Las paradojas del pr¨®ximo 14-M
?Qui¨¦n va a ganar...? ?Qu¨¦ es lo que va a pasar...? ?stas son preguntas que nos hacemos en voz alta cuando pensamos a qui¨¦n votar, mucho antes de asomarnos a las urnas el domingo electoral. Acudimos, para despejarnos, a los augures: los sondeos y los amigos que los interpretan, como anta?o las entra?as de las aves romanas en vuelo. Muy pronto estaremos en tal trance, si es que ya no lo estamos. Desde esa perspectiva, la reflexi¨®n id¨®nea en estos d¨ªas de tanto ruido -affaire Carod, etc.- es la siguiente: en las pr¨®ximas elecciones generales del 14-M se decide si el PP revalida la mayor¨ªa absoluta o bien la pierde; ¨¦ste es, al menos, el planteamiento que se hace el PSOE, que habla de "derrotar al PP" y no de otra cosa m¨¢s ambiciosa.
Al PP se le puede derrotar de muchas maneras, ciertamente, pero el PSOE solo podr¨¢ ganarle al PP las elecciones obteniendo, o bien la mayor¨ªa absoluta -extremo ¨¦ste hoy por hoy impensable-, o bien aglutinando elementos pol¨ªticos de una heterogeneidad ideol¨®gica que, a medio t¨¦rmino, har¨ªan insostenible cualquier tentativa de gobierno. ?sta es, al menos, la lectura que a ra¨ªz de las experiencias de las Baleares, Madrid o Catalu?a pueden hacer muchos ciudadanos. Sin embargo hay un extremo que no puede obviarse: el del balance de las dos ¨²ltimas legislaturas. ?Han sido positivas las dos? Esta sencilla pregunta obtendr¨ªa respuestas muy diferentes dependiendo m¨¢s de cuestiones geogr¨¢ficas que no ideol¨®gicas.
Es ¨¦ste ¨²ltimo un factor clave, mucho m¨¢s que el que se desprende del resultado de un balance de gesti¨®n, aunque sea importante. De la misma manera que a partir de 1982 , y a lo largo de las tres legislaturas siguientes, la mayor¨ªa (absoluta) de ciudadanos de ciertos territorios de Espa?a votaron al PSOE sin sentirse exactamente de izquierdas, ahora, bastantes, votan al PP sin sentirse exactamente de derechas. No es el caso de Catalu?a o el Pa¨ªs Vasco, evidentemente, pero s¨ª de la mayor¨ªa de las grandes ciudades espa?olas, incluida buena parte de Andaluc¨ªa, La Mancha y Extremadura. Siempre se vota al centro. En el a?o 1982 muchos ciudadanos de ah¨ª percibieron en el proyecto de Felipe Gonz¨¢lez la centralidad deseada para avanzar sin sobresaltos despu¨¦s de las duras experiencias del 23-F. Y de la misma manera que le perdonaron a Felipe la tomadura de pelo del S¨ª a la OTAN, ahora, con toda probabilidad, le perdonaran a Mariano los sucesivos cortes de cabellera de su partido, que ha habido muchos en estas dos ¨²ltimas legislaturas.
Ciertamente es ah¨ª donde el PSOE cometer¨¢ un error t¨¢ctico de grandes dimensiones si se limita a atacar al PP sin ofrecer simult¨¢neamente un discurso positivo admisible, es decir: centrado. El discurso del centro es, para muchos ciudadanos el discurso actual del PP. Consecuentemente, si la idea-fuerza del PSOE se limita a "derrotemos al PP" como rezan los carteles de campa?a diseminados por muchos territorios de Espa?a, la pregunta es: "?para qu¨¦?". Se trata de una pregunta/respuesta que conduce autom¨¢ticamente a revalidar la mayor¨ªa absoluta del PP, que es lo que se quiere evitar. Paradojas de una pol¨ªtica mal pensada o mal hecha, que de todo hay.
Josep Maria Felip es profesor de la Universitat de Val¨¨ncia.
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