Un cumplea?os triste
Traicionado por su espalda, Ballesteros se pierde su primer Masters de golf de Augusta desde 1977
Severiano Ballesteros naci¨® predestinado para el Masters de Augusta aunque s¨®lo fuera porque lo hizo un 9 de abril, un d¨ªa que cuatro, cinco o seis a?os de cada siete, dependiendo de los bisiestos, cae en la llamada semana Masters, la del primero y m¨¢s especial torneo del Grand Slam de la temporada anual de golf.
A la predestinaci¨®n de la fecha -martes 9 de abril de 1957, dos d¨ªas despu¨¦s de que el norteamericano Doug Ford ganase el 21? Masters- uni¨® Ballesteros 23 a?os despu¨¦s, en 1980, la voluntad y el genio necesarios para convertirse en el vencedor m¨¢s joven de la simb¨®lica green jacket (chaqueta verde), un triunfo que repiti¨® en 1983. Ciertamente, le salieron los dientes en Augusta cuando los greens eran de hierba bermuda -es el ¨²nico, junto al estadounidense Jack Nicklaus, que se ha anotado el torneo sobre la antigua y la moderna bent, m¨¢s r¨¢pida, plantada en 1981- y se convirti¨® en un cl¨¢sico del club m¨¢s selecto, el de los tambi¨¦n norteamericanos Arnold Palmer, que va a disputar a partir de ma?ana su 50? Masters consecutivo, o Tom Watson y su incre¨ªble media de 71,88 golpes en 106 vueltas.
En los ¨²ltimos siete a?os, Ballesteros, castigado por una espalda rebelde, un dolor insidioso y unas molestias que le recordaban que hab¨ªa sido un jugador natural, de instinto, un f¨ªsico privilegiado que se fue agotando, no pudo pasar siquiera el corte. Abandonaba el campo el viernes jurando volver m¨¢s fuerte, m¨¢s sano, al a?o siguiente. "Morir¨¦ con las botas puestas", repet¨ªa; "no me rendir¨¦".
Gimnasio, m¨¦todo Pilates, masajes, trabajo espec¨ªfico, rehabilitaci¨®n... De una manera concienzuda y perseverante, Ballesteros trabaj¨® su espalda el pasado invierno. Quer¨ªa volver a brillar en el Masters. Envi¨® cartas a sus amigos y logr¨® que le invitaran a disputar tres competiciones anteriores para afinar su puesta a punto. Viaj¨® a Florida a finales de febrero. Regres¨® hace dos semanas. No pudo dar ni una bola. La espalda le traicion¨®. Viaj¨®, repos¨®, se infiltr¨®, intent¨® todos los tratamientos. Finalmente, tuvo que renunciar. Se compr¨® una silla ortop¨¦dica para el avi¨®n y se volvi¨® a Espa?a. Por primera vez desde 1977, desde que cumpli¨® 20 a?os un d¨ªa de Masters, va a faltar a su gran cita.
Ballesteros no ha jugado un certamen desde octubre y no hay fecha para su retorno. Pero, mientras se recupera, no para, hiperactivo como siempre. A sus habituales trabajos de dise?ador de campos y organizador de eventos se ha sumado ahora el de solidario y prepara una gran jornada de golf, el d¨ªa 15, para recaudar fondos en beneficio de las v¨ªctimas del terrorismo.
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