"Apuesto por un mudejarismo universal"
Abdelwahab Meddeb (T¨²nez, 1949) es escritor y poeta. Ense?a Literatura Comparada (Europa-Islam) en la Universidad de Par¨ªs X. Dirige tambi¨¦n un seminario sobre el sufismo en la Universidad de Ginebra. Entre sus obras destaca La enfermedad del Islam, publicada por Galaxia Gutemberg-C¨ªrculo de Lectores. Es asimismo fundador y director de la revista internacional transcultural D¨¦dale. Meddeb particip¨® en el seminario Arqueolog¨ªa de la contemporaneidad, que se celebr¨® en el Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo, en Sevilla, entre el 3 y el 5 de marzo. El escritor tunecino abord¨® su reflexi¨®n bajo el ep¨ªgrafe de La imagen que se oculta.
Pregunta. ?De qu¨¦ trata su intervenci¨®n en el seminario?
"La intervenci¨®n estadounidense no va a traer la democracia a Irak"
"Andaluc¨ªa representa el para¨ªso perdido para la conciencia ¨¢rabe"
Respuesta. Parto de algo muy preciso: de la teor¨ªa de la imagen tal y como la he podido extraer de ciertos fragmentos de Ibn Arab¨ª de Murcia. El hecho de venir a Sevilla para hablar de esto me ha parecido muy importante. Ibn Arab¨ª (Murcia, 1165-Damasco, 1241) vino a Sevilla a los ocho a?os y recibi¨® toda su formaci¨®n intelectual en esta ciudad. Es aqu¨ª donde ha tenido su conversi¨®n al misticismo y ha conocido al primer maestro m¨ªstico que le ha iniciado. El problema de Ibn Arab¨ª es c¨®mo ver lo visible de lo invisible en lo visible. Esto nos acerca mucho a la filosof¨ªa de Heidegger. Tenemos que abordar la cuesti¨®n de la imagen mental que quiere salvar la imagen en una cultura que proh¨ªbe la imagen. Y esto, curiosamente, nos acerca al deseo de ocultar la imagen, de pasar de lo figurativo a lo abstracto, en la revoluci¨®n de las artes visuales del siglo XX occidental.
P. Sevilla es un escenario ideal para reflexionar sobre las posibilidades de encuentro entre las tres religiones monote¨ªstas.
R. Sevilla deber¨ªa ser el s¨ªmbolo de esto. Cuando paseo por Sevilla estoy muy impresionado por la presencia ¨¢rabe y encuentro algo del c¨®digo ¨¢rabe, del h¨¢bitat ¨¢rabe, que est¨¢ mejor preservado en Sevilla que en los propios pa¨ªses ¨¢rabes. Un ejemplo: el centro hist¨®rico de Sevilla es como un laberinto. La trama de la ciudad hist¨®rica es musulmana y est¨¢ mejor preservada que en las ciudades ¨¢rabes. Est¨¢ tal cual y, adem¨¢s, de una manera moderna, mientras que en los pa¨ªses ¨¢rabes los centros hist¨®ricos se?alan la crisis de la civilizaci¨®n ¨¢rabe actual. Son los campesinos pobres los que est¨¢n en los centros hist¨®ricos de las ciudades ¨¢rabes. Todo esto crea su ruina. La vuelta a la ciudad hist¨®rica es signo de modernidad. Y es gracias a esta modernidad que se preserva el patrimonio. Soy muy sensible al arte mud¨¦jar (que combina elementos del arte cristiano y del ¨¢rabe), el arte de la cohabitaci¨®n de fuentes diferentes, como el estilo g¨®tico o la tradici¨®n almohade. Para nosotros es un modelo a seguir hoy. Apuesto por un mudejarismo universal.
P. ?Qu¨¦ significa Andaluc¨ªa para los ¨¢rabes?
R. Andaluc¨ªa es para nosotros el lugar inmenso de la nostalgia. Es una p¨¦rdida irreparable hasta ahora. Andaluc¨ªa representa el para¨ªso perdido para la conciencia ¨¢rabe. Cuando veo la maravilla del clima y la naturaleza, comprendo esta inmensa nostalgia. Los ¨¢rabes deben olvidar esa nostalgia y pensar en otros encuentros que permita nuestro tiempo, como ese encuentro con Andaluc¨ªa que permita un neomudejarismo. Respecto a los andaluces estoy muy impresionado por lo conservadores que son. Andaluces y ¨¢rabes tenemos una historia que nos permite ser los verdaderos aventureros de la mundializaci¨®n y estamos muy lejos de ello. ?Qu¨¦ pena!
P. ?Cu¨¢l cree que debe ser la relaci¨®n de Espa?a con los pa¨ªses ¨¢rabes?
R. El compromiso ciego de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en Irak sit¨²a a Espa?a en la incomprensi¨®n. Porque es hora de que Espa?a asuma en conciencia su pasado ¨¢rabe, que fue glorioso. C¨®rdoba fue en el siglo XII el lugar de encuentro entre Ibn Arab¨ª y Averroes (C¨®rdoba, 1126-Marruecos, 1198). Tuvimos all¨ª a un nuevo Plat¨®n y a un nuevo Arist¨®teles, que crearon en C¨®rdoba una nueva Atenas. Espa?a deber¨ªa estar orgullosa de esto. Es hora de que los ¨¢rabes olviden la nostalgia y de que los espa?oles olviden su trauma con el islam. La Espa?a medieval fue la de la cohabitaci¨®n de las tres culturas, pero es verdad que era un escenario de una inmensa violencia. Ahora estamos en un tiempo de circulaciones, de desplazamientos... Europa reconocer¨¢ a la fuerza los grandes problemas entre el norte y el sur, que ser¨¢n problemas de la relaci¨®n entre el islam y Europa. Espa?a podr¨ªa ser el motor de regulaci¨®n de estos problemas si sabe asumir su pasado y la parte de identidad isl¨¢mica que tiene y que yo percibo m¨¢s viva que en los pa¨ªses ¨¢rabes, pero de la que los espa?oles no son conscientes. Cuando llego a Sevilla, me divierte que me pregunten qu¨¦ quiere decir Guadalquivir; yo les contesto que su significado es R¨ªo Grande.
P. ?Qu¨¦ opina de lo que ocurre en Irak?
R. Es una cat¨¢strofe. Abogo por que se invente una t¨¦cnica de intervenci¨®n fundada sobre la moral y que pueda estar en coherencia con lo que ahora estamos viviendo con la mundializaci¨®n. Una intervenci¨®n puede detener un genocidio o puede acabar con una dictadura. Y eso ser¨ªa bueno. Pongo el ejemplo de Napole¨®n en Europa. Napole¨®n invadi¨® Alemania. Goethe y Hegel quedaron impresionados y fascinados y no les importaba que su pa¨ªs fuera ocupado porque esto significaba la llegada de los tiempos modernos. En cambio, Von Kleist llam¨® a la guerra de resistencia y cuando vio que Prusia pactaba con los invasores, su protesta consisti¨® en suicidarse. En el caso de Irak mi posici¨®n ser¨ªa la de Goethe y Hegel si verdaderamente esta intervenci¨®n aportara la democracia. Pero desgraciadamente estamos muy lejos de que esto ocurra. Yo prev¨ª la cat¨¢strofe porque conozco perfectamente la historia de esos pa¨ªses y el hecho de que son pa¨ªses explosivos e ingobernables. Los ¨²ltimos acontecimientos muestran que la intervenci¨®n estadounidense no va a traer la democracia a Irak, sino la guerra civil y el refuerzo de los candidatos al sacrificio y terrorismo de la inmolaci¨®n. La posici¨®n franco-alemana deb¨ªa haber sido la de Europa.
P. ?Cu¨¢l ha sido, a su juicio, el papel de Espa?a en Irak?
R. El papel de Espa?a ha sido nefasto. Estoy por el derecho de injerencia, pero hay que encontrar las instancias de legitimidad para esto. Hemos perdido una ocasi¨®n excepcional para crear una jurisprudencia de la injerencia. Hab¨ªa que haber intervenido en Afganist¨¢n para salvar los Budas de Bamiy¨¢n. Hubiera sido la ocasi¨®n para mostrar que se trataba de algo que pertenece a la humanidad entera y de que no se trataba del oro que brilla ni del oro negro.
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