Misticismo para ni?os
La todopoderosa marca de referencia en esto de los dibujos animados se empe?a en correr con el viento en contra. A rebufo de los genios de Pixar (Toy Story, Buscando a Nemo...), Disney lleva dando bandazos unos cuantos a?os y ha acabado pag¨¢ndolo: John Lasseter y sus chicos no han querido renovar su contrato de colaboraci¨®n y ser¨¢n independientes en cuanto desembuchen las dos pel¨ªculas que tienen a medio terminar. Mientras, Disney sigue empe?ada en una f¨®rmula que le fue bien durante d¨¦cadas y que ahora se presenta antigua, gastada, para ni?os de otra ¨¦poca. Hermano Oso es la ¨²ltima muestra.
Los ¨¦xitos de Shrek (producida por DreamWorks), Monstruos, SA (Pixar) y La edad de hielo (Fox) pusieron de manifiesto que, m¨¢s all¨¢ de que la animaci¨®n en 3D pudiera acabar con el sistema tradicional de dibujo a mano, eran sus guiones los que hab¨ªan reformado el g¨¦nero hasta llevarlo a una nueva ¨¦poca dorada, donde no s¨®lo los m¨¢s peque?os (que a veces se tragan lo que les echen) pudieran disfrutar de sus historias. Hermano Oso reincide en el error de obras como Pocahontas y tiene una primera media hora lamentable (justo hasta que el humano se convierte en animal de cuatro patas). Con una espiritualidad de cursillo evang¨¦lico de fin de semana y unas canciones (de Phil Collins) con ritmo y letras que hubieran servido en las catequesis cat¨®licas de la transici¨®n espa?ola, la pel¨ªcula se hace insoportable incluso para los ni?os.
HERMANO OSO
Direcci¨®n: Aaron Blaise, Bob Walker. Int¨¦rpretes: Joaquin Phoenix, Rick Moranis, Michael Clarke Duncan (voces). G¨¦nero: animaci¨®n infantil. EE UU, 2003. Duraci¨®n: 85 minutos.
A mejor vida
Menos mal que, pasado el susto, la historia da un giro al presentar nuevos personajes, vistos mil veces, pero que han demostrado repetidamente su buen funcionamiento, caso de los alces graciosillos (herederos del Sebasti¨¢n de La sirenita) o del cr¨ªo que acompa?a a un adulto en busca de su madre perdida. Est¨¢ claro que los tiempos de La Bella y la Bestia (que lleg¨® a ser candidata al Oscar a la mejor pel¨ªcula) han pasado a mejor vida. Incluso se ha anunciado que Disney va a abandonar definitivamente su factor¨ªa de animaci¨®n tradicional. Sin embargo, m¨¢s all¨¢ del material, lo que deber¨ªa es adoptar el sano cachondeo y las sutiles ense?anzas de Pixar y olvidarse de una vez del sentimentalismo barato y de ese ecologismo de todo a 100.
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