El se¨ªsmo golpea la provincia de Alhucemas
Los 81 espa?oles residentes en la zona est¨¢n sanos y salvos, seg¨²n el Consulado
M¨¢s de 560 muertos, seg¨²n la agencia oficial MAP. Acaso muchos m¨¢s. El balance oficial de v¨ªctimas mortales del terremoto que golpe¨® ayer de madrugada la ciudad de Alhucemas y sus alrededores, en el noreste de Marruecos, era anoche de 564, a los que hab¨ªa que a?adir otros 300 heridos. En opini¨®n de los equipos de emergencia y de los habitantes de la regi¨®n, la cifra todav¨ªa puede aumentar.
"No tenemos ni agua ni comida para los ni?os", se quejaba un superviviente
"A las 6.20 todo empez¨® a temblar. Cogimos a los ni?os y salimos corriendo. Vimos las casas caerse, cundi¨® el p¨¢nico", relataba ante los escombros de su vivienda un habitante de Alhucemas. El terremoto se sinti¨® tambi¨¦n en Melilla, la costa mediterr¨¢nea de Andaluc¨ªa, Murcia y Alicante, sin que en estas zonas se produjeran heridos ni grandes da?os materiales.
El rey Mohamed VI se desplaz¨® a T¨¢nger para, desde all¨ª, dar el salto hasta la zona siniestrada. El Gobierno espa?ol ofreci¨® ayuda para aliviar el sufrimiento de la poblaci¨®n de Alhucemas, una de las provincias marroqu¨ªes m¨¢s vinculadas hist¨®ricamente con Espa?a. El rey Juan Carlos y el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, llamaron por tel¨¦fono a Mohamed VI, que agradeci¨® el gesto.
La tierra tembl¨® a las 2.27 de la madrugada de ayer, una hora m¨¢s en la Pen¨ªnsula. Con ese brusco despertar empez¨® la pesadilla de los 65.000 habitantes de Alhucemas, a 150 kil¨®metros al oeste de Melilla, y de sus pueblos circundantes. Imzuren, de 15.000 habitantes, situado a una decena de kil¨®metros al sur de la capital provincial, fue el m¨¢s golpeado. Alguno de sus barrios, como el Quartier des Enseignants, se hab¨ªan desplomado parcialmente. Muchos de los muertos pertenec¨ªan a Imzuren: 229 fallecidos.
En todo el norteste, el n¨²mero de muertos se eleva a 564 y el de heridos supera los 300, seg¨²n la agencia oficial de noticias MAP. Al margen del recuento oficial, se teme que el n¨²mero de v¨ªctimas se incremente en las pr¨®ximas horas, cuando los equipos lleguen a peque?as aldeas rurales de muy dif¨ªcil acceso por carretera.
El epicentro del terremoto, de 6,3 grados en la escala Richter, no estuvo situado en Imzuren sino en Ait Kamra, a 19 kil¨®metros de Alhucemas, seg¨²n el Instituto Marroqu¨ª de Geof¨ªsica. All¨ª y en Ait Kamra abundaban las casas derrumbadas empezando por las de adobe. Los habitantes sanos y salvos no quer¨ªan pasar la noche en sus casas agrietadas mientras continuaban las r¨¦plicas. Al anochecer, bajo una fina lluvia, improvisaban campamentos con algunos utensilios que hab¨ªan sacado de sus viviendas y las primeras ayudas, sobre todo mantas y pl¨¢sticos, que les hab¨ªa proporcionado la Media Luna marroqu¨ª y alguna ONG. "No tenemos agua, ni comida para los ni?os", se quejaba un superviviente tras recordar que las tiendas de campa?a improvisadas, apoyadas a veces en sombrillas, "las hemos construido nosotros sin ninguna ayuda".
En la capital provincial cientos de heridos se agolparon durante horas ante las puertas del hospital Mohamed V, el ¨²nico de la ciudad, hasta poder ser atendidos. Manuel Lorenzo, un cooperante espa?ol, se?alaba que el establecimiento qued¨® r¨¢pidamente desbordado. El hospital m¨¢s cercano a Alhucemas es el de Nador, a 150 kil¨®metros por malas carreteras que se tarda m¨¢s de dos horas en recorrer.
Elmorabi Mimon, jefe de servicio en el Mohamed V, reconoci¨® que s¨®lo cupieron en su morgue los primeros 28 cad¨¢veres. "A partir de ah¨ª hubo que enviarlos al puerto" d¨®nde fueron introducidos en los frigor¨ªficos en los que se conserva el pescado.
El Consulado de Espa?a en Nador, en cuya circunscripci¨®n figura Alhucemas, indic¨® que ninguno de los 81 espa?oles residentes en la ciudad, en su mayor¨ªa profesores del Instituto Jovellanos, hab¨ªa resultado herido.
Los espa?oles pasaron, como los dem¨¢s habitantes, "momentos de p¨¢nico", seg¨²n explic¨® Francisco Bravo, director del instituto, informa To?y Ramos desde Melilla. "Todos salimos corriendo desde nuestras casas buscando espacios abiertos", recordaba, "y las plazas se llenaron de gente". Algunos vecinos motorizados quisieron alejarse del lugar de la cat¨¢strofe y se subieron a sus coches. "Se form¨® un gran atasco", prosigue Bravo, en las estrechas calles de Alhucemas.
El s¨²bito embotellamiento o las malas carreteras del norte de Marruecos explican, entre otras razones, que la poblaci¨®n de Imzuren tardase horas en recibir los primeros auxilios. "Hubo que esperar casi cuatro horas a que viniese el primero equipo de rescate", se lamenta Ahmed, "aunque, claro esta, pese a la oscuridad, nos pusimos nosotros mismos manos a la obra para buscar supervivientes con linternas y la luz de los faros de alg¨²n coche".
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