Londres presenta un pol¨¦mico plan para crear un FBI brit¨¢nico
El ministro de Interior del Reino Unido, David Blunkett, present¨® ayer un Libro Blanco sobre la lucha contra el crimen organizado que promete levantar pol¨¦mica. Las propuestas respaldan la creaci¨®n del llamado FBI brit¨¢nico, la SOCA (siglas en ingl¨¦s de Agencia contra el Gran Crimen Organizado). Entre ellas figuran tres particularmente llamativas: convertir en prueba legal en los tribunales el llamado "material interceptado" -como escuchas telef¨®nicas y rastreo de correo electr¨®nico legales-, obligar a banqueros, contables y abogados a declarar sobre sus clientes y poner en marcha un sistema de arrepentidos.
De momento, las propuestas parecen haber sido bien recibidas por la oposici¨®n. Incluso los liberales-dem¨®cratas, siempre escrupulosos en la defensa de las libertades individuales, han admitido a trav¨¦s de Mark Oaten, responsable de los asuntos de Interior en el partido, que "los liberales que vivimos en un mundo moderno tenemos que aceptar un mayor uso de la interceptaci¨®n de comunicaciones". "Sin embargo", a?adi¨®, "no se puede utilizar el terrorismo como excusa para introducir en nuestra sociedad cambios fundamentales como el carn¨¦ de identidad o cambiar la carga de la prueba".
"Tenemos que utilizar las mismas herramientas que esa gente est¨¢ utilizando"
Fue el primer ministro, Tony Blair, quien insinu¨® en enero pasado que los acusados de ciertos cr¨ªmenes de gansterismo tuvieran que demostrar su inocencia, en lugar de ser el Estado el que demostrara su culpabilidad, dadas las dificultades que se dan a menudo para probar la culpabilidad de estos presuntos criminales. El Libro Blanco presentado ayer, sin embargo, no parece llegar tan lejos. El uso de las escuchas telef¨®nicas parece preocupar m¨¢s a los servicios de seguridad que a los defensores de los derechos civiles, dado que se propone convertir en prueba s¨®lo las escuchas consideradas legales. Por ejemplo, la grabaci¨®n de una conversaci¨®n sin que ambas partes lo sepan y lo acepten no podr¨ªa ser utilizada como prueba en un tribunal. Pero s¨ª si ambas partes han declarado su conformidad o si la grabaci¨®n ha sido realizada por los servicios secretos de manera legal. La plana mayor de los servicios secretos ha hecho llegar sus reticencias hacia una propuesta que, a su juicio, puede desvelar parte de sus t¨¦cnicas de trabajo.
M¨¢s quejas provocar¨¢, con seguridad, la propuesta de que lo mismo contables que abogados o banqueros sean obligados a declarar en los procesos que se lleven contra sus clientes acusados de grandes delitos, lo que podr¨ªa obligarles a romper el secreto profesional.
Tambi¨¦n promete generar debate la propuesta de crear la figura del arrepentido por la que los acusados de determinados delitos podr¨¢n negociar sus penas a la baja si denuncian a sus superiores jer¨¢rquicos en las bandas en las que operan. La propuesta se basa en una larga tradici¨®n en Estados Unidos que apenas ha tenido eco en Europa, donde choca la idea de perdonar a un delincuente para atrapar a otro. El precedente europeo m¨¢s famoso fue introducido en Italia para luchar contra la mafia.
David Blunkett argument¨®, en defensa de la figura del arrepentido, que en la actualidad ya se est¨¢ utilizando en el Reino Unido de manera subrepticia y que de lo que se trata ahora es de formalizarla. "Tenemos que examinar todos los medios que existen a nuestra disposici¨®n con el objetivo de atacar un problema que se ha convertido en un azote sin fronteras y utilizar las mismas herramientas que esa gente est¨¢ utilizando contra nosotros", defendi¨® el ministro.
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