El Rubio y sus 2.000 detenidos
M¨¢laga tiene un d¨¦ficit de 500 polic¨ªas, pero la comisar¨ªa Norte consigue una eficacia del 40%
Sostiene Antonio El Rubio que habr¨¢ practicado unas 2.000 detenciones. No anda lejos de cumplir los 50, as¨ª que a veces se pregunta qu¨¦ otra cosa puede hacer en esta vida que ser polic¨ªa y pisar la calle cada d¨ªa con el sexto sentido siempre afilado. Nadie le va a discutir su estad¨ªstica personal, y puede que no est¨¦ demasiado alejada de la realidad si se comprende que El Rubio trabaja en la comisar¨ªa Norte de M¨¢laga desde hace 14 a?os, que tiene a gala ser la que m¨¢s detenciones practica en la ciudad: 1.697 en 2003 sin ir m¨¢s lejos. En sus dominios est¨¢ el barrio duro de la capital, el distrito de Palma-Palmilla, residencia habitual de delincuentes que cada d¨ªa se desparraman por la ciudad y centro neur¨¢lgico en la venta de drogas.
Los jefes viven obsesionados por las estad¨ªsticas, las cifras y la escasez de polic¨ªas
Si la productividad es buena, El Rubio cobrar¨¢ entre 360 y 480 euros m¨¢s por trimestre
La lluvia que ha ca¨ªdo estos d¨ªas sobre M¨¢laga alivia la tensi¨®n. Lo saben los veteranos y lo certifican las estad¨ªsticas. Llueve, luego bajan los delitos, un insospechado efecto meteorol¨®gico en materia de seguridad ciudadana. Pero no por eso le cambia la cara a El Rubio cuando sale por la ma?ana a cumplir con sus obligaciones en un veh¨ªculo K (algo as¨ª como un coche de paisano) junto a su compa?era Cristina, 29 a?os, hija de polic¨ªa, que cumple sus pr¨¢cticas hasta septiembre, fecha en la que jurar¨¢ el cargo. Es su nueva pareja despu¨¦s de tantos a?os al lado de Paco Godoy, conocido como Matrix, por su vestuario negro y su mala leche. El Rubio hac¨ªa el papel de bueno, Matrix el de malo. As¨ª han impuesto la ley en el barrio. "Aqu¨ª nos respetan porque les machacamos todos los d¨ªas".
La gente le mira de reojo, pero El Rubio saluda con descaro, como queriendo recordar qui¨¦n representa la ley. Le contestan con una sonrisa forzada. Es un ejercicio de mutua diplomacia, de cinismo contenido. "A ¨¦ste lo he detenido yo un par de veces, y a aquel otro tambi¨¦n", se?ala El Rubio, entre un saludo y otro. "Ay si pudieran poner precio a mi cabeza". El Rubio tiene la mirada educada: sus ojos trabajan como un esc¨¢ner. Ve a un tipo en ciclomotor y le pone mala cara. "?ste lleva casco, eso es que no quiere que le pare la polic¨ªa. Seguro que lleva algo".
El tipo del ciclomotor ha tenido suerte. El Rubio no se detiene para pedirle la identificaci¨®n porque tiene otras cosas que hacer. Prioridades. A veces se han resuelto peque?os atracos a salto de mata. Parar a un t¨ªo que pasea con una caja de v¨ªdeo por la calle. Pedirle el DNI. Hacer una llamada a comisar¨ªa y preguntar si alguien ha sustra¨ªdo un v¨ªdeo en alg¨²n comercio. Obtener respuesta afirmativa. Y detenerlo.
El Rubio tiene que investigar un par de tirones a dos mujeres. Y lleva en el asiento trasero una carpeta con las fotos de individuos sobre quienes pesan ¨®rdenes de detenci¨®n. Resolver un tir¨®n no es f¨¢cil y depende de contar con alg¨²n detalle que permita iniciar pesquisas. El ¨²ltimo caso le cost¨® dos ma?anas: un mismo autor de tres tirones; en el ¨²ltimo, cometido en un hipermercado, la mujer se rompi¨® el tobillo. El autor result¨® ser Paquillo el Malo, un chaval de 14 a?os, envalentonado con una mezcla de pastillas y cerveza. "Suerte que el chaval ya ten¨ªa los 14 cumplidos", dice Cristina. "De lo contrario, no podr¨ªamos detenerlo sino entreg¨¢rselo a sus padres".
La tensi¨®n estad¨ªstica. Los jefes viven obsesionados con las cifras, con los ¨ªndices, con la escasez de efectivos. El maltrato a mujeres es ahora delito. Y la estad¨ªstica sube porque hay m¨¢s denuncias: hay que buscar al marido, detenerlo y mantenerlo alejado si el juez as¨ª lo determina. M¨¢s trabajo. Hace un a?o se adjudicaron 16 plazas en M¨¢laga para polic¨ªas en segunda actividad destinados a vigilar las ¨®rdenes de alejamiento. S¨®lo se ha cubierto apenas media docena, as¨ª que un problema m¨¢s a la hora de repartir trabajo para Ram¨®n Aguilar, el jefe de El Rubio, otro hombre que no quiere dejar de ser polic¨ªa: como toda medida preventiva ha optado por fumar menos y se compra paquetes de diez cigarrillos. Ram¨®n manda a unos 30 hombres. Antes eran 40.
La falta de efectivos es un lastre en toda Espa?a. Sucede tambi¨¦n en M¨¢laga. El cat¨¢logo de 2000 cifra unas necesidades de 2.348 hombres para la provincia. Apenas rebasan los 1.800. Es decir, unos 550 polic¨ªas menos de los necesarios. La media de edad de un polic¨ªa en M¨¢laga es de 47 a?os. El Gobierno ha reaccionado a ¨²ltima hora y ha sacado a oferta p¨²blica miles de plazas de polic¨ªas, de tal manera que la Academia de ?vila no tiene capacidad. "No caben m¨¢s de 1.100 alumnos y ahora hay 2.100 aspirantes en cada promoci¨®n", dicen los sindicatos. As¨ª que la actual direcci¨®n ha inventado una medida inteligente, el aula pr¨¢ctica: los alumnos har¨¢n m¨¢s horas lectivas en las comisar¨ªas.
El Rubio podr¨ªa dibujar el ¨¢rbol geneal¨®gico de muchas familias del barrio. Los ha visto entrar y salir de la c¨¢rcel, transmitir el negocio de padres a hijos, los ha visto morir y los ha visto enriquecerse. El barrio se est¨¢ poblando ahora de nigerianos y sus asuntos de estafas y prostituci¨®n, adem¨¢s de magreb¨ªes. Hay una calma chicha entre ellos y las tres grandes familias gitanas, los Charros, los Romualdos y los M¨¢s uno. A no faltar, estallar¨¢ un conflicto territorial. El Rubio ha llegado al punto en el que no se hace preguntas. Despu¨¦s de 14 a?os pisando la calle, las cosas no han mejorado. "Esto no lo arregla la polic¨ªa. Yo me limito a investigar y detener si hay pruebas".
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