La prueba del nueve

La primera conferencia de prensa de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha tenido repercusi¨®n mundial. Tres cosas se la han dado: la matanza del 11 de marzo, la victoria del PSOE y la confirmaci¨®n por parte del futuro presidente del Gobierno de que Espa?a retirar¨¢ las tropas de Irak si el 30 de junio Naciones Unidas no se ha hecho cargo del pa¨ªs. Lo que me mueve a sentarme al teclado es esta declaraci¨®n de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ya que puede significar dos cosas. O bien que el primero de julio las tropas espa?olas destacadas en Irak empiezan a retornar a casa, o bien que Naciones Unidas se ha hecho cargo de la situaci¨®n en Irak, en cuyo caso queda abierta la posibilidad de que las tropas espa?olas permanezcan en ese pa¨ªs. ?En qu¨¦ t¨¦rminos podr¨ªa darse esta segunda opci¨®n? ?C¨®mo fundamentar pol¨ªticamente la primera? ?sas son las cuestiones a las que me gustar¨ªa asomarme desde estas l¨ªneas.

Empecemos con la m¨¢s dif¨ªcil. "Que Naciones Unidas se haga cargo de Irak" es una frase tan n¨ªtida pol¨ªticamente como abierta jur¨ªdicamente. Para una persona como Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que lleva un a?o repitiendo sin descanso que primero la guerra y despu¨¦s la ocupaci¨®n de Irak han sido un desastre, decir "que Naciones Unidas se haga cargo de Irak" no creo que signifique decir "me desentiendo del desastre", sino m¨¢s bien "estoy dispuesto a que mi pa¨ªs coopere a superar el desastre siempre que quienes lo han causado acepten que s¨®lo Naciones Unidas tiene la credibilidad que requiere dirigir ese tarea".

Asumido ese punto de vista, la siguiente cuesti¨®n es ?y qu¨¦ tendr¨ªa que hacer Naciones Unidas? Esta pregunta tiene una respuesta m¨¢xima: deber¨ªa asumir el mando de todas las tropas que hay sobre el terreno, la administraci¨®n de todos los fondos dedicados a la reconstrucci¨®n de Irak y, en cooperaci¨®n con exponentes de los principales grupos pol¨ªticos, religiosos, tribales y ¨¦tnicos iraqu¨ªes, organizar unas elecciones constituyentes. El problema con esta respuesta es que basta enunciarla para comprender que no se producir¨¢. Estados Unidos no va a dejar 130.000 de sus soldados y 20.000 millones de sus d¨®lares en manos de Naciones Unidas.

As¨ª pues, si no somos maximalistas, debemos aceptar que "hacerse cargo" pueda significar algo menos que lo anterior. ?Cu¨¢nto menos? La cota m¨ªnima tambi¨¦n est¨¢ clara. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprueba una resoluci¨®n con brillantes "considerandos" y una oscura parte "dispositiva". Llam¨¦mosla resoluci¨®n "Naciones Unidas se hace cargo". Luego llega la hora de aplicarla y en la pr¨¢ctica se descubre que sus disposiciones resultan en parte contradictorias, que en otros aspectos est¨¢n llenas de lagunas y que al final la resoluci¨®n resulta de imposible aplicaci¨®n real. No ser¨ªa la primera vez que ocurre. Dando por buena una resoluci¨®n as¨ª, las cosas seguir¨ªan como est¨¢n y las tropas espa?olas tambi¨¦n seguir¨ªan como est¨¢n. Pero me temo que de nuevo estamos ante una soluci¨®n de validez nula, ya que es m¨¢s que probable que tal cosa no fuera aceptada por Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.

Acotado el problema entre sus dos soluciones triviales, queda lo m¨¢s dif¨ªcil: estimar qu¨¦ deber¨ªa decir una resoluci¨®n para colocar Irak en manos de Naciones Unidas de manera pol¨ªticamente aceptable y operativamente viable. Redactar una resoluci¨®n que haga eso es dif¨ªcil. Sin embargo, es f¨¢cil saber si una resoluci¨®n dada cumple o no los requisitos que pueden permitir a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero mantener las tropas espa?olas en Irak. La prueba del nueve de la resoluci¨®n en cuesti¨®n ser¨ªa que Francia y Alemania aceptasen enviar tropas a Irak para aplicarla. No vale que Francia y Alemania aprueben la resoluci¨®n y no env¨ªen tropas, como ha pasado con la ¨²ltima. Tienen que aprobarla y adem¨¢s enviar tropas para aplicarla. Un n¨²mero de tropas significativo, no decorativo. Si Francia y Alemania hacen eso creo que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero podr¨ªa mantener su palabra y tambi¨¦n las tropas espa?olas en Irak, pues esa resoluci¨®n significar¨ªa que Europa habr¨ªa elaborado una posici¨®n europea propia sobre Irak, que Washington la asum¨ªa y que se abr¨ªa un camino para trabajar todos juntos en arreglar el desastre y en impedir que alguien que no sea el pueblo iraqu¨ª se beneficie de lo ocurrido.

No oculto que me parece m¨¢s que dif¨ªcil que la Casa Blanca haga las concesiones que exigir¨ªa una resoluci¨®n capaz de animar a Alemania y a Francia a enviar contingentes significativos de tropas a Irak. Pero qui¨¦n sabe...

Supongamos ahora que no se alcanza una resoluci¨®n de esas caracter¨ªsticas. Entonces el Gobierno espa?ol trae sus tropas a casa. ?Con qu¨¦ argumentos puede sostener esa decisi¨®n el Gobierno de Espa?a ante el de Estados Unidos? El argumento pol¨ªticamente definitivo es claro: ustedes acordaron con el anterior Gobierno la participaci¨®n de las tropas espa?olas a sabiendas de que una gran mayor¨ªa de espa?oles se opon¨ªan a tal cosa. Aun as¨ª, ustedes ten¨ªan derecho a hacerlo porque por Espa?a habla su Gobierno. Tan cierto es eso que incluso nosotros hemos respetado el compromiso asumido por el Gobierno anterior de mantener las tropas hasta el 30 de junio. Pero ahora hay un nuevo Gobierno que, respaldado por una fuerte mayor¨ªa parlamentaria, ha decidido el retorno de las tropas. Tambi¨¦n ahora deben ustedes aceptar la decisi¨®n de quien decide leg¨ªtimamente en nombre del pueblo espa?ol.

Estados Unidos no ser¨ªa insensible a ese argumento. Otra cosa es que le guste. Si, llegado ese momento, la Administraci¨®n de Bush reitera el tipo de planteamientos que viene manteniendo desde hace un a?o, es posible que, con unas u otras palabras, responda: "Si ustedes no est¨¢n conmigo est¨¢n contra m¨ª". A lo que cualquier Gobierno democr¨¢tico no tendr¨ªa m¨¢s remedio que replicar: "Si nos fuerzan a elegir entre la voluntad del Gobierno de Estados Unidos y la voluntad del pueblo espa?ol, saben de sobra que s¨®lo podemos elegir la voluntad del pueblo espa?ol".

Es muy de desear que ni una ni otra parte tengan que hablar as¨ª. M¨¢s vale que la Administraci¨®n de Bush se haga cargo de que cuando acord¨® con el Gobierno de Espa?a una pol¨ªtica que rechazaba el pueblo espa?ol, todo lo que pod¨ªa obtener era pan para hoy y hambre para ma?ana. Igualmente conviene a todos que la cuesti¨®n se plantee militarmente y no en t¨¦rminos simb¨®licos. Militarmente, las fuerzas espa?olas son sustituibles sin problemas. Simb¨®licamente no ocurre lo mismo. Ahora bien, Washington debe entender que Espa?a no puede mantener en Irak tropas dedicadas a simbolizar una pol¨ªtica que los espa?oles no aceptan.

Tambi¨¦n es de desear que Espa?a haga evidente que permanece tan comprometida como siempre en la lucha antiterrorista. Si retira sus tropas de Irak es porque considera que su presencia all¨ª no contribuye a esa lucha. Pero las tropas espa?olas permanecen en Afganist¨¢n, al igual que las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia espa?oles mantienen su participaci¨®n en todos los ¨¢mbitos europeos y transatl¨¢nticos de lucha contra el terrorismo. Tampoco Espa?a se desentiende de lo que pase en Irak, pues, en cuanto Irak cuente con autoridades leg¨ªtimas, el Gobierno se dirigir¨¢ a ellas para acordar la mejor forma en que Espa?a puede contribuir a la reconstrucci¨®n del pa¨ªs.

Seguro que no ser¨¢ una discusi¨®n f¨¢cil. Pero Espa?a ya ha pasado por algo as¨ª, y con ¨¦xito. Me refiero a la retirada de las tropas americanas de Torrej¨®n. Llegado el caso, a ninguna de las partes se le ocultar¨¢ que ese precedente es el que cuenta y la resoluci¨®n que tuvo. Por eso dec¨ªa antes que la retirada de las tropas era, de las dos, la cuesti¨®n m¨¢s f¨¢cil. Pero, ?es tambi¨¦n la m¨¢s deseable? A este respecto, es la Administraci¨®n de Bush quien tiene la palabra.

Carlos Alonso Zald¨ªvar es diplom¨¢tico.