El espejo de Deschamps

Jorge Valdano dijo una vez que Jos¨¦ Antonio Camacho convert¨ªa a sus equipos en once camachitos. Didier Deschamps, aquel medio centro franc¨¦s que supl¨ªa sus penurias t¨¦cnicas con astucia y conocimiento del juego, no llega a tanto, pero el M¨®naco es un espejo que devuelve su imagen. Deschamps ocup¨® muchos a?os el eje de su selecci¨®n nacional y el del Juventus y, como dijo Javier Irureta, el entrenador del Deportivo, cuando su equipo se enfrent¨® al monegasco en la primera fase, "ha mezclado la escuela francesa con lo que aprendi¨® en Italia".

Ese mestizaje ha engendrado un grupo s¨®lido, r¨¢pido y cuidadoso con la pelota. Aunque al lado de las supernovas del Madrid, sus estrellas parecen adornos navide?os, no le faltan al M¨®naco buenos jugadores. Su problema es que tal vez el mejor, el media punta Giuly, est¨¢ lesionado y puede que no se recupere a tiempo. Es el m¨¢s peque?o (1,64 metros) y el m¨¢s r¨¢pido de la Liga francesa. A eso une habilidad y visi¨®n de juego.

Con Giuly en su plenitud, el M¨®naco alcanz¨® la cumbre en noviembre, cuando hizo vivir al Depor su mayor pesadilla y le marc¨® ocho goles en diez remates. Deschamps es el primero en reconocer que ha perdido fuelle desde entonces, sobre todo en el ¨²ltimo mes, sin Giuly. Su arranque hab¨ªa resultado espectacular. Lleg¨® a ponerse con diez puntos de ventaja en su Liga, pero ahora ya tiene a cuatro al Ly¨®n. Su presidente, Pierre Svara, confes¨® ayer: "Contra el Madrid no tenemos mucho que hacer".

Morientes, al que Deschamps sit¨²a m¨¢s retrasado que en el Madrid, est¨¢ completando una buena campa?a y, en ausencia de Giuly, ha solucionado alg¨²n apuro reciente. Sobre todo, en Mosc¨², ante el Lokomotiv, donde el M¨®naco perd¨ªa por 2-0 cuando marc¨® un tanto decisivo. Morientes aporta los goles que no acaban de encontrar los otros dos delanteros, el joven togol¨¦s Adebayor y el croata Prso, un armario que vivi¨® la noche de su vida cuando le marc¨® cinco goles al Depor. El principal abastecedor del ataque es Rothen, un interior zurdo r¨¢pido y de toque preciso. Para el eje, Deschamps se ha reencarnado en el argentino Bernardi. Los centrales, los franceses Squillaci y Rodr¨ªguez, son altos y solventes.

La buena campa?a europea del M¨®naco ha conseguido el milagro de llenar el estadio Louis II. El equipo ha empezado a atraer a gente de las ciudades que rodean el Principado, un lugar en el que el f¨²tbol se antoja como una especie alien¨ªgena entre casinos, yates y Rolls Royces. Hasta el propio recinto parece dise?ado para disimular su condici¨®n bajo el aspecto exterior de un inmenso aparcamiento. Pero la familia real, que tuvo que acudir al rescate financiero del club, est¨¢ disfrutando. El pr¨ªncipe Rainiero hizo su primera aparici¨®n en dos meses, tras ser operado del coraz¨®n, para asistir al choque con el Lokomotiv y no quiere perderse el del Bernab¨¦u.