Esta playa es tu herencia
?Ni 500 ni 50.000 amarres m¨¢s justifican la desaparici¨®n de una sola de nuestras playas! Somos muchos los valencianos conscientes del privilegio que supone vivir a la orilla del Mediterr¨¢neo. Nos gusta el mar, poder ba?arnos en sus aguas, pasear por la ribera con los pies descalzos, contemplar la salida del sol sobre la l¨ªnea del horizonte. Estamos convencidos de que los kil¨®metros que la Comunidad Valenciana tiene de playas accesibles son nuestro mayor capital colectivo.
Preocupa que en algunas zonas la franja de arena sea cada a?o m¨¢s estrecha, hasta el punto de encontrarse en peligro edificaciones que tal vez nunca debieron construirse, o paseos mar¨ªtimos incapaces de mantener su integridad ante temporales de cierta envergadura. En muchos tramos, de forma peri¨®dica, se hace necesario movilizar centenares de camiones que trasiegan tierras de un sitio para otro para mantener la playa decente de cara a la temporada veraniega, arena que el mar se traga en un santiam¨¦n, cuando las aguas se ponen bravas.
En Sagunto, por ejemplo, al norte del municipio, dentro de lo que se conoce como las playas de Corinto y Almard¨¢, cerca ya de Almenara, donde se encuentra una de las pocas playas nudistas, se vertieron, hace unos cinco a?os, cantidades de arena por valor de 500 millones de pesetas, lo que da para muchas toneladas, con financiaci¨®n de la Comunidad Europea, seg¨²n rezaba un cartel bien visible. Se recuper¨® el litoral, pero, l¨¢stima, porque ha durado poco y de no efectuarse nuevas aportaciones que afiancen la l¨ªnea de la costa, se volver¨¢ en breve a la situaci¨®n anterior, provocada en su d¨ªa por un peque?o espig¨®n de salida de agua de una acequia. Tan vulnerable es nuestro litoral.
Los ecologistas, los ge¨®grafos, los ingenieros, y aquellos que han estudiado el tema, echan la culpa a la acci¨®n humana, a las intervenciones puntuales que perturban las corrientes marinas, de consecuencias negativas para la costa. Un mero dique mal ubicado da lugar a un exceso de acumulaci¨®n de arena al norte del mismo y la desaparici¨®n de ¨¦sta al sur. Aqu¨ª en Valencia es patente el efecto de la ampliaci¨®n del puerto sobre la playa de la Malvarrosa, cada temporada m¨¢s extensa y, por contra, las de Nazaret, Pinedo y El Saler que o han desaparecido o se encuentran en v¨ªas de extinci¨®n.
Viene esto a cuenta de la ¨¦poca de permisividad que parece haberse abierto al amparo de la Copa del Am¨¦rica, de la que, por supuesto, nos alegramos, en principio, por las positivas consecuencias que puedan derivarse si las cosas se hacen bien. Pero que podr¨ªa ser nefasta, a medio y largo plazo para los valencianos, si es a costa de maltratar nuestro litoral, o de desproteger parajes tan valiosos como L'Albufera de Valencia o el Pl¨¤ de Cabanes en Castell¨®n y entregarlos en brazos de la especulaci¨®n inmobiliaria.
El alcalde de Almenara anunci¨®, recientemente, su intenci¨®n de promover la urbanizaci¨®n de cuatro millones de metros cuadrados en la costa, con campo de golf, zonas de ocio, y, ?ojo!, un puerto deportivo, con capacidad para 500 amarres, en la zona lim¨ªtrofe con el t¨¦rmino de Sagunto, para lo que ya se hab¨ªa puesto en contacto con un grupo promotor vinculado a la constructora de Florentino P¨¦rez, el presidente del club de f¨²tbol de Madrid. El puerto estar¨ªa justo al lado de las playas que recibieron 500 millones de pesetas en arena, hoy en gran parte mermada. El proyecto, si se realiza, podr¨ªa suponer la desaparici¨®n de las playas de Sagunto, que, por otra parte, se encuentran sometidas a un proceso de urbanizaci¨®n intenso, como ocurre en toda la franja costera de la Comunidad Valenciana. Acci¨® Ecologista Agr¨® ya lo ha denunciado.
Las playas son p¨²blicas y son nuestras. Hay que defenderlas. Por muy rentable que una operaci¨®n sea para un promotor inmobiliario, para el grupo minoritario de los afortunados poseedores de yates o, incluso, para todo un municipio, no debe permitirse si es a costa de poner en peligro las playas colindantes. Porque los intereses privados deben supeditarse a los p¨²blicos y ello supondr¨ªa un perjuicio para todos aquellos usuarios que se acercan a las mismas para disfrutarlas, adem¨¢s de una exhibici¨®n de miop¨ªa ego¨ªsta por parte de las Administraciones competentes.
Precisamente estas operaciones que activan todas las alertas, surgen al mismo tiempo que el Ministerio de Medio Ambiente lanza una campa?a publicitaria bajo el lema "Esta playa es tu herencia. Cu¨ªdala. Cons¨¦rvala tal y como el mar la ha creado para que las pr¨®ximas generaciones la disfruten y aprendan de ella", leyenda loable que destaca sobre una foto de un paisaje precioso con el mar al fondo. Convendr¨ªa que con sus decisiones las autoridades nos demostraran que se creen lo que nos dicen.
Esperemos que no nos tengamos que arrepentir nunca de haber sido los afortunados a los que nos toc¨® la Copa del Am¨¦rica.
Mar¨ªa Garc¨ªa-Lliber¨®s es escritora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.