Un artista vers¨¢til
Este ingl¨¦s rechoncho (Londres, 1921) presum¨ªa de tener en sus venas sangre rusa, alemana, espa?ola, italiana, francesa y et¨ªope m¨¢s que inglesa. De hecho, su nacionalidad brit¨¢nica se deb¨ªa a que su abuelo, un militar zarista, se hab¨ªa refugiado en Londres a?os atr¨¢s.
Peter Ustinov sol¨ªa decir que la mayor¨ªa de las personas tienen miedo a la muerte porque no han hecho nada en su vida. ?l no debi¨® sentir ese miedo ya que fue siempre un tipo de actividad fren¨¦tica.
A los 17 a?os, cuando a¨²n so?aba con ser actor, escribi¨® su primera obra teatral, a la que seguir¨ªan otras veinte, algunas novelas y multitud de dibujos sat¨ªricos.
M¨¢s tarde, siendo actor ya consagrado, se arriesg¨® tambi¨¦n a dirigir pel¨ªculas, algunas muy notables como Romanoff y Julieta (1961) y Billy Budd (1962), seg¨²n la novela de Herman Melville que aqu¨ª se tradujo como La fragata infernal, y en la que debut¨® un adolescente llamado Terence Stamp.
Peter Ustinov se movi¨® en muchos campos art¨ªsticos con la curiosidad y el entusiasmo de un jovencito. "Todo el mundo comete errores. La clave est¨¢ en cometerlos cuando nadie nos ve", comentaba con iron¨ªa. Cuando sus abundantes kilos fueron limitando su presencia en el cine (a pesar de lo cual estuvo trabajando hasta el a?o pasado, principalmente para televisi¨®n), dedic¨® su tiempo a recorrer el mundo como embajador de la Unicef. Sus fotos rodeado de ni?os desnutridos conmovieron en nuestro mundo occidental.
Como actor ser¨¢ inolvidable por algunas de sus creaciones cinematogr¨¢ficas, especialmente por aquel ambiguo Ner¨®n de Quo Vadis (Mervin LeRoy, 1951) en el que el sadismo del personaje se compaginaba con cierta ternura ba?ada de humor (fue nominado por ello al Oscar); por su Pr¨ªncipe de Gales en Beau Brummel (Curtis Bernhardt, 1954); por aquel animador del circo de Max Ophuls en el que se exhib¨ªa la belleza de la atormentada Lola Montes. (1955); por Espartaco (Stanley Kubrick, 1960), con cuyo personaje de vendedor de esclavos obtuvo su primer Oscar; por el astuto timador de Topkapi (Jules Dassin, 1964), su segundo Oscar; y de forma m¨¢s reciente por su repetida encarnaci¨®n del sagaz detective Hercules Poirot de ?gata Christie en Muerte en el Nilo (John Guillermin, 1978) y en otras secuelas televisivas.
Particularmente en Espa?a su recuerdo quedar¨¢ ligado a la notable Un ¨¢ngel pas¨® por Brooklyn (1957) en la que el director h¨²ngaro Ladislao Vajda le convert¨ªa en perro por haber sido un abogado inflexible con los pobres inquilinos italianos que no pod¨ªan pagar el alquiler. El ni?o Pablito Calvo cuidaba con inocencia de aquel perro desorientado que finalmente recuperaba su presencia humana.
El humor fue el arma preferida de este hombre bonach¨®n y algo ingenuo que quiso mejorar nuestra sociedad, de la que se re¨ªa con la flema brit¨¢nica que quieras que no fue una de sus caracter¨ªsticas: "Antes de que explote el mundo, se oir¨¢ la voz de un experto asegurando que eso es t¨¦cnicamente imposible".
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