El franc¨¦s Tony Gatlif recupera el ritmo bohemio de Django Reinhardt
'Swing' narra la relaci¨®n entre un adolescente payo y un m¨²sico cal¨®
A veces hay pel¨ªculas B que adem¨¢s cumplen con la rara regla de las tres bes: buena, bonita y barata. Eso pasa con Swing, ¨²ltimo filme del director franc¨¦s y gitano (manouche) Tony Gatlif, que se estrena hoy en Espa?a y que narra, con un presupuesto de dos millones de euros, la peque?a y tierna historia de Max, un ni?o pelirrojo que veranea en Estrasburgo y aprende los secretos de la guitarra manouche con uno de los gitanos que vive en las afueras.
El maestro es Tchavolo Schmitt en la vida real (Gatlif adora a los actores naturales, y si son m¨²sicos mejor), y resulta ser una reencarnaci¨®n en toda regla del genial Django Reinhardt. "Lo descubr¨ª un d¨ªa tocando en el bar en el que trabajaba", cuenta Gatlif. "Flip¨¦ al o¨ªrle. Nunca hab¨ªa visto tanto talento en alguien tan desconocido. Es un caso rar¨ªsimo: ?Nunca hab¨ªa grabado esa m¨²sica maravillosa!".
Nacido en 1948 en Argel, procedente de una familia gitana de esquiladores de asnos, Tony Gatlif
se march¨® a Francia en los a?os sesenta y pas¨® la infancia y adolescencia en reformatorios ("era un peque?o ladr¨®n, un ni?o de la calle"). Aprendi¨® a leer muy tarde, y se enamor¨® del cine y del flamenco; vino a Espa?a en 1981 para hacer la pel¨ªcula Corre gitano con el bailaor y core¨®grafo Mario Maya. "Ten¨ªa 24 a?os, est¨¢bamos montando la pel¨ªcula en Madrid y en la sala de al lado estaba Almod¨®var terminando Pepi, Luci y Bom".
Swing narra el aprendizaje de un adolescente curioso que se interesa no s¨®lo por la m¨²sica sino tambi¨¦n por la historia y las costumbres de los manouche y de paso se enamora de Swing, la guapa hija del maestro. "La historia de los gitanos siempre ha sido la historia del amor entre un aprendiz y un maestro", dice Gatlif, "pero ahora los ni?os gitanos ya no hacen preguntas, no se interesan por su cultura. Por eso eleg¨ª a un ni?o payo como alumno de Tchavolo".
Swing es adem¨¢s un homenaje al esp¨ªritu bohemio de Django Reinhardt, aquel genio belga-franc¨¦s (1910-1953) que se hizo multimillonario tocando su jazz gitano a la guitarra con un swing y una velocidad inimitables. "Su historia es fabulosa", dice Tony Gatlif. "A los 12 a?os ya tocaba en p¨²blico, y aunque gan¨® mucho dinero, hasta los 20 no vivi¨® en una casa. Viv¨ªa en una caravana con caballos y regalaba todo a sus amigos...
Nunca ten¨ªa nada en el bolsillo, la fama nunca cambi¨® su esp¨ªritu gitano. S¨®lo tocaba cuando le daba la gana, y si no, se iba a pescar. Cuando volvi¨® de Am¨¦rica tras una gira con Duke Ellington, se trajo una limusina, un barco y un ch¨®fer. A los tres meses no ten¨ªa ni limusina ni barco ni gasolina, y el ch¨®fer le ten¨ªa que prestar".
El autor de Latcho Drom y El extranjero loco quer¨ªa contar su vida, pero, como se ve en la pel¨ªcula, la ley gitana proh¨ªbe revivir a los muertos
: "Por eso la historia rom ha sido escrita por no gitanos". Una ley que Gatlif subvierte a medias haciendo hablar a la madre de Tchavolo, superviviente de Auschwitz, acerca de los musulmanes, los gitanos ejecutados por los nazis. "Medio mill¨®n de gitanos murieron en los campos, pero ellos prefieren no hablar de ello", dice Gatlif, que en la pel¨ªcula mezcla a m¨²sicos cal¨®s, ¨¢rabes y jud¨ªos para redondear una banda sonora espl¨¦ndida y antirracista.
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