de cerrar la incertidumbre sobre el candidato. Casi seguro que lo ser¨¢ Kerry una vez retirados el ex general Wesley Clark y sobre todo Howard Dean, el hombre que hab¨ªa salido como un rayo, pero que resultaba demasiado radical para el electorado de centro por su oposici¨®n frontal a la guerra de Irak. Quedan Kerry y John Edwards, que no disienten en lo esencial. Kerry, senador desde 1985, aparece como un pol¨ªtico con m¨¢s experiencia. Su voto a favor de la guerra de Irak da m¨¢s peso a sus actuales cr¨ªticas contra Bush, cuyo enga?o sobre las armas de destrucci¨®n masiva se le est¨¢ volviendo en contra. La duraci¨®n y violencia de la posguerra, tambi¨¦n, pese a todos los intentos de censurar las im¨¢genes sobre la llegada de soldados muertos o heridos. El lema maquiaveliano de su asesor pol¨ªtico, Karl Rove, "la percepci¨®n es la realidad", puede empezar a fallar.
Como en 2000, resurgen las preguntas sobre qu¨¦ enchufes movi¨® Bush para enrolarse en la Guardia Nacional y salvarse de tener que ir a Vietnam, y por qu¨¦ desapareci¨® del servicio militar obligatorio poco despu¨¦s. Kerry se presenta justamente como lo contrario: un h¨¦roe de la guerra de Vietnam, en la que no eludi¨® combatir pese a oponerse a ella.
Pero Bush tiene a¨²n muchos recursos en sus manos, sobre todo financieros, en una campa?a que se anuncia, por su parte, como la m¨¢s cara de la historia. Bush espera recaudar m¨¢s de 200 millones de d¨®lares, para lo que ha renunciado, como cuatro a?os atr¨¢s, a los fondos p¨²blicos, que hubieran puesto un l¨ªmite a estas contribuciones privadas. Adem¨¢s, no cabe descartar que, en un golpe de efecto, EE UU logre capturar a Bin Laden o que se produzca un nuevo atentado de Al Qaeda en suelo norteamericano, lo que alimentar¨ªa la imagen de presidente en guerra. Del resultado de estas elecciones depender¨¢ que EE UU confirme su giro hacia una pol¨ªtica imperial o que la experiencia se quede en un par¨¦ntesis.
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