Yamina Benguigui denuncia los guetos de la inmigraci¨®n en 'El domingo si Dios quiere'

Cuando la madre de la cineasta Yamina Benguigui emigr¨® forzosamente de Argelia a Lille, en el norte de Franc¨ªa, su vida se convirti¨® en una tragedia. Su marido era casi un desconocido y ella lloraba hasta cuando pelaba una naranja porque le recordaba a los frutales de su pa¨ªs. A ella y a otras mujeres ¨¢rabes que viven en aut¨¦nticos guetos, la directora, nacida en Francia, dedica El domingo si Dios quiere.

"No recordaba que tuviese bigote", dice Zouina, protagonista del filme, que se estrena hoy, cuando se reencuentra con un marido que hac¨ªa 10 a?os que se hab¨ªa instalado en Francia y al que apenas hab¨ªa tratado. Viaja con sus tres hijos y su suegra intratable. Sufre malos tratos y su obsesi¨®n es encontrar a otra familia argelina con la que compartir la Fiesta del cordero.

"No tengo buenos recuerdos de infancia. Viv¨ªa como en Argelia, preparada para volver en cualquier momento", rememora con tristeza. "No ten¨ªamos derecho a hablar con los otros ni?os en la escuela. No por religi¨®n, sino por nacionalismo. Argelia hab¨ªa salido de una guerra contra Francia y no ten¨ªa sentido divertirse en ese pa¨ªs", a?ade. Su padre pas¨® tres a?os en prisi¨®n por pertenecer al Movimiento Nacionalista Argelino y en Francia mont¨® un restaurante. "Era m¨²sico, pero nunca le dije que mi vena art¨ªstica la hered¨¦ de ¨¦l", confiesa. Sus progenitores se separaron y ella, que se hab¨ªa independizado a los 19 a?os, para esc¨¢ndalo familiar, se trajo de nuevo a sus cinco hermanos, a quienes su padre, seg¨²n cuenta, "secuestr¨®" y llev¨® de nuevo a Argelia. "Mi madre se qued¨® en Francia y tiene desde hace 15 a?os una pareja. Se ha vuelto militante de los derechos de las inmigrantes. Algunas no se integran y llegan a suicidarse".

Echa pestes de la pol¨ªtica de integraci¨®n en Francia, que califica de "catastr¨®fica". "Es un ejemplo de lo que no hay que hacer, y yo lo denuncio desde hace 12 a?os en mis documentales". A su juicio, se est¨¢ produciendo una regresi¨®n y cita como ejemplo el problema creado con el uso del velo. Recuerda tambi¨¦n que la mayor parte de los seis millones de ¨¢rabes que viven en Francia proceden de antiguas colonias, Argelia y Marruecos, "y no se dan cuenta de que somos producto de su historia".

El domingo si Dios quiere ha tenido una gran acogida en Francia y ha ganado numerosos premios, como el de la cr¨ªtica del Festival de Toronto. Est¨¢ contenta porque, dice, el p¨²blico va por delante de los pol¨ªticos y se indigna cuando relata c¨®mo el director de una cadena de televisi¨®n no quiso subvencionarle la pel¨ªcula. "Me dijo que hab¨ªan dado dinero para dos pel¨ªculas argentinas. Y yo le contest¨¦ que soy francesa y que es una historia de lo que ocurre aqu¨ª".