Sexo en Barcelona
Est¨¢n los hombres venga a pensar y a requetepensar. Y por si no fuera bastante, no paran de contarnos lo que piensan. En las tertulias, en los peri¨®dicos, en el Parlamento, en los consejos de empresas, bancos y corporaciones, en las c¨¢maras, en los telediarios... Pero, ?qu¨¦ piensan las mujeres? Sigue el eterno misterio. A los chicos les encanta esa mujer de mirada perdida, media sonrisa y larga melena, sexy y dulce, sin duda inteligente, pero, por favor, discreta. Y as¨ª seguimos, cada sexo en su sitio, separados hasta en el pensamiento.
Es dif¨ªcil, dicen, saber lo que piensan las mujeres. Algunos lo han intentado, pero el resultado no ha desvelado demasiadas claves del pensamiento femenino. El misterio pervive. Una directora norteamericana, abducida por alg¨²n extraterrestre masculino, hizo una pel¨ªcula sobre el tema. Mel Gibson, guap¨ªsimo y muy c¨®modo en su papel de patoso machista, le¨ªa la mente femenina y descubr¨ªa que las chicas pensaban, exclusivamente, en los hombres. Aquellas mujeres sobradamente preparadas dedicaban las 24 horas del d¨ªa (en el trabajo, en la calle, en la barra del bar, en el s¨²per...) a pensar en ellos. Eso s¨ª, hartas de estar d¨¢ndole vueltas a ese ¨²nico tema, los pon¨ªan verdes sin piedad.
Por primera vez, una serie con mujeres sin menopausia consigue grandes audiencias
El intento de m¨¢s ¨¦xito de este mundo global, ha sido Sexo en Nueva York. Por primera vez en la historia de la televisi¨®n, una serie protagonizada por mujeres sin menopausia (la otra fue Las chicas de oro) ha conseguido grandes audiencias. Montones de horas en las que cuatro impresionantes se?oras, con impecables cortes de pelo, han hablado sin parar de sexo. Masculino, claro. Ya no van a rodar m¨¢s cap¨ªtulos, pero nos han dejado algunos grandes pensamientos. Sobre la econom¨ªa: "El dinero es poder, el sexo es poder. Obtener dinero del sexo es s¨®lo un intercambio de poder". Sobre el sector inmobiliario: "Todas necesitamos un hombre. Por eso, yo alquilo mi apartamento. Si tienes tu propio piso y ¨¦l no, la estructura de poderes est¨¢ mal. Los hombres no quieren mujeres tan autosuficientes". Sobre pol¨ªtica internacional: "El ¨²nico lugar donde puedes controlar a un hombre es en la cama. Si les hici¨¦ramos sexo oral continuamente, podr¨ªamos dominar el mundo". Han sido seis a?os de pensamiento femenino, puro y duro; del que gusta a los hombres.
Ha quedado claro que las se?oras pensamos en el sexo. Aunque las mujeres que yo conozco piensan tambi¨¦n en otras muchas cosas y -siento desvelar el misterio- sus intereses, sus comentarios, no se apartan demasiado de los de los hombres. ?ltimamente, aunque no lo crean ni lo vean, las he o¨ªdo hablar de las abiertas y cerradas crisis del tripartito. Tambi¨¦n de Bush y de sus armas de destrucci¨®n perdidas. Y de lo pasado de rosca que est¨¢ Trillo echando monedas, llam¨¢ndonos "queridas" y obsesionado con conquistar Perejil.
Han comentado algunos art¨ªculos que escriben nuestros queridos pensadores, todos tan profundos, sobre esos encapuchados a los que est¨¢n dando importancia sin que se la merezcan. Las he escuchado recomendar el ¨²ltimo libro de Susan Sontag, que tambi¨¦n es de Nueva York. Y preocuparse por asuntos a los que ellos no dedican ni un minuto: la lucha por conciliar el empleo y la vida personal; la vuelta al trabajo despu¨¦s de la baja que casi siempre es s¨®lo maternal o esos padres mayores a los que tambi¨¦n tienen que cuidar.
S¨ª, cierto, ayer en el gimnasio estuvimos hablando de hombres. Una amiga enfermera, con turno de noche e insomnio cr¨®nico, ha descubierto unos bares cubanos, llenos de mojitos, salsa y merengue, que son como los de La Habana, pero en el Raval. O sea, que hablamos de sexo en Barcelona.
Rosa Cullell es consejera delegada de Grup 62.
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