Callej¨®n sin salida
De las cuatro comunidades aut¨®nomas que se constituyeron por la v¨ªa prevista en el art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n, el PP ¨²nicamente mantiene una presencia significativa en Galicia. En las otras tres, Pa¨ªs Vasco, Catalu?a y Andaluc¨ªa, se encuentra en una situaci¨®n muy d¨¦bil tanto desde una perspectiva pol¨ªtica como org¨¢nica. Se ha quedado sin pol¨ªtica en esas comunidades y, como consecuencia de ello, est¨¢ a punto de sufrir un quebranto org¨¢nico que lo puede reducir a una situaci¨®n cuasi marginal.
?ste es, posiblemente, el mayor obst¨¢culo con el que se encuentra el PP para remontar el vuelo tras el 14-M. El PP, tras su congreso refundacional de Sevilla a partir de la antigua AP a finales de los ochenta, hab¨ªa partido de una posici¨®n de extrema debilidad en las tres comunidades, pero hab¨ªa conseguido corregir esa situaci¨®n a lo largo de los noventa, en buena medida como consecuencia de su llegada al Gobierno de la naci¨®n en 1996. Su crecimiento electoral hab¨ªa sido constante y significativo a lo largo de toda la d¨¦cada y, tras la victoria electoral por mayor¨ªa absoluta en 2000, parec¨ªa encontrarse en condiciones de aspirar a ser el partido de gobierno en el Pa¨ªs Vasco y en Andaluc¨ªa y a condicionar la formaci¨®n de Gobierno en Catalu?a.
El PP no ha dise?ado ninguna pol¨ªtica vasca, catalana o andaluza para competir en las elecciones auton¨®micas
Esto es lo que se ha venido abajo con los resultados del 14-M. La estrategia del PP de asaltar el Gobierno de las tres comunidades aut¨®nomas desde el Gobierno del Estado se ha saldado con un fracaso absoluto. El PP no ha dise?ado ninguna pol¨ªtica vasca, catalana o andaluza para competir en las respectivas elecciones auton¨®micas, sino que se ha planteado dichas elecciones como si se tratara de la reconquista de unos territorios d¨ªscolos. Todo se confiaba a la presi¨®n que se pudiera hacer desde el Gobierno de la naci¨®n, bien mediante la pol¨ªtica antiterrorista para poner en fuera de juego a los partidos nacionalistas, bien mediante la presi¨®n y la asfixia econ¨®mica a la Junta de Andaluc¨ªa.
Dicha estrategia se ha saldado con un absoluto fracaso. Y de manera pr¨¢cticamente irreversible. Ahora tiene que empezar a hacer pol¨ªtica en estas comunidades sin la ayuda del Gobierno de la naci¨®n. Y hasta que no sea capaz de hacerlo no volver¨¢ a estar en condiciones de convertirse de nuevo en partido de gobierno de Espa?a. El tiro de la estrategia de reconquista le ha salido por la culata.
En las tres comunidades lo tiene muy dif¨ªcil. En el Pa¨ªs Vasco es donde el fracaso resulta m¨¢s visible. La sustituci¨®n de Jaime Mayor Oreja por Carlos Iturgaiz como candidato a lehendakari en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas lo dice todo. En Catalu?a, Josep Piqu¨¦ se encuentra con extraordinarias dificultades para mantenerse en la direcci¨®n del PP y es m¨¢s que probable que en muy poco tiempo tenga que celebrarse un congreso extraordinario, en el que acabar¨¢ produci¨¦ndose su sustituci¨®n.
Pero es en Andaluc¨ªa donde el PP se encuentra con mayores problemas. Entre otras cosas porque, para un partido de gobierno de Espa?a como el PP, Andaluc¨ªa tiene una importancia incomparablemente mayor que el Pa¨ªs Vasco y Catalu?a. Andaluc¨ªa no es una excepci¨®n pol¨ªtica en Espa?a. Andaluc¨ªa es la norma. El PP no necesita ser alternativa de gobierno en Catalu?a o en el Pa¨ªs Vasco para poder llegar al Gobierno de la naci¨®n. Pero s¨ª necesita ser alternativa de gobierno en Andaluc¨ªa. No Gobierno, pero s¨ª alternativa de gobierno.
Y para ello se encuentra en una situaci¨®n muy dif¨ªcil. Resulta incomprensible que, conociendo la valoraci¨®n que los ciudadanos andaluces ten¨ªan de Te¨®fila Mart¨ªnez, el PP acudiera a estas elecciones sin tener previsto qu¨¦ hacer en caso de que los resultados fueran negativos. No se entiende que la direcci¨®n del PP no contemplara la posibilidad de tener que sustituirla en caso de que perdiera las elecciones y que no hubiera incluido en alguna de las listas a alguna persona que tuviera la preparaci¨®n suficiente para hacerlo. La mayor¨ªa absoluta del PSOE en Andaluc¨ªa, aunque no de la magnitud de la que se ha producido, ven¨ªa siendo anticipada por casi todas las encuestas y, en consecuencia, era m¨¢s que probable que Te¨®fila Mart¨ªnez tuviera que ser sustituida tras este nuevo fracaso. ?Por qu¨¦ no se ha pensado en tener a alguien en el Parlamento, que pudiera actuar con solvencia como portavoz del grupo popular a lo largo de la legislatura? ?No es consciente la direcci¨®n del PP de que sin un trabajo adecuado a lo largo de la legislatura no se puede concurrir con garant¨ªas a las siguientes elecciones?
Ahora ha tenido que recurrir a Javier Arenas, que adem¨¢s de haber perdido ya dos elecciones frente al actual presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, tiene el enorme handicap de no ser parlamentario andaluza y de no poder participar, en consecuencia, en el debate pol¨ªtico espec¨ªfico de la comunidad, que inevitablemente tiene su sede en el Parlamento. Javier Arenas se va a encontrar en una situaci¨®n similar a la que se encontr¨® Antonio Hern¨¢ndez Mancha cuando fue elegido presidente de AP siendo parlamentario andaluz. Fungir como presidente del principal partido de la oposici¨®n sin estar en el lugar donde se tiene que hacer la oposici¨®n al Gobierno es, sencillamente, una tarea imposible. Y eso que le ocurri¨® a Antonio Hern¨¢ndez Mancha le va a ocurrir tambi¨¦n a Javier Arenas.
Javier Arenas tiene otro handicap adicional, ya que ha sido la punta de lanza de la estrategia de presi¨®n y asfixia de la Junta de Andaluc¨ªa desde el Gobierno de la naci¨®n. ?l ha sido uno de los art¨ªfices de la estrategia de reconquista y es casi imposible que pueda tener credibilidad ante los electores andaluces como portador de una pol¨ªtica realmente andaluza. Con su designaci¨®n, el PP se est¨¢ metiendo en un callej¨®n sin salida.
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