El caos y la violencia se adue?an de Hait¨ª
El vandalismo impide a las tropas extranjeras pacificar el pa¨ªs
De nuevo, la violencia callejera y el vandalismo en Hait¨ª. Tres personas, entre ellas dos supuestos seguidores del depuesto presidente Jean Bertrand Aristide, fueron abatidas a tiros ayer cerca del aeropuerto internacional de Puerto Pr¨ªncipe, cuyos accesos quedaron cortados durante horas con barricadas de neum¨¢ticos, coches incendiados y pedruscos. Marines norteamericanos y franceses habr¨ªan matado a dos de los tres haitianos ca¨ªdos. Las tropas extranjeras tratan de pacificar el pa¨ªs, pero todav¨ªa no han podido hacerlo, y la reconciliaci¨®n nacional es, de momento, incierta.
El juez Boniface Alexandre, presidente interino, anunci¨® que el primer ministro Yvon Neptune, hombre de confianza de Aristide, fue sustituido ayer por Gerard Latortue, consultor de empresas, ministro de Exteriores durante el Gobierno de Leslie Manigat (1988) y ex funcionario de las Naciones Unidas (1972-74). Estuvo exiliado casi 25 a?os, durante la tiran¨ªa de la saga Duvalier (1957-86). La seguridad p¨²blica, sin embargo, constituye el problema n¨²mero uno de Hait¨ª desde que el cinco de febrero comenzara la sublevaci¨®n que derroc¨® al ex cura salesiano y causara cerca de 200 muertos.
Los saqueos de los almacenes de v¨ªveres y otros productos se suceden a diario
Desde primeras horas de la ma?ana, pandillas de chimeres bloquearon la principal avenida de la capital y la ruta hacia el aeropuerto y apedrearon a las fuerzas internacionales. Un taxi que se dirig¨ªa hacia una patrulla norteamericana y desoy¨® los avisos de alto fue frenado a balazos. Su conductor result¨® herido y el acompa?ante, muerto. Estados Unidos despleg¨® cerca de 2000 marines en Hait¨ª desde principios de mes. "Cuando los soldados ven a un veh¨ªculo acerc¨¢ndose a alta velocidad, lo perciben como una amenaza", inform¨® a la prensa el sargento Timothy Edwards. "El conductor muri¨®. Otro hombre result¨® herido y fue entregado a la polic¨ªa haitiana".
Los soldados franceses, un total de 800, mataron a una persona que al parecer les apedre¨®, y el tercer cad¨¢ver, que yac¨ªa junto a una barricada, corri¨® a cuenta de la polic¨ªa nacional. La dotaci¨®n de seguridad extranjera se completa con 130 soldados chilenos, y 70 canadienses. Helic¨®pteros artillados sobrevolaron las m¨ªseras barriadas donde el ex presidente cuenta con mayor apoyo y donde se esconden cerca de 2000 chimeres armados, seg¨²n un c¨¢lculo aproximado.
Los saqueos de los almacenes de alimentos y otros productos, fundamentalmente aquellos situados en el puerto, la terminal ¨¢rea y ¨¢reas industriales, se suceden a diario. Durante un recorrido por la ciudad, eran visibles ayer pelotones de polic¨ªas persiguiendo a tiros a delincuentes, someti¨¦ndolos contra el suelo con la pistola en la nuca o espantando de un puntapi¨¦ en el trasero a los rateros de poca monta. El toque de queda rige en la capital desde las diez de la noche hasta las seis de la ma?ana; el norte est¨¢ controlado por milicianos rebeldes desde febrero, con presencia de comandos de marines, que impusieron otro toque de queda en Cabo Haitiano, la segunda ciudad en importancia con cerca de un mill¨®n de habitantes.
Las gestiones del Consejo de Sabios que design¨® al nuevo primer ministro contin¨²an para integrar el gobierno que convocar¨¢ elecciones. El partido Familia Lavalas, fundado por Aristide, exige importantes concesiones argumentando que el presidente leg¨ªtimo fue forzado a salir al exilio a punta de pistola por EE UU, Francia y sus aliados en Hait¨ª. El magistrado del Supremo Boniface Alexandre jur¨® oficialmente su cargo de presidente interino, despu¨¦s de haberlo hecho de urgencia el 29 de febrero, inmediatamente despu¨¦s de la renuncia de Aristide.
"Denuncio con todas mis fuerzas los cr¨ªmenes cometidos el domingo y pido a la Polic¨ªa que arreste a los responsables y los lleve ante la Justicia", dijo al referirse a los seis muertos, entre ellos el corresponsal espa?ol, Ricardo Otega, y 26 heridos causados por francotiradores partidarios de Aristide durante la masiva manifestaci¨®n del domingo, que ped¨ªa la c¨¢rcel para el ex cura de la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n. Los marines mataron a uno de los presuntos atacantes.
El presidente interino anunci¨® que promover¨¢ una "comisi¨®n de desarme civil" de dudosa eficacia. "Renuevo mi llamado a las fuerzas Lavalas para que depongan las armas y las entreguen", subray¨® el gobernante de transici¨®n. "Tienen su lugar en el proceso electoral".
De momento, las hordas ex oficialistas parecen haber elegido las calles como cuartel general. Desde ellas asesinan, hostigan y saquean. El jefe de los legionarios franceses, coronel Daniel Lepatois, admiti¨® en conferencia de prensa que su trabajo "no es impedir los saqueos; estoy aqu¨ª para proteger a las personas que est¨¢n en peligro. Tengo otras misiones que realizar".
Desde su exilio, Aristide inst¨® a la "resistencia pac¨ªfica", que sus leales interpretan "resistencia como sea", seg¨²n ironiza un traductor de creole, la lengua nacional.
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