Intelectuales y artistas critican la pol¨ªtica cultural del Gobierno franc¨¦s
M¨¢s de 40.000 personas dicen que Raffarin ha declarado una "guerra contra la inteligencia"
El mundo intelectual se agita en Francia.Una revista lanza un manifiesto en "defensa de la inteligencia", que estima amenazada por el Gobierno de Raffarin. En pocos d¨ªas, m¨¢s de 40.000 profesionales respaldan la cr¨ªtica contra el Ejecutivo. ?ste, por su parte, intenta presentar a intelectuales y artistas como un sector protegido y ajeno a la realidad contable. Se agitan viejos fantasmas y se contrapone "trabajo manual y tangible a trabajo intelectual y virtual". ?Se trata de una fractura m¨¢s en una sociedad francesa atravesada por m¨²ltiples grietas que no se consiguen reparar?
Investigadores, cineastas, arque¨®logos, profesores, m¨¦dicos y abogados franceses dicen en el manifiesto estar de acuerdo en denunciar el "nuevo anti-intelectualismo de Estado" que impulsa el Ejecutivo a "fragilizar el mundo del espect¨¢culo, a realizar recortes brutales de los presupuestos del saber y la investigaci¨®n". La supresi¨®n de los llamados "empleos j¨®venes" en el sector de la educaci¨®n, la negativa a cubrir las plazas de m¨¦dicos que se jubilan, la anulaci¨®n o congelaci¨®n de cr¨¦ditos destinados a investigaci¨®n, la puesta en cuesti¨®n del estatuto de los intermitentes del espect¨¢culo, un proyecto de ley que abre la puerta a mayores facilidades judiciales para los poderosos, son iniciativas que se suman y que pueden provocar una gran manifestaci¨®n el pr¨®ximo 13 de marzo. De momento, m¨¢s de 40.000 personas -intelectuales y artistas autoproclamados- han firmado el manifiesto propuesto por la revista Les Inrockuptibles contra un Gobierno al que acusan de "haberle declarado la guerra a la inteligencia". Se suman a los 54.589 investigadores cient¨ªficos que, sobre un total de 104.000, denuncian la miseria a la que est¨¢n siendo condenados.
Jean-Pierre Raffarin lleg¨® al cargo de primer ministro en nombre de la "Francia de los de abajo". Frente a la tradici¨®n que exige a los pol¨ªticos galos el haber publicado alg¨²n libro y saber encadenar subordinadas como nunca Eduardo Zaplana ha so?ado saber hacerlo, Raffarin se present¨® como un empresario modesto que ha triunfado, un tipo provinciano que nada tiene que envidiar a los "cabezas de huevo" parisienses. Su condici¨®n de hijo de un ministro de la IV Rep¨²blica, de hombre crecido a la sombra de un antiguo presidente del Senado y de cacique local fue ocultada en beneficio de su breve paso por la empresa privada y la presidencia de la regi¨®n. Un vez en Matignon ha mostrado una gran preocupaci¨®n por resolver los conflictos sociales protagonizados por los empresarios del sector de la restauraci¨®n, que ped¨ªan un IVA reducido, o por compensar las p¨¦rdidas de ingresos de las expedendur¨ªas de tabaco, pero muy poca por las quejas de profesionales del saber o de la creaci¨®n. "En nuestro pa¨ªs los intelectuales est¨¢n acostumbrados a firmar protestas. En Estados Unidos, a obtener premios Nobel", ha dicho un ministro mientras otro parec¨ªa inspirarse en Picasso al decirles a los investigadores que "en vez de afirmar que buscan, debieran encontrar".
Los fil¨®sofos Jacques Derrida y Claude Lanzmann, el soci¨®logo Alain Touraine, los cineastas Fran?ois Ozon, Bertrand Tavernier o Catherine Breillat, los directores de teatro y cine Patrice Ch¨¦reau y Ariane Mnouchkine, los antiguos ministros Jack Ralite y Michel Rocard, los escritores Patrick Chamoiseau y H¨¦l¨¨ne Cixous figuran en la larga relaci¨®n de quienes ven atacada la inteligencia. Otros, como el fil¨®sofo Marcel Gauchet, al tiempo que denuncian "la mescolanza que se ampara bajo la f¨®rmula inteligencia", constatan que "el dinero p¨²blico se rarifica", y concluye que "el actual Gobierno es la estupidez al poder". Para el economista Philippe Fr¨¦meaux, "la estupidez es precisamente la cosa mejor repartida en el mundo", y cree que Raffarin debe ver con buenos ojos el manifiesto porque "su populismo le lleva a proponer un enfrentamiento entre la Francia que piensa y la Francia que trabaja".
El incombustible Jack Lang ha intentado capitalizar para s¨ª el manifiesto de los Inrockuptibles, pero la revista ha rechazado su respaldo porque el ex ministro de Cultura "encarna los a?os Mitterrand". Y si Raffarin es "la berlusconizaci¨®n de Francia", los j¨®venes no quieren asociar a su protesta a quien "simboliza la cultura de las lentejuelas, de la apariencia". Problemas de imagen, porque Lang tiene raz¨®n cuando afirma que "la universidad acaba de vivir dos a?os negros, sin una sola creaci¨®n de nuevas plazas. El Ministerio de Educaci¨®n es el protagonista de la mayor reestructuraci¨®n laboral de Francia".
El escritor Cesare Battisti, en peligro de extradici¨®n
El supuesto menosprecio para con el mundo intelectual de Jean-Pierre Raffarin encuentra otra forma de plasmaci¨®n en la reciente decisi¨®n de encarcelar, de cara a extraditarlo, al escritor italiano Cesare Battisti. El presidente Fran?ois Mitterrand acept¨®, en 1985, no conceder ninguna demanda de extradici¨®n italiana referida a antiguos terroristas de extrema izquierda si ¨¦stos, refugiados en Francia, hab¨ªan roto con su pasado militante. Para Mitterrand, unas demandas basadas en las declaraciones de los llamados "arrepentidos" no eran fiables, y las acusaciones por "complicidad ps¨ªquica", inaceptables por no existir el delito en el C¨®digo Penal galo.
Pero la palabra de Mitterrand no parece comprometer la de Jacques Chirac. Battisti -autor, entre otras, de Cargo sentimental, Avenida revoluci¨®n, Buena onda y Derni¨¨res cartouches- puede ser v¨ªctima de esa falta de respeto chiraquiano por la palabra dada por su antecesor. El pasado 10 de febrero, a ra¨ªz de una denuncia banal -una pelea de vecindario-, la polic¨ªa gala rescat¨® del olvido la demanda italiana de extradici¨®n y procedi¨® al encarcelamiento preventivo de Battisti en espera de la decisi¨®n judicial. El 25 de agosto de 2002, el profesor universitario Paolo Persichetti ya vivi¨® las consecuencias de la nueva actitud francesa.
Ante la prisi¨®n de la Sant¨¦, en Par¨ªs, han desfilado escritores, editores y pol¨ªticos para manifestar su solidaridad con Battisti y criticar a Chirac. Un diputado de la coalici¨®n conservadora en el poder, Jacques Remillet, le ha enviado una carta record¨¢ndole que "la palabra dada por un presidente no compromete s¨®lo su persona, sino tambi¨¦n nuestro pa¨ªs, patria de los derechos del hombre".
Para Battisti, la extradici¨®n no equivale a un juicio, sino a la cadena perpetua pues fue condenado, en rebeld¨ªa, mientras ¨¦l viv¨ªa en M¨¦xico tras fugarse de la c¨¢rcel de Latina. En 1991, un tribunal franc¨¦s ya rechaz¨® extraditarle y ahora, en buena l¨®gica, debiera beneficiarse del principio Non bis in idem, es decir, que no puede repetirse un proceso por los mismos cargos. Pero el ministro de Justicia, Dominique Perben, pretende que la denuncia de los vecinos sea motivo suficiente como para considerar que la situaci¨®n ya no es in idem, es decir, id¨¦ntica.
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