Desasosiego berlin¨¦s
Berl¨ªn es una ciudad at¨®nita y expectante. La historia le asign¨® un lugar inolvidable en el siglo XX -"el siglo corto", que dir¨ªa Eric Hobsbawn-, cuyas m¨¢s terribles guerras y m¨¢s intensos conflictos pol¨ªticos e ideol¨®gicos tuvieron en ella un escenario excepcional. Pero ese pasado ya es pasado y la ciudad intenta encontrar ahora un nuevo rumbo en el mundo que comenz¨® el d¨ªa que sus ciudadanos derribaron el muro poniendo punto final al socialismo realmente existente en Europa y a la guerra fr¨ªa. Cierto: intenta un nuevo rumbo pero aparentemente todav¨ªa no lo encuentra a juzgar por el poso de desasosiego e inquietud que se transparenta en la tercera edici¨®n de su bienal de arte. Y eso que hay motivos para declarar que "Berl¨ªn va bien", ahora que es de nuevo la capital de Alemania y que el gran capital internacional despliega lo m¨¢s espectacular y caracter¨ªstico de su arquitectura en Potsdamer Platz o en Unter de Linden mediante unas operaciones urban¨ªsticas que relegan a un oscuro segundo plano el antiguo esplendor de Kudam, la calle m¨¢s emblem¨¢tica de un Berl¨ªn occidental que exhib¨ªa desafiante su modernidad ante los ojos resignados de los berlineses orientales. Pero, insisto, esas realizaciones no parecen bastar a Ute Meta Bauer, la directora art¨ªstica de la bienal, ni a su equipo, ni al grueso de los artistas incluidos en la misma, quienes en vez de celebrarlas las cuestionan, ansiosos por aclarar que ninguno de esos gestos espectaculares deshace los interrogantes abiertos por los desplazamientos hist¨®ricos que han puesto a la ciudad en una situaci¨®n in¨¦dita no s¨®lo con respecto a la Alemania reunificada sino con respecto a un mundo aterrorizado en el que no quedan m¨¢s que las ruinas del fascinante relato futurista de la globalizaci¨®n. Y nada de sus promesas de felicidad.
De all¨ª que esta tercera edici¨®n de la bienal de Berl¨ªn sea en realidad muy berlinesa por su evidente atadura con las preocupaciones que asedian la ciudad. En ese sentido va en contrav¨ªa de la llamada bienalizaci¨®n del arte contempor¨¢neo, que al pairo de un modelo de globalizaci¨®n hoy en crisis se ha propagado por los cuatro continentes levantando en cada caso un impresionante escenario medi¨¢tico para el despliegue de un arte sin ra¨ªces ni fronteras al que no s¨¦ si calificar de internacional o de cosmopolita.
La bienal est¨¢ organizada
en cinco partes o hubs, que con su solo enunciado revelan el dispositivo conceptual con el que sus organizadores han encajado las preocupaciones mencionadas antes. El primero se llama Migraci¨®n, el segundo Condiciones urbanas, y los restantes Paisajes sonoros, Moda y escenas y Otras cinematograf¨ªas. Las obras y los artistas incluidos en ellos inciden en muchos de los asuntos y los problemas que determinan la vida de Berl¨ªn. As¨ª, la escritora y realizadora Hito Steyerl se ocupa en el hub que coordina de las migraciones y la triste suerte que padecen y de la topolog¨ªa efectiva de la UE, que para ella responde m¨¢s a la banda de Moebius que a la geometr¨ªa cartesiana. Jesko Fezer y Axel John Wieder documentan en las tendencias m¨¢s inquietantes en el actual urbanismo berlin¨¦s, como son la escalada de precios de los bienes inmuebles, la privatizaci¨®n del espacio p¨²blico y la "gentrificaci¨®n" de zonas enteras del Berl¨ªn Este. El sonic team en Paisajes sonoros da cabida tanto a la vitalidad demostrada por las mujeres en la escena pospunk como a la revalorizaci¨®n del ruido por los compositores contempor¨¢neos. Y Regina M?ller, amparada en la condena de Balzac a los tontos que no encuentran sino moda en la moda, propone juegos de interpretaci¨®n y experimentaci¨®n con la ropa que abren verdaderamente perspectivas in¨¦ditas. Por ¨²ltimo, Otras cinematograf¨ªas re¨²ne los trabajos de una veintena de art¨ªfices que proponen alternativas efectivas a los discursos cinematogr¨¢ficos hegem¨®nicos.
Marcelo Exp¨®sito -el ¨²nico artista espa?ol en esta bienal- ense?a dos obras, Entre sue?os: Primero de Mayo y Mayday, que ofrecen tanto una reflexi¨®n sobre los movimientos contestatarios en la era posfordista como una cala en las innovaciones simb¨®licas y semi¨®ticas generadas por la antiglobalizaci¨®n.
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