Todo el mundo gana
Salvo casos clamorosos de quiebra del sistema pol¨ªtico vigente, los ciudadanos del ancho mundo propenden a la estabilidad electoral. Lo contrario conlleva necesariamente la liquidaci¨®n de la Democracia Cristiana, como sucedi¨® en Italia, el advenimiento de la perestroika rusa y la subsiguiente ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn o el vendaval Hugo Ch¨¢vez que acab¨® en Venezuela con el apa?o bipartidista entre ADECO y COPEI.
En cambio, cuando el sistema aguanta, el elector prefiere huir de cualquier riesgo. En el caso espa?ol, a tenor de la encuesta del CIS, los ciudadanos somos de lo m¨¢s conservador. Y no me refiero con ello a la posible mayor¨ªa absoluta del PP que vaticina el sondeo, sino a la estabilidad general en su voto, sea del signo que fuere, que manifiestan los encuestados.
En ello coinciden las tres ¨²ltimas encuestas hechas p¨²blicas. En la de Demoscopia, el Partido Popular obtendr¨ªa de 174 a 177 diputados, con una ventaja de 5 puntos sobre el PSOE. La de Sigma Dos da al PP entre 172 y 177 esca?os, 6,2 puntos por encima de los socialistas. En la ya citada del CIS, los datos son m¨¢s precisos: 176 de los 350 esca?os del Congreso para el PP y una diferencia entre el 42,2% de votos y el 35,5% del PSOE. O sea, que Mariano Rajoy tiene su puesto en La Moncloa al alcance de la mano.
En t¨¦rminos generales, el Parlamento que viene se parecer¨ªa al saliente, de creer la ¨²ltima encuesta. La ¨²nica excepci¨®n notoria es el espectacular crecimiento del partido de Carod Rovira, que pasar¨ªa de un solitario diputado -Joan Puigcerc¨®s- a seis, con los que podr¨ªa formar grupo parlamentario propio, y ello a costa de Converg¨¨ncia i Uni¨®. Pero ese llamativo salto electoral no constituye propiamente una novedad, porque la tendencia se hab¨ªa mostrado ya en las elecciones auton¨®micas catalanas del 16 de noviembre.
Al margen de esta tediosa reiteraci¨®n de cifras, da la impresi¨®n que, salvo la coalici¨®n que encabeza en Barcelona Josep Antoni Duran i Lleida, todo el mundo se dar¨ªa por satisfecho de producirse estos resultados el pr¨®ximo d¨ªa 14. Para empezar, el PP, por supuesto. Repetir mayor¨ªa absoluta tras ocho a?os de Gobierno, con cambio de l¨ªder y tras lo que ha llovido, ser¨ªa un ¨¦xito may¨²sculo, aunque se baje del 44,5% de votos obtenido hace cuatro a?os al 42,2% pronosticado ahora. Tambi¨¦n habr¨ªa de estar contento Llamazares, que en vez de quedarse fuera del mapa ver¨ªa a su formaci¨®n pasar de 8 a 10 diputados.
?Y Rodr¨ªguez Zapatero? ?Qu¨¦ emociones deber¨ªa experimentar ZP de cumplirse la estimaci¨®n electoral? Deber¨ªa estar m¨¢s que satisfecho: subir¨ªa un 1,4% respecto a 2000 y conseguir¨ªa seis esca?os m¨¢s de los que obtuvo entonces Joaqu¨ªn Almunia. ?Es eso suficiente? No lo es, obviamente, pero s¨ª que resulta absolutamente imprescindible para cimentar sobre ello un liderazgo siempre puesto en entredicho y aspirar a La Moncloa en 2008, tal como era su dise?o inicial antes de que el Prestige, la guerra de Irak y los interesados cantos de sirena de unos y otros le convencieran de que su plazo hab¨ªa sido anticipado por los dioses o por el esp¨ªritu del mism¨ªsimo Pablo Iglesias, vaya uno a saber. Hasta Bono estar¨¢ contento: no porque aumenten sus posibilidades de reemplazar a Rodr¨ªguez Zapatero -algo que a estas alturas ya no debe pretender-, sino por ahorrarle el trago de rechazar el envenenado Ministerio de Interior que p¨²blicamente le ha ofrecido su jefe de filas.
A nivel m¨¢s dom¨¦stico, ?qu¨¦ puede pasar en la Comunidad Valenciana? Eso requerir¨¢ un an¨¢lisis monogr¨¢fico tras las elecciones. Pero debo enfriar las expectativas de que todo va a cambiar despu¨¦s del 14-M. Aqu¨ª tambi¨¦n van a ganar todos: Gobierno y oposici¨®n, es decir, el Gobierno del PP y la oposici¨®n del PP, porque la otra, la del PSPV, brilla por su ausencia en una territorio en la que los populares van tan sobrados que pueden hacerse la oposici¨®n a s¨ª mismos.
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