Tribalismos

Es curioso. Digeridos los resultados electorales como si aqu¨ª no hubiera pasado nada, algunos columnistas, ebrios de alegr¨ªa por el sorprendente y sobrevenido ¨¦xito del PSOE, se disponen ahora a ofrecer su desinteresado consejo a los dirigentes valencianos del PP para que corrijan el rumbo, se dispongan a la unidad y acometan, por fin, la ejecuci¨®n de un programa libre de contaminantes pero hasta ahora oculto tras la ¨¦pica desavenencia entre el ministro en funciones y el president de la Generalitat casi in¨¦dito que ha sido Camps hasta el mismo d¨ªa de hoy.

Incluso la oposici¨®n insta a Camps a mover fichas, pendientes de que mueva las que no le convienen. Unos y otros, pues, hacen suya la regla seg¨²n la cual la oposici¨®n critica por obligaci¨®n los errores del gobierno y, cuando ¨¦ste deja de cometerlos, le ayuda arteramente a que encuentre nuevos yacimientos donde perder la credibilidad.

No nos enga?emos, cuando desde el PSOE se insta a Camps a gobernar no s¨®lo se sugiere que el actual gobierno est¨¢ en stand by desde el d¨ªa de la investidura (idea que comparto); lo que se busca es animarle a que libre la batalla con Zaplana que les conviene para que, a continuaci¨®n, en las cenizas crezca el monstruo que ayude a desalojarlos lo m¨¢s pronto posible.

No hay, pues, en la generosidad de los sobrevenidos consejeros medi¨¢ticos de Camps ni un ¨¢pice de conmiseraci¨®n con lo que ocurre, ni mucho menos, honesta preocupaci¨®n por que los grandes proyectos est¨¦n ahora mismo faltos de aliento, porque, en realidad, el futuro m¨¢s inmediato dir¨¢ si el Gobierno en ciernes de Zapatero estar¨¢ tan interesado por apoyarlos como parece estarlo la oposici¨®n socialista valenciana, y si para entonces esos consejos no se volver¨¢n lanzas.

Desde mi independencia pol¨ªtica (que no supone para nada que haya abandonado mi convicci¨®n de nacionalista valenciano y dem¨®crata), y en la medida que en su momento aventur¨¦ la hip¨®tesis de que Camps ser¨ªa un buen presidente, pero tambi¨¦n desde la posici¨®n de quien alent¨® y apoy¨® al ex presidente Zaplana al arreglo del conflicto ling¨¹¨ªstico, y, finalmente, decepcionado de la deriva del nacionalismo democr¨¢tico valenciano, despu¨¦s de lo visto en esos cuatro d¨ªas de marzo que pusieron al descubierto la endeblez de nuestras ra¨ªces democr¨¢ticas, quiero dejar escritas unas palabras de consejo y a la vez de preocupaci¨®n por el peligro de que, como continuaci¨®n a los desprop¨®sitos del 14/17-M, en la CV se reproduzcan actitudes demag¨®gicas felizmente superadas.

No puedo entender por qu¨¦ Camps se deja insultar a diario por libelos guerracivilistas sin responder con contundencia como Honorable que es, ni comprendo qu¨¦ beneficios pueden esperar quienes en el PP apuestan por que se destroce de un modo menos edificante a¨²n que lo hizo en su d¨ªa el PSPV, precisamente en el momento que los indicadores se?alan a esta Comunitat como un valor en alza en el contexto del Estado, y tienen m¨¢s de tres a?os por delante, si ni siquiera eso servir¨ªa como acicate para que fuerzas pol¨ªticas emergentes con renovada carga ¨¦tica recogiesen el testigo de cainismos m¨¢s propios de cafres que de pol¨ªticos dem¨®cratas y humanistas.

Del Estado de partidos se ha ido al Estado ocupado por los partidos y de aqu¨ª puede pasarse f¨¢cilmente al tribalismo de partidos-ocupa y a las facciones tribales de partido; y de todo esto, al tribalismo visceral de los salvapatrias y los m¨®viles como respuesta.

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