No es lo mismo
El Tau, el Pamesa y el Barcelona, salvo milagro deportivo o administrativo, no estar¨¢n en la Final a Cuatro que la Euroliga, pasando por alto demasiadas cosas, se empecina en que se dispute en Tel Aviv. Habiendo llegado los tres al mismo punto, las sensaciones que dejan son distintas.
El a¨²n campe¨®n, el Bar?a, ha sido el que mayor volumen de expectativas ha defraudado. No deber¨ªa extra?ar en exceso, pues los s¨ªntomas que emite desde hace tiempo no son tranquilizadores, pero su impresionante temporada anterior y su probada capacidad para manejar los tiempos de la competici¨®n le otorgaban un margen de confianza. Si se mira bien, tampoco ha habido grandes diferencias entre lo que pas¨® hace un a?o y lo de ahora. Sin entusiasmar, a veces a trancas y barrancas, los azulgrana llegaban al final de los partidos con vida y all¨ª, en el llamado Territorio Bar?a, liquidaban a sus adversarios de cien formas. Pero este gusto por jugar en el filo de la navaja se ha convertido en un enorme dolor de cabeza. Lo m¨¢s sorprendente ha sido verle perder partidos en las ¨²ltimas jugadas, por un tiro, por un punto, en su h¨¢bitat favorito. Un Bodiroga menor o las lesiones de Fucka, fundamental en el t¨ªtulo de 2003, y Grimau tienen algo que ver. Pero, sobre todo, el asunto apunta hacia una cuesti¨®n de din¨¢mica. Los equipos, como les ocurre a los individuos, tienden a acostumbrarse... a lo bueno y a lo malo. El Bar?a ha perdido esa inercia ganadora que le ha durado m¨¢s de un a?o y donde antes todo eran certezas ahora asoman las dudas, los errores y la penitencia.
Por otros motivos, el Tau debe de estar maldiciendo su suerte. Le apea de la carrera el CSKA de Mosc¨², el equipo, junto al vitoriano, que mejor juego desarrolla en Europa. Su enfrentamiento directo ha deparado dos choques de altura, vibrantes e igualados. Teniendo a mano los dos, el Tau acab¨® perdiendo ambos y se despide dignamente, pero con la sensaci¨®n de una gran oportunidad perdida. Una l¨¢stima que el mejor Nocioni del curso no haya coincidido con el Macijauskas de los inicios. Pero el futuro, mientras no toquen la tripleta sustentadora -ellos dos y Scola- sonr¨ªe al Baskonia.
El Pamesa, en su primera comparencia en la ¨¦lite, ha alcanzado el notable alto. S¨®lo su l¨®gica negativa a viajar a Tel Aviv le ha hecho doblegarse. Pero la experiencia ha sido enriquecedora. Ha logrado compaginar dignamente sus compromisos nacionales con los europeos y sigue creciendo como equipo y entidad. Conociendo la ambici¨®n que se respira por Valencia, los est¨ªmulos econ¨®micos y humanos no faltar¨¢n hasta que consiga lo que persigue: un gran t¨ªtulo.
Tres historias, id¨¦ntico final. Pero, como dir¨ªa Alejandro Sanz, No es lo mismo.
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