MIGUEL ?NGEL BADAJOZ CANO / Una sonrisa y un flechazo

Miguel ?ngel, de 34 a?os y supervisor en una oficina de alquiler de coches en Chamart¨ªn, ten¨ªa una sonrisa que deslumbraba. La primera vez que Mari Carmen, su esposa, le vio hace 12 a?os, cuando ambos coincidieron en la misma oficina en Barajas, se fij¨® en eso: en su simpat¨ªa natural, en lo atento y caballeroso que era. "Lo nuestro fue amor a primera vista", recuerda Mari Carmen.

Despu¨¦s de un noviazgo en el que sal¨ªan por las discotecas de Madrid, empezaron a pasar los fines de semana en la comodidad de un piso en Vallecas que hab¨ªan comprado hace cuatro a?os. "?l me termin¨® domesticando a m¨ª", dice Mari Carmen. Se casaron hace dos a?os y, entre sus proyectos, primaban tener hijos y terminar de convertir su piso en un hogar. Los s¨¢bados y domingos, Miguel ?ngel pasaba dos o tres horas leyendo el peri¨®dico. "Le encantaba estar informado", dice su esposa.

Las vacaciones eran siempre en lugares distintos. Al principio, siempre la playa y los lugares cercanos a Madrid. Luego, cuando el dinero y el tiempo lo permit¨ªan, destinos m¨¢s lejanos como Noruega o Egipto, donde ambos montaron en camello.

En el trabajo le iba bien. Su don de gentes le serv¨ªa para estar de cara al p¨²blico. Le hab¨ªan ascendido al puesto de supervisor hace dos a?os. Y con sus compa?eros de trabajo siempre compart¨ªa sonrisas y manten¨ªa una relaci¨®n de amistad.

En el ¨²ltimo a?o, una de las principales preocupaciones de Miguel ?ngel era su madre, Encarnaci¨®n. Hab¨ªa enviudado hace a?o y medio y ¨¦l se dedic¨® a cuidarla, junto con su hermano. "Pasaba tres o cuatro horas hablando con ella por tel¨¦fono, siempre estaba muy atento para saber c¨®mo estaba". No se publica la foto por petici¨®n expresa de la familia.-