Dos hombres
Ahmed Tommouhi y Manuel Borraz se encontraron en las p¨¢ginas de los peri¨®dicos. Para eso sirven. Encontrarse en los peri¨®dicos es muy parecido a topar doblando una esquina con otro cuerpo que la dobla en sentido contrario. Depende de un hilo. Es probable que los dos que topan hayan gastado el d¨ªa en asuntos muy diferentes: pero los dos van a encontrarse con precisi¨®n implacable. Habr¨ªa bastado con demorarse un segundo en la limpieza de los dientes. Como el gordo calvo del poema de Szymborska (Un terrorista: ¨¦l observa), que vuelve al bar por los "miserables guantes" que dej¨® olvidados y s¨®lo faltan 10 segundos para la bomba de las trece menos veinte.
Manuel Borraz le¨ªa el peri¨®dico y se encontr¨® con el nombre de Tommouhi y su historia. No la ha dejado. Es el ¨²nico ciudadano que no la ha dejado. La honra cautiva de esta ciudad. Es el ¨²nico, tambi¨¦n, que puede explicar la historia de Ahmed Tommouhi y Abderrazak Mounib. Este ¨²ltimo ya muri¨®. Este 26 de abril har¨¢ cuatro a?os que muri¨®. El ¨²ltimo correo que Borraz env¨ªa tiene este subject: "?Qu¨¦ habr¨ªa pasado si...?". Y este p¨¢rrafo: "Hace cuatro a?os hubo que lamentar que Mounib falleciera sin haber podido solucionar su problema y se calific¨® de vergonzosa la lentitud de la justicia. Ahora sabemos "qu¨¦ habr¨ªa pasado si" hubiera seguido vivo: ?NADA! Lo certifica Ahmed Tommouhi, compa?ero de infortunios".
Manuel Borraz se encontr¨® con Ahmed Tommouhi y su historia leyendo el peri¨®dico. Es el ¨²nico ciudadano que no la ha dejado
La historia. La explica Borraz. En 1991 Tommouhi y Mounib fueron condenados por violaci¨®n, gracias a que algunas v¨ªctimas dijeron reconocerles. Algunas v¨ªctimas deslumbradas en deslumbrantes ruedas de reconocimiento. Gracias a la perseverancia de su Omar Tommouhi y al grosor t¨¦cnico y ¨¦tico de un miembro de la Guardia Civil se pudo concluir que varias de las identificaciones fueron err¨®neas y en uno de los delitos que les achacaban pudo probarse, gracias al ADN, que otro hombre hab¨ªa sido el culpable.
El p¨¢rrafo anterior no habr¨ªa de enga?ar a nadie a pesar de su discreto tama?o. Porque en ¨¦l, entre detenci¨®n, juicio, recursos y condena anulada, caben ocho a?os. Fueron los que pasaron hasta que en 1999 la Fiscal¨ªa de Catalu?a pidi¨® el indulto en raz¨®n de las dudas fundadas sobre la justicia de la sentencia condenatoria. Era con esta decisi¨®n del fiscal Jos¨¦ Mar¨ªa Mena con la que Manuel Borraz abr¨ªa otro de sus antol¨®gicos correos desesperados. ?ste ten¨ªa la higiene como tema. La Fiscal¨ªa se lav¨® las manos, porque la ausencia de "una prueba objetiva" de su inocencia le imped¨ªa impulsar la revisi¨®n del caso. Se limit¨® a pedir un indulto: que Dios te perdone, Tommouhi. El Tribunal Supremo hizo lo mismo. Tampoco hab¨ªa pruebas "firmes y s¨®lidas" de su inocencia. Que el Gobierno te perdone, sugiri¨®. El Tribunal Constitucional consinti¨®, no sin antes cerrar las puertas a la revisi¨®n del caso: que el Gobierno te perdone, Tommouhi. El Defensor del Pueblo se lav¨® las manos porque no puede opinar sobre asuntos judiciales y s¨®lo le pregunt¨® muy respetuosamente al Gobierno por qu¨¦ tardaba tanto el indulto. El Rey se lav¨® las manos porque reina: pero pas¨® la queja al Gobierno. La Generalitat se lav¨® las manos, porque no est¨¢ otro gesto entre sus competencias. Comida y alojamiento no le faltan a Tommouhi, apostill¨®, sin embargo. Borraz escrib¨ªa esto en noviembre de 2003. Y remataba: "As¨ª son posibles 12 higi¨¦nicos a?os de c¨¢rcel".
Las ¨²ltimas noticias del correo de Borraz oscilan entre el examen del caso que har¨¢ el Tribunal de Estrasburgo y la respuesta que reciba el diputado Pedret, que hab¨ªa preguntado al Gobierno, antes de que el Gobierno cambiara, por qu¨¦ tardaba tanto en conceder el indulto. ?Tanto!: casi cinco a?os desde que lo reclamara la Fiscal¨ªa. Casi 13 desde que entraron en la c¨¢rcel. Una tarde Mounib dijo a su abogado: "Acepto los errores, pero ?algo que dura tanto es un error?". Quiz¨¢ hablara de la muerte.
Tommouhi no conoce a Manuel Borraz. Nunca se han visto. Tal vez sepa algo de ¨¦l por sus abogados. Tal vez ni eso. Borraz tiene 43 a?os y es ingeniero. Vive en L'Hospitalet y trabaja en un peque?o taller familiar. No pertenece a nada. Es magn¨ªfico. A ning¨²n colectivo con prop¨®sitos humanitarios. Incluso debe de ser uno de los pocos barceloneses que no est¨¢n alistados en la Asociaci¨®n Protectora de Toros Ps¨ªquicos. Tal vez vaya al F¨°rum, a verlo, alg¨²n domingo por la ma?ana. Nunca le interes¨® particularmente el periodismo de sucesos ni las cuestiones judiciales. S¨®lo es que se fij¨® en los peri¨®dicos. Un d¨ªa. A la una menos veinte. Un hombre sobre otro hombre. Por nada. Por hombre. Borraz empez¨® a enviar cartas a ministros, fiscales, concejales, peri¨®dicos. En 2002 construy¨® la web sobre el caso www.geocities.com/eva_bobrow/Tommouhi.html, un claro, conciso y emocionante ejercicio de solidaridad.
Ya he dicho que Mounib muri¨® en prisi¨®n. Ahmed Tommouhi obtendr¨¢ este a?o el tercer grado y podr¨¢ salir. Llegar¨¢ antes el tercer grado que el indulto. Han pasado 13 a?os. No hay pruebas de que violara a nadie. Hay pruebas (milagrosamente obtenidas) de que no viol¨® a una de las v¨ªctimas por cuya agresi¨®n fue condenado. Trece a?os en la c¨¢rcel. Lo peor no es el error judicial. Lo peor es la burocracia indigna. El desprecio que atesora. Tommouhi dice que rechazar¨¢ cualquier indulto. Se comprende. Una cosa es morir y otra ser violado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.