Los catalanes votan hoy bajo el impacto del atentado y de la sospecha de desinformaci¨®n
- Masivo seguimiento de la 'cacerolada' en Barcelona y otras ciudades catalanas - M¨¢s de 5.000 manifestantes protestan ante la sede barcelonesa del PP - Fuerte tensi¨®n entre el 'conseller en cap' y la delegada del Gobierno
La masacre terrorista de Madrid y la sospecha de desinformaci¨®n por parte del Gobierno del Partido Popular planean sobre los 5,3 millones de ciudadanos catalanes que hoy est¨¢n convocados a las urnas. La jornada de reflexi¨®n de ayer no hizo precisamente gala a tal nombre. Fue m¨¢s bien agitada. A partir de las ocho de la tarde se celebraron varias manifestaciones que culminaron en una gran concentraci¨®n de m¨¢s 5.000 personas ante la sede del PP, que continuaba a las once de la noche. Una hora antes se celebr¨® una masiva cacerolada en Barcelona y otras ciudades de Catalu?a.
Manresa, Igualada, Badalona, Girona, Santa Coloma de Gramenet... fueron algunas de las ciudades catalanas que siguieron de forma espont¨¢nea y ruidosa esa protesta contra el Gobierno del PP. Todo ello tuvo un pre¨¢mbulo de marchas, como la de Barcelona, en la que hab¨ªa pancartas del tipo: Basta de mentiras, Terrorismo: ?cu¨¢ntas vidas vale un esca?o? y Los muertos son nuestros, la guerra es la vuestra. En esta manifestaci¨®n, convocada a trav¨¦s de mensajes sms de m¨®viles, los gritos m¨¢s coreados eran del tipo: "Prou mentides!" y "?Esto nos pasa por un Gobierno facha!".
La calle reflejaba la tensi¨®n pol¨ªtica de los despachos. Ya desde primeras horas de la ma?ana de esta ins¨®lita jornada de reflexi¨®n los partidos pol¨ªticos catalanes expresaron cuando menos sus sospechas de que el Gobierno del PP podr¨ªa estar retrasando la informaci¨®n sobre las investigaciones policiales respecto al atentado terrorista de Madrid. La relaci¨®n de la masacre con la participaci¨®n de Espa?a en la guerra de Irak dejaba de ser un lema de la manifestaci¨®n del pasado viernes, que sac¨® a la calle a m¨¢s de un mill¨®n de barceloneses, y pasaba a ser asumida por los partidos de izquierda.
La m¨¢xima tensi¨®n pol¨ªtica se produjo cuando el conseller en cap, Josep Bargall¨®, acus¨® directamente al Ejecutivo de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar de ocultar informaci¨®n sobre el atentado. Poco despu¨¦s, la delegada del Gobierno en Catalu?a, Susana Bouis, le respond¨ªa con un contundente: "Estas afirmaciones no hacen m¨¢s que generar intolerancia y actos de violencia".
Con esa tensa jornada de reflexi¨®n se llega a las elecciones generales de hoy, con sus virtudes bals¨¢micas o revulsivas para la pol¨ªtica catalana que deben despejar muchos interrogantes: ?C¨®mo repercutir¨¢ el atentado de Madrid y la pol¨ªtica informativa del PP en los resultados? ?C¨®mo se repartir¨¢ el espacio nacionalista? ?Superar¨¢ el Partido Popular a Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU)? ?Ser¨¢ capaz el Partit dels Socialistes (PSC) de mantenerse? ?Cu¨¢ntos diputados obtendr¨¢ Esquerra Republicana (ERC)? Adem¨¢s, el Gobierno de Pasqual Maragall aguarda desde su constituci¨®n, el pasado mes de diciembre, el resultado de esos comicios para poner velocidad de crucero a su navegaci¨®n. De la mayor¨ªa que salga de las urnas en toda Espa?a dependen los grandes proyectos del tripartito: desde el Estatuto de autonom¨ªa hasta la mejora de la financiaci¨®n auton¨®mica.
- Atentado y desinformaci¨®n. ?C¨®mo reaccionar¨¢ el cuerpo electoral a causa del atentado terrorista del pasado jueves en Madrid? Esa es la pregunta que se hacen los estados mayores de los partidos pol¨ªticos catalanes desde Esquerra hasta el Partido Popular, pasando por los socialistas, CiU e Iniciativa per Catalunya. Algunos analistas creen que la actitud dilatoria, seg¨²n criterios, del Gobierno central en la atribuci¨®n del atentado terrorista puede afectar negativamente en el voto al PP. Otros, en cambio, opinan que esa lluvia antigubernamental a¨²n no ha calado en un electorado que sigue identificando al Partido Popular con el palad¨ªn del antiterrorismo. En cualquier caso, en Catalu?a ha cuajado mucho m¨¢s que en cualquier otra comunidad de Espa?a la idea de que Al Qaeda, la "segunda v¨ªa policial" del ministro del Interior, ?ngel Acebes, ocupa el primer lugar en la lista de sospechosos de la autor¨ªa del criminal atentado de Madrid. As¨ª se evidenci¨® en la manifestaci¨®n contra la masacre de Madrid que congreg¨® el pasado viernes a m¨¢s de un mill¨®n de ciudadanos en el paseo de Gr¨¤cia y donde la pancarta No al terrorismo, no a la guerra fue la m¨¢s numerosa.Las reacciones ayer de destacados miembros del Gobierno catal¨¢n, desde el conseller en cap, Josep Bargall¨®, hasta el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, fueron en el sentido de pedir transparencia informativa el Gobierno y de solicitarle que deje de ejercer presiones sobre los medios de comunicaci¨®n.
- La consolidaci¨®n del tripartito. Estas elecciones ser¨¢n el primer examen para el Gobierno de izquierdas que puso fin a 23 a?os de pujolismo. El Ejecutivo de Pasqual Maragall est¨¢ pendiente de estos comicios por m¨²ltiples motivos, pero fundamentalmente porque de las urnas depende tanto su propia consolidaci¨®n como sus proyectos futuros. Durante estos tres meses, el Gobierno catal¨¢n ha funcionado a medio gas y con sobresaltos tras la crisis desencadenada por la entrevista del l¨ªder de Esquerra, Josep Llu¨ªs Carod, con la c¨²pula de ETA. Las elecciones de hoy despejar¨¢n el panorama pol¨ªtico y de ellas emanar¨¢ el futuro Congreso de los Diputados, que deber¨¢ ratificar o rechazar el Estatut que apruebe el Parlament de Catalunya. Una mayor¨ªa precaria del PP o una victoria del PSOE limar¨ªa aristas entre el Gobierno catal¨¢n y el Ejecutivo central, sobre todo despu¨¦s de la escalada de tensi¨®n seguida por el Gabinete de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en las ¨²ltimas semanas. Algunos ministros del PP han llegado a amenazar con la c¨¢rcel al presidente de la Generalitat en caso de que convoque un refer¨¦ndum sin que las Cortes hayan ratificado el nuevo Estatut. Otros, como el portavoz del Gobierno de Aznar, Eduardo Zaplana, han afirmado que "el tripartito deberia llamarse cuatripartito", en el sentido de que el cuarto socio pol¨ªtico es ETA.
- Combate por la hegemon¨ªa nacionalista. Esquerra Republicana y Converg¨¨ncia i Uni¨® se disputan el voto nacionalista catal¨¢n. Los buenos resultados de los republicanos de Josep Llu¨ªs Carod Rovira en las pasadas auton¨®micas y la p¨¦rdida del Gobierno de Catalu?a por CiU mantienen en alto las espadas sobre la hegemon¨ªa de ese espacio pol¨ªtico. A los convergentes les falta la muleta del Gobierno catal¨¢n, sin la cual nunca hab¨ªan concurrido a unas elecciones generales en los ¨²ltimos 23 a?os. La federaci¨®n nacionalista que preside Jordi Pujol ha perdido su principal baza pol¨ªtica: ya no puede presentarse como elemento negociador en Madrid para conseguir unilateralmente, sin el concurso de los dem¨¢s partidos, m¨¢s competencias o mejor financiaci¨®n. Y est¨¢ por ver si la equidistancia al estilo camboniano -ni derecha ni izquierda- que ha practicado Josep Antoni Duran en la campa?a se revela como un elemento que les favorece. Mientras que CiU no se define sobre si pactar¨¢ con el PP, con el PSOE o con ninguno de los dos, Esquerra no se anda con medias tintas. Su l¨ªder, Josep Llu¨ªs Carod Rovira, ha reiterado que apoyar¨¢ la investidura de Rodr¨ªguez Zapatero y se ha presentado como el gran palad¨ªn anti-PP.
- El 'sorpaso' del PP a CiU. Una de las inc¨®gnitas de estos comicios es ver si el PP catal¨¢n logra superar a CiU en unas elecciones y consolidarse como segunda fuerza pol¨ªtica. El PP, que en las pasadas elecciones generales se qued¨® a 100.000 votos de los convergentes, puede ser que no experimente una subida espectacular. No obstante, si CiU disminuye por el efecto Carod, el PP podr¨ªa hacerse con esa ansiada segunda plaza que normalizar¨ªa a esta formaci¨®n pol¨ªtica en una nacionalidad hist¨®rica que no le es todo lo favorable que desear¨ªa.
- El futuro del PSC. Jos¨¦ Montilla tiene ante s¨ª la tarea de mantener el voto de un partido, el PSC, que no crece entre los m¨¢s j¨®venes. Catalu?a ha sido en las elecciones generales un granero de voto socialista. Sin embargo, el primer partido de Catalu?a ha visto disminuir paulatinamente su n¨²mero de diputados, que ha pasado de 25 en 1982 a 17 en 2000. Del tir¨®n del PSC se ver¨¢ si la voz del tripartito en Madrid es Esquerra o los socialistas catalanes, que probablemente formen una agrupaci¨®n parlamentaria. Tambi¨¦n en el terreno de la izquierda es previsible que el tercer socio del tripartito, Iniciativa (ICV-EUiA), siga siendo un hermano menor en lento ascenso: de uno a dos diputados en Madrid.
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