M¨¢s que nunca: a las urnas, ciudadanos
Vivimos momentos excepcionales. Estas fechas, las que simboliza el grafismo 11-M, ser¨¢n recordadas por cuantos las est¨¢n viviendo, y las futuras generaciones tendr¨¢n noticia de lo que la actual haya hecho: de c¨®mo hayamos reaccionado ante una agresi¨®n tan sin precedentes, tan inesperada, tan inhumana. Hoy, tres d¨ªas despu¨¦s de la matanza y dos m¨¢s tarde de la mayor movilizaci¨®n ciudadana registrada en nuestra historia, 34 millones largos de espa?oles tienen ocasi¨®n de responder a la provocaci¨®n de los terroristas ejerciendo su derecho al voto. Llenar las urnas de votos es la mejor forma de hacer frente a quienes han intentado imponer su voluntad de muerte al deseo de vida de esta sociedad.
Lo que une a todos los terrorismos es el intento de desestabilizaci¨®n de la democracia, y la forma de hacerle frente es el reforzamiento de las instituciones, de su legitimidad. Ello se consigue mediante el voto. Frente al des¨¢nimo y la desmoralizaci¨®n pretendidos por los terroristas, una participaci¨®n masiva reforzar¨¢ la legitimidad tanto del Gobierno que salga de las urnas como de la oposici¨®n de cara a la necesaria concertaci¨®n que exige este desaf¨ªo. Es l¨®gico que muchos ciudadanos duden sobre el sentido de su voto y m¨¢s a la vista de la incertidumbre sobre su autor¨ªa. Pero aunque sea leg¨ªtimo abstenerse o votar en blanco, el momento aconseja votar a cualquiera de los partidos democr¨¢ticos que se presentan. El voto es una forma de delegar, no de adhesi¨®n incondicional. Y es, en todo caso, una forma de respaldo al sistema democr¨¢tico: a m¨¢s participaci¨®n, m¨¢s fuertes ser¨¢n las instituciones.
Ser¨ªa absurdo que ahora que es m¨¢s necesaria que nunca se cuestionase la unidad de los dem¨®cratas para hacer frente al terrorismo. El Pacto Antiterrorista ha resultado un eficaz instrumento para la derrota pol¨ªtica de ETA, y es condici¨®n para su definitiva derrota operativa. Al margen del 11-M, ETA sigue presente, y si carece hoy de una perspectiva pol¨ªtica que d¨¦ sentido a sus cr¨ªmenes es porque el pacto le ha cerrado cualquier esperanza de que un cambio de mayor¨ªa pueda abrir paso a una negociaci¨®n pol¨ªtica. El pacto tambi¨¦n ha hecho posible la ilegalizaci¨®n de las tramas que el terrorismo necesita para extender su coacci¨®n y garantizar su reproducci¨®n. Lo primero que deber¨¢ hacer el vencedor de las elecciones ser¨¢ convocar a los firmantes para establecer una respuesta consensuada al 11-M.
Esa matanza obliga a adecuar la estrategia a la magnitud del peligro. Si se confirma que los autores de la matanza de Madrid est¨¢n vinculados al terrorismo isl¨¢mico fundamentalista, habr¨¢ que revisar los mecanismos de seguridad, muy especialmente de inteligencia, que han sido incapaces de detectar los preparativos de una operaci¨®n de tama?a envergadura. Y, desde luego, no se podr¨¢ ya despachar, con la ligereza con que lo hizo Aznar, las amenazas expresas que Al Qaeda hizo p¨²blicas contra Espa?a en octubre. Que nuestro pa¨ªs y con ¨¦l Europa se haya convertido en escenario permanente de operaciones de ese terrorismo de masas cuya m¨¢xima expresi¨®n fue el 11-S obliga a tomar medidas a la altura del desaf¨ªo.
Es inevitable que los electores tengan en cuenta la situaci¨®n creada por los atentados a la hora de votar, incluyendo la m¨¢s que dudosa actitud del Gobierno en relaci¨®n a las v¨ªas de investigaci¨®n abiertas. Sin embargo, hacer depender de la voluntad y capacidad letal de los terroristas el juicio sobre decisiones pol¨ªticas como la participaci¨®n en la guerra de Irak ser¨ªa un error. Esa participaci¨®n era tan ileg¨ªtima -por haberse justificado con falsedades como la de las armas de destrucci¨®n masiva y sin aval de la ONU- antes como despu¨¦s del 11-M. Carece de justificaci¨®n, y supone ir en la peor de las direcciones, acusar al Gobierno de los atentados, como gritaban ayer algunas de las personas que se manifestaron irresponsable e indebidamente, en la jornada de reflexi¨®n, ante la sede central del PP.
Pero las elecciones de hoy son tambi¨¦n la ocasi¨®n para reiniciar la vida pol¨ªtica interrumpida por los asesinos. Se trata de unas elecciones en que se somete a escrutinio la gesti¨®n de los gobiernos presididos por alguien, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que no se presenta como candidato. Se juzga en particular su utilizaci¨®n de la mayor¨ªa absoluta que los electores le dieron en 2000. Esa gesti¨®n presenta buenos resultados en el terreno econ¨®mico, incluyendo la creaci¨®n de empleo, y los presentaba tambi¨¦n en materia antiterrorista, aunque esta ¨²ltima y tr¨¢gica semana har¨¢ cambiar sin duda el balance. En casi todo lo dem¨¢s el balance es regular, y francamente negativo en asuntos como la pol¨ªtica exterior, condicionada por el apoyo a la guerra de Irak, cohesi¨®n territorial y manipulaci¨®n de los medios.
La credibilidad del candidato Zapatero ha crecido durante la campa?a. Por una parte, con su renuncia a gobernar mediante coaliciones heterog¨¦neas si no es el partido m¨¢s votado; por otra, con su opci¨®n por un programa econ¨®mico riguroso, que no s¨®lo contempla pol¨ªticas de gasto social (en sanidad, ense?anza y familia, sobre todo), sino de crecimiento econ¨®mico que garantice los ingresos para financiarlo sin endeudamientos gravosos. Y tambi¨¦n, finalmente, por su actitud responsable durante estos d¨ªas tr¨¢gicos.
La pista de Al Qaeda
La detenci¨®n ayer de tres marroqu¨ªes y dos indios en relaci¨®n a los atentados del jueves aporta un nuevo indicio que refuerza la hip¨®tesis de una autor¨ªa vinculada a esa hidra terrorista conocida como Al Qaeda. El ministro del Interior ha ido virando en la presentaci¨®n de los hechos desde el mismo d¨ªa de la matanza, en que asegur¨® la autor¨ªa de ETA y calific¨® de "miserables" las hip¨®tesis que no se dirigieran en esta direcci¨®n. El viernes admiti¨® la existencia de otras hip¨®tesis, aunque sigui¨® privilegiando a ETA. Ayer a mediod¨ªa situ¨® ambas hip¨®tesis en pie de igualdad. Y en una nueva comparecencia admiti¨® que la l¨ªnea de investigaci¨®n sobre el terrorismo islamista se hab¨ªa convertido en la primordial.
Las detenciones y el viraje de Acebes aportan nuevas y graves dudas sobre la gesti¨®n que ha venido haciendo el Gobierno de la informaci¨®n sobre los atentados. El presidente del Gobierno empe?¨® su palabra personal ante los principales responsables de los medios de comunicaci¨®n espa?oles para que presentaran el atentado como obra de la banda terrorista. La ministra de Exteriores orden¨® a sus embajadores que actuaran en el mismo sentido. El representante espa?ol en el Consejo de Seguridad obtuvo la inclusi¨®n de la autor¨ªa de ETA en la resoluci¨®n de condena del alto organismo internacional. En muchos medios de comunicaci¨®n p¨²blicos y otros privados afines al Gobierno se lleg¨® a convertir en sospechoso cualquier an¨¢lisis o interpretaci¨®n que excluyera la verdad oficial.
Todo ello choca con la opini¨®n internacional, casi un¨¢nime, basada en valoraciones de expertos en antiterrorismo, servicios de seguridad y gobiernos sobre el car¨¢cter del atentado, y con la actitud de los medios pr¨®ximos a ETA en el Pa¨ªs Vasco, que han desmentido su vinculaci¨®n con la matanza. Adquiere as¨ª plena justificaci¨®n la pregunta que se hac¨ªan muchos manifestantes el viernes y que se repiti¨® ayer en las concentraciones ante las sedes del PP en Madrid y Barcelona: ?qui¨¦n ha sido?
Al menos en el ¨²ltimo momento los ciudadanos espa?oles empiezan a tener datos concretos sobre la investigaci¨®n. Hubiera sido insoportable llegar a las urnas con una incertidumbre de tal calado, aunque sea criticable que la reflexi¨®n cediera ayer el protagonismo a las manifestaciones convocadas ante sedes del Partido Popular. El mayor homenaje que se puede hacer a las v¨ªctimas es el conocimiento y la divulgaci¨®n de la verdad.
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