La precaria instrucci¨®n del caso Benifallim lastra el juicio al ¨²nico acusado
La falta de pruebas materiales marca la vista contra el presunto autor del triple crimen
Ni un pelo, ni un rastro de sangre. Ni siquiera una huella, una colilla o un poco de saliva. Nada. La precaria instrucci¨®n del triple crimen de Benifallim, motivo de expedientes sancionadores a una juez y a dos fiscales, est¨¢ lastrando el juicio al ¨²nico acusado. Ante la falta de pruebas materiales, el fiscal y las acusaciones particulares basan sus argumentos en la autoinculpaci¨®n inicial del procesado y en sus frecuentes contradicciones. La vista oral se reanuda hoy.
El jefe de la polic¨ªa judicial de la Guardia Civil reuni¨® a su equipo, dio un pu?etazo en la mesa y dijo: "No tenemos nada. Me cago en la leche". Era el 24 de agosto de 1999 y hab¨ªan transcurrido cuatro d¨ªas desde que unos agentes forestales hallaran los cad¨¢veres de tres personas, dos hombres y una mujer, en una mas¨ªa de Benifallim, un pueblecito de monta?a cercano a Alcoi. Hab¨ªan muerto a golpes de apero. Poco m¨¢s que eso sab¨ªan los investigadores: desconoc¨ªan el m¨®vil del triple crimen y no hab¨ªa testigos presenciales.
Tampoco pruebas materiales. Ni un pelo, ni un rastro de sangre. Ni siquiera una huella, una colilla -el presunto homicida fuma compulsivamente- o un poco de saliva. Nada. "Y lo que es peor", a?adi¨® el capit¨¢n a sus subordinados, "por no tener no tenemos ni sospechosos". Los veh¨ªculos de los bomberos y las ambulancias hab¨ªan borrado posibles huellas en el exterior del caser¨ªo y el fuego consumi¨® cualquier indicio del interior. Escrutando los cad¨¢veres tampoco se apreciaba rastro alguno del homicida o los homicidas. Un caso dif¨ªcil.
Ahora, cuatro a?os y medio despu¨¦s de aquel crimen, cuando la Audiencia de Alicante juzga a un ¨²nico acusado, Francisco G¨®mez Sim¨®n, de 31 a?os, aquel atestado sin pruebas materiales y una instrucci¨®n judicial precaria y lenta, que fue objeto de expedientes de sanci¨®n a la juez y a dos fiscales, est¨¢n lastrando la vista con jurado. Y restando contundencia acusatoria al fiscal jefe de la Audiencia de Alicante, Jos¨¦ Antonio Romero, para quien el acusado es autor de tres delitos de homicidio y uno de incendio. Esa r¨¦mora de la acusaci¨®n es regocijo de la defensa.
La salida de la c¨¢rcel de Francisco G¨®mez Sim¨®n encendi¨® a finales de agosto las luces de alarma en el Poder Judicial. El motivo de la puesta en libertad provisional era que se hab¨ªa cumplido el plazo m¨¢ximo legal de privaci¨®n de libertad a la espera de juicio sin que la instrucci¨®n judicial del caso hubiera concluido. La Comisi¨®n Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) abri¨® expediente disciplinario a la magistrada Natividad Navarro, instructora inicial del triple crimen. Apreci¨® indicios de falta "muy grave" de desatenci¨®n en la tramitaci¨®n del controvertido caso.
Antes de que acabara aquel 24 de agosto de 1999, cuando el pesimismo cund¨ªa entre los investigadores, un agente se dirigi¨® a su jefe: "El t¨ªo del chaval dice que ese d¨ªa no estuvo con ¨¦l". ?Bingo!. "Lo tenemos". El chaval era el acusado Francisco G¨®mez, la persona que menos sospechas hab¨ªa levantado de entre todas las que ese d¨ªa hablaron con la Guardia Civil. A Francisco lo descartaron por bajo y porque ten¨ªa una coartada.
Ser muy bajo ha sido esencial en la vida de este alcoyano de 31 a?os. Para la mili no dio la talla. "Ese tipo es muy bajo para matar a tres personas mucho m¨¢s corpulentas que ¨¦l", hab¨ªa dicho un guardia a su jefe. Francisco acude estos d¨ªas a su juicio arriba de unas plataformas de diez cent¨ªmetros para realzar su 1,52 metros de estatura. El guardia civil que controla el detector de metales de la sede judicial ya sabe que los complementos met¨¢licos del calzado del acusado hacen saltar la alarma. Su nivel intelectual va parejo a su estatura. Su abogada dice que es un "d¨¦bil mental" y ¨¦l, en una conversaci¨®n con este diario, aclara: "Listo no soy".
Francisco hab¨ªa contado a la Guardia Civil que el d¨ªa de autos, el 20 agosto por la ma?ana, estuvo cargando corderos con su t¨ªo y tomando "unas tapitas y una ca?as" en el bar de Benifallim. En el bar confirmaron que Francisco estuvo all¨ª, pero el t¨ªo asegur¨® que ese d¨ªa no vio a su sobrino. El bingo parec¨ªa confirmarse.
Una persona que particip¨® en los interrogatorios al procesado recuerda, en conversaci¨®n con este peri¨®dico, que a Francisco le cost¨® confesar la autor¨ªa de los hechos. "Al final admiti¨® que hab¨ªa golpeado a Rigoberto; entonces paramos el interrogatorio y avisamos a la abogada", rememora. Rigoberto Luis Esteve Pascual ten¨ªa 47 a?os cuando muri¨® y era la pareja de Elvira Monllor, de 54 la due?a de Les Vaquerisses. Luego admitir¨ªa que golpe¨® a las tres personas, pero no que las matara."Si fue ¨¦l es muy probable que no tuviera constancia de la muerte de estas personas", dice una persona vinculada al caso. De hecho, durante la primera sesi¨®n del juicio, se conoci¨® que una de las v¨ªctimas todav¨ªa viv¨ªa cuando lleg¨® la asistencia m¨¦dica.
Al poco de ingresar en la prisi¨®n alicantina de Fontcalent, Francisco se declar¨® inocente. Sus dos confesiones anteriores, asegur¨®, eran falsas, inventadas. "Declar¨¦ que yo era el autor por presiones de la Guardia Civil", dijo. El procesado hab¨ªa confesado el triple crimen en tres ocasiones -las primeras declaraciones a la Guardia Civil y al juez y en la reconstrucci¨®n de los hechos- y durante esas inculpaciones ofreci¨® detalles tan precisos sobre c¨®mo ocurrieron los hechos que, seg¨²n el fiscal, es "imposible" que los inventara. El acusado, que reconoci¨® su firma en las declaraciones autoinculpatorias, asegur¨® que decidi¨® cambiar su versi¨®n y declararse inocente cuando se sinti¨® libre de las supuesta presi¨®n de la Guardia Civil.
Seat 600
A falta de pruebas materiales, hab¨ªa que buscar contradicciones del procesado. Como ¨¦sta que le plante¨® el fiscal jefe de Alicante el lunes pasado, durante la primera sesi¨®n del juicio: "Si usted declara que nunca estuvo en la mas¨ªa Les Vaquerises, ?c¨®mo es posible que dibujara un Seat 600 abandonado que hab¨ªa en la finca cuando la Guardia Civil le pidi¨® que describiera el escenario del crimen?". "?C¨®mo sab¨ªa que all¨ª hab¨ªa un Seat 600?", le insisti¨® el acusador p¨²blico ante el silencio del acusado. "Yo no he matado a esas personas", respondi¨® Francisco. Seg¨²n el capit¨¢n de la Guardia Civil que dirigi¨® la investigaci¨®n, el acusado dibuj¨® el croquis "con absoluta libertad, sin ninguna recomendaci¨®n por parte nuestra y en presencia de su abogada".
Pero el acusado no se separa de un gui¨®n que repite hasta la saciedad: "Fui presionado por la Guardia Civil". "Me tuvieron 12 o 14 horas en un cuarto peque?o, con much¨ªsimo calor, me empujaron contra la pared y, al final, confes¨¦ para que me dejaran en paz", declar¨® en el juicio.
Desde que sali¨® de prisi¨®n, Francisco se dedica al pastoreo de corderos. Cada d¨ªa baja de la monta?a al juzgado de Alcoi, firma, y vuelve al monte. La palabra cordero se repite frecuentemente en los legajos del sumario. Uno de los investigadores recuerda que la due?a de Les Vaquerises, Elvira Monllor, guardaba en la mas¨ªa 6.000 euros de una reciente venta de corderos. "De ese dinero nada se sabe", afirma. Los corderos tambi¨¦n fueron coartada del acusado. "Estaba cargando corderos con mi t¨ªo", dijo en su primera declaraci¨®n.
El juicio entra en su recta final plagado de inc¨®gnitas. Hoy declaran siete testigos propuestos por la defensa y ma?ana lo har¨¢n los peritos del fiscal, las acusaciones particulares y la defensa. La vista concluye el jueves con la deliberaci¨®n y el veredicto del jurado.
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