El tramo
Ayer el Gobierno en funciones, en un gesto p¨®stumo, desclasific¨® los informes sobre el 11-M "para demostrar que dec¨ªa la verdad". Fue otro intento tan desesperado como gratuito de limpiar la imagen de mentira que ha quedado tatuada en tinta china para muchos a?os ante el mundo en la cara del PP. Las consecuencias ya son irreversibles. La mala gesti¨®n del ¨²ltimo tramo de una persona puede arruinar toda su trayectoria. Ah¨ª est¨¢ le petit Castor de Simone de Beauvoire, el existencialista Jean Paul Sarte, que despu¨¦s de a?os de rectil¨ªnea ortodoxia estalinista y mao¨ªsta muri¨® ¨¢crata, rodeado de okupas, saltimbanquis y visionarios. O el materialista Althusser, que mat¨® a su mujer a tiros y ha pasado a la posteridad como un fil¨®sofo asesino y zumbado. O Camilo Jos¨¦ Cela, que acab¨® como un peluche en la falda de Marina Casta?o. Incluso el mismo doctor dieta, Robert Atkins, autor de un libro que ha encauzado los h¨¢bitos alimentarios de millones de personas, quien muri¨® no ya obeso sino a causa de su obesidad, al resbalar y dar con sus 113 kilos sobre el duro asfalto de Nueva York. As¨ª es la vida. Jos¨¦ Mar¨ªa ya pertenece a esta retah¨ªla de tipos que chutaron fuera ante la porter¨ªa vac¨ªa tras haber regateado a toda la defensa. Tratar de arreglarlo entonces s¨®lo es una evidencia m¨¢s de la propia inoperancia. Tambi¨¦n Eduardo Zaplana deber¨ªa de dejar de insistir en el asunto, puesto que ¨¦l ha sido la cara y la voz -en medios digitales tambi¨¦n le atribuyen haber echado "las ¨²ltimas paladas sobre la tumba electoral del PP" al obstinarse en propagar la "inequ¨ªvoca autor¨ªa etarra"- de este ¨²ltimo tramo del PP en el Gobierno de Espa?a. Su penosa aparici¨®n a altas horas de la noche del s¨¢bado en televisi¨®n (mediante un v¨ªdeo enviado al m¨¢s puro estilo Bin Laden), vestido de luto y con gesto melodram¨¢tico como Arias Navarro, tendr¨ªa que haber sido ya su ¨²ltima imagen en este monumental timo a la sociedad espa?ola, que sin duda ha contribuido a demoler el PP y a sepultar sus posibles aciertos de gesti¨®n. Si el PP aspira a la recomposici¨®n, debe prescindir de cualquiera de las caras que protagonizaron esa chapucer¨ªa. Desviar la culpa hacia los medios es eternizarse en la derrota.
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