Todav¨ªa hay campa?a
En los primeros d¨ªas de la campa?a para las elecciones del 14-M, el PP llevaba una ventaja que le acercaba a la mayor¨ªa absoluta. Los sondeos de los ¨²ltimos d¨ªas revelan que la distancia no era insalvable, puesto que un tercio de los electores estaba en el campo de los indecisos. El desarrollo de la campa?a aparece determinante a diferencia de lo sucedido en 2000. ?sas son las conclusiones m¨¢s inmediatas de la encuesta del Instituto Opina que hoy publica EL PA?S.
Aunque el PSOE ha recortado sensiblemente en las ¨²ltimas semanas la distancia que le separaba del PP -despu¨¦s del par¨®n que su estrategia sufri¨® con la crisis de la Comunidad de Madrid-, parece improbable que Rodr¨ªguez Zapatero consiga superar en votos a Mariano Rajoy, condici¨®n que el secretario general del PSOE se ha autoimpuesto para intentar formar una mayor¨ªa de Gobierno. Con ese compromiso, como el de Felipe Gonz¨¢lez en 1993, trata fundamentalmente de rentabilizar el apoyo de los electores que desean ver desalojado del Gobierno al PP y que no tienen decidido el voto a favor del PSOE. Hacer otro tipo de c¨¢lculos resulta superfluo, puesto que el sistema de atribuci¨®n de esca?os privilegia al partido m¨¢s votado hasta el punto de hacer inviable cualquier otra alternativa de gobierno. Por tanto, el partido m¨¢s votado el domingo ser¨¢ el que gobierne los pr¨®ximos a?os.
A la luz de las encuestas, el PP pierde alg¨²n voto en las zonas de su electorado de centro que linda con la izquierda, pero mantiene el pleno en la derecha. La favorable opini¨®n que los electores populares tienen de su nuevo l¨ªder (con una puntuaci¨®n de 7,18) parece indicar que la sucesi¨®n por cooptaci¨®n ha funcionado. Otra cosa es que pueda repetir el resultado de 2000. La calificaci¨®n final la dar¨¢ la distancia con la mayor¨ªa absoluta. A la vista del uso que el PP ha hecho de ella, es razonable la desconfianza, y aun el temor. Los discursos de campa?a del PP abundan en la interpretaci¨®n de una nueva mayor¨ªa como manos libres para imponer sus soluciones y para negarse a rendir cuentas de algunos atropellos: la guerra de Irak, en concreto. La afirmaci¨®n de Rajoy de que "aspira a zanjar el problema del modelo de Estado" deja la inquietud de qu¨¦ entiende por zanjar. Es l¨®gico que los ciudadanos desconf¨ªen de su capacidad de di¨¢logo, un terreno en el que Zapatero le bate claramente.
El PSOE est¨¢ recuperando terreno despu¨¦s de su estrepitosa derrota de 2000. Seg¨²n el sondeo, ha reducido a menos de la mitad la distancia de 10 puntos que le sac¨® el PP. Pero Zapatero sigue sin hacer el pleno de los suyos. Rajoy es mejor valorado en su casa que Zapatero en la propia. Parece como si todav¨ªa no tuviera el cr¨¦dito necesario para recuperar a los abstencionistas de izquierda de hace cuatro a?os. Lo que hace un a?o era una carrera en progresi¨®n constante se ha convertido en una competici¨®n de obst¨¢culos. Cuando parec¨ªa superar la depresi¨®n provocada por la crisis de Madrid, el encuentro de Carod con ETA volvi¨® a cortar su recuperaci¨®n y aliment¨® la imagen preferida del PP: un Zapatero con poca autoridad y aliados dudosos.
Si con ello los populares han desgastado a Zapatero, present¨¢ndole como l¨ªder de una coalici¨®n que ¨¦l siempre ha negado, al mismo tiempo han incidido seriamente en el voto en Catalu?a perjudicando especialmente a sus amigos, y hasta hace poco aliados, de CiU. Puede que la fr¨ªa utilizaci¨®n por el PP de ese asunto y sus exageraciones rid¨ªculas ("Carod, ministro de Interior") acaben siendo el est¨ªmulo que necesitaba un sector del electorado de centro tentado por la abstenci¨®n para volver a dar su voto al PSOE, precisamente por atribuir a Zapatero mayor capacidad de di¨¢logo. Pero tambi¨¦n puede suscitar un cambio de voto entre ese 37% de indecisos, donde hay con toda probabilidad mucho ex votante socialista que nunca ha optado por el PP.
El d¨ªa siguiente a las elecciones quedar¨¢n en Espa?a cuestiones graves que afrontar, despu¨¦s de que en su segunda legislatura el PP haya parecido m¨¢s interesado en agrandar algunos problemas que en resolverlos. En estos cuatro a?os se han producido graves fracturas que habr¨¢ que recomponer. Es dif¨ªcil saber si basta para superarlas un simple cambio de talante, que es lo que de momento ofrece Rajoy. La experiencia de los cuatro a?os de mayor¨ªa absoluta de Aznar es un p¨¦simo precedente que todos los dem¨¢s partidos tratan de esgrimir en beneficio propio. Esa consistente mayor¨ªa que desea un cambio de gobierno, aunque no se traduzca todav¨ªa en un voto a la alternativa socialista, expresa cuando menos un rechazo a las pr¨¢cticas excluyentes de Aznar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Estimaci¨®n voto
- Opini¨®n
- Instituto Opina
- Valoraci¨®n l¨ªderes pol¨ªticos
- Bar¨®metro El Pa¨ªs
- Elecciones Generales 2004
- Mariano Rajoy
- Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero
- Candidaturas pol¨ªticas
- Encuestas
- PP
- Campa?as electorales
- Sondeos elecciones
- PSOE
- Elecciones Generales
- Opini¨®n p¨²blica
- Espa?a
- Partidos pol¨ªticos
- Empresas
- Econom¨ªa
- Sociedad
- Encuestas electorales
- Elecciones
- Pol¨ªtica