Los cient¨ªficos franceses se rebelan contra Chirac
Un total de 61.596 investigadores franceses de alto nivel, de los m¨¢s de 104.000 que hay en el pa¨ªs, han firmado un manifiesto en defensa de la investigaci¨®n cient¨ªfica gala y europea, y en contra de la pol¨ªtica del Gobierno Chirac. Centenares de directores de laboratorio amenazan con presentar hoy su dimisi¨®n y poner a los ministros del ramo en un serio aprieto.
El actual Ejecutivo conservador lleg¨® al poder en 2002 y se apresur¨® a congelar los cr¨¦ditos destinados a la investigaci¨®n. En el presupuesto del ejercicio siguiente, la cantidad correspondiente a dicho concepto se redujo en un 10%, olvid¨¢ndose, pues, la promesa chiraquiana formulada en 2000 de consagrar el 3% del PIB del pa¨ªs a la investigaci¨®n. En la actualidad se le dedica el 2,2% del PIB, aunque s¨®lo el 1% es aportado por el Estado. Y ese 2,2% incluye la investigaci¨®n nuclear, militar, espacial y aeron¨¢utica, que en otros pa¨ªses no son financiados por el Ministerio de Investigaci¨®n, sino por los de Defensa o Industria.
Para los miembros del colectivo que canaliza la protesta, "la irritaci¨®n de los cient¨ªficos surge del contraste entre las promesas y la realidad". Eso no parece haberlo comprendido el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, que el s¨¢bado prometi¨® "desbloquear 3.000 millones de euros antes de que acabe 2007 para ayudar a redefinir una pol¨ªtica de investigaci¨®n".
Para el bi¨®logo Alain Trautmann, uno de los l¨ªderes del movimiento Sauvons la recherche (Salvemos la investigaci¨®n), la promesa de Raffarin no es fiable, "primero, porque nadie sabe si ¨¦l seguir¨¢ en el cargo en 2007 y, sobre todo, porque nosotros reclamamos que se cubran 550 plazas de investigador, que tienen un coste de 20 millones de euros, y para eso nos dicen que no hay dinero. ?3.000 millones, s¨ª, y 20, no? ?Es grotesco!".
Raffarin ha apostado por enfrentar a los cient¨ªficos con la opini¨®n p¨²blica, present¨¢ndoles como privilegiados. Ante un congreso de empresarios del sector de la construcci¨®n, Raffarin se lanz¨® a un abstruso elogio "de la inteligencia de la mano, que comunica directamente con el coraz¨®n", arriesgada contraposici¨®n a otro tipo de inteligencia, sin duda m¨¢s cerebral y menos emotiva. Alejada, en definitiva, de la "Francia de los de abajo" grata a Raffarin.
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