El inagotable fil¨®n anticatalanista

Zaplanistas y campistas han encontrado en la tensi¨®n ling¨¹¨ªstica un puente de uni¨®n. Por ¨¦l transitan en libertad, sobre todo desde hace unas semanas, los abanderados de ambos sectores del PP valenciano sin necesidad de mirarse de reojo. Incluso si se establece entre ellos una cierta competencia, como as¨ª sucede cuando se recurre al espantajo del catalanismo, ¨¦sta siempre es sana, en el buen sentido de la palabra. A saber: si, por ejemplo, Fernando Giner, presidente de la Diputaci¨®n y jefe de la ¨²ltima campa?a electoral del ministro de Trabajo en funciones, Eduardo Zaplana, vinculaba hace m¨¢s de un mes unas pintadas en su pueblo que conten¨ªan amenazas de muerte con el l¨ªder de Esquerra Republicana Josep Llu¨ªs Carod Rovira, y con el presidente de la Generalitat catalana, Pascual Maragall; el consejero de Educaci¨®n y Cultura, Esteban Gonz¨¢lez Pons, hombre de confianza del presidente Francisco Camps, afirmaba el jueves que el l¨ªder del PSPV, Joan Ignasi Pla, era un "lacayo" de Maragall y que ¨¦ste y Carod "conseguir¨¢n que Zapatero y Pla sean para los valencianos los Felipe V del siglo XXI".

Ha extra?ado a algunos el tono de estas manifestaciones de quien se da un imagen centrista y liberal, de derecha moderna, y de quien defiende el papel de la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua (AVL) o ha sido uno de los promotores del dec¨¢logo ling¨¹¨ªstico. Tambi¨¦n se ha interpretado como una boutade pol¨ªtica, una mera ocurrencia que transluce una falta de verdadero inter¨¦s por la materia. Se alud¨ªa a la proposici¨®n del parlamento catal¨¢n que ped¨ªa que el Gobierno central retirar el decreto que separa las clases de valenciano y catal¨¢n en las Escuelas de Idiomas, como as¨ª han reclamado los profesores valenciano afectados. Tampoco es nada nuevo.

Gonz¨¢lez Pons era el portavoz del PP en el Senado cuando el ex senador y vicepresidente de la Diputaci¨®n de Valencia, Vicent Ferrer, sali¨® hace un a?o y medio a la palestra para defender la honra. Al catedr¨¢tico de Filolog¨ªa y presidente de la Real Academia Espa?ola (RAE), V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, se le ocurri¨® recordar la definici¨®n del valenciano como una modalidad del catal¨¢n que recoge el propio diccionario de la RAE. Ferrer le espet¨® que era un "listillo de tierras adentro" y le urgi¨® a que se "callara" y no se entrometiera en el esfuerzo de la Generalitat y de la AVL.

Al menos, la AVL recorre caminos de moderaci¨®n en su corta trayectoria de b¨²squeda de consensos. Si bien a veces alguno de sus miembros trabaja en balde, como ha ocurrido con el acad¨¦mico Albert Hauf, cuya cuidada edici¨®n de Tirant lo Blanch duerme el sue?o de los justos. Iba a ser el regalo de Navidad de Camps, pero al final se sustituy¨® por unos sujeta-libros.

Quiz¨¢ tenga algo que ver con este cambio el serio toque de atenci¨®n imperativo recibido de la c¨²pula del PP en Madrid. Camps se hab¨ªa prodigado en sus gui?os valencianistas y utilizaba el valenciano en la mayor¨ªa de sus intervenciones p¨²blicas, al igual que otros cargos p¨²blicos. Desde hace meses, apenas lo emplea.

Por el contrario, las declaraciones de pol¨ªticos del PP que vuelven a alertar del catalanismo se han incrementado tras las pasadas elecciones, siendo Carod el centro de la diana (aunque ERC sac¨® s¨®lo el 0,5% de votos en la Comunidad Valenciana). Y todo ello a pesar de que Uni¨®n Valenciana no parece que reportara muchos votos al PP en las pasadas elecciones. Pero el anticatalanismo parece un recurso f¨¢cil en tiempos no muy propicios.