El pasmo
En el interior del Palacio Municipal de Congresos, se espesa la ansiedad. Miradas, dedicatorias que se repiten en silencio, preguntas desesperadas: "?T¨² crees que esos me habr¨¢n votado?". Comenta Mar¨ªa Dolores Pradera que, incluso alguien con tanta veteran¨ªa como ella, siente la incertidumbre de ser candidata. Mientras, otros se afanan para que el espect¨¢culo no tenga huecos. Rellena asientos vac¨ªos Manolo Moreno, el m¨¢s hist¨®rico de los promocioneros espa?oles, que sit¨²a estrat¨¦gicamente a unos fans de base.
Sabiendo que Moreno est¨¢ a punto de abandonar su compa?¨ªa de toda la vida, ese gesto ejemplariza lo mejor de la industria musical, donde los profesionales defienden desesperadamente al fuerte ante el vendaval inclemente.
?Ofrecen soluciones los votantes de los premios de la m¨²sica ante la crisis feroz? Dan cal, arena y alguna materia imposible de clasificar. As¨ª, reconocen el esfuerzo de renovaci¨®n de Alejandro Sanz, con abundantes trofeos para No es lo mismo. Los votantes son sentimentales y celebran felices las historias redondas, de pel¨ªcula. Lo de Bebo Vald¨¦s y Diego El Cigala arrasa y pudo ser m¨¢s chocante: L¨¢grimas negras estuvo a un tris de entrar en la categor¨ªa de mejor disco de flamenco y, claro, hubiera triunfado igual que, ante el pasmo de los puristas, lo hace en el rinc¨®n del jazz.
Este cuerpo electoral ocasionalmente se escapa de lo previsible y distingue -?por dos veces!- a Medina Azahara o a un grupo tan ins¨®lito como Las Ni?as. El tr¨ªo sevillano supone una actualizaci¨®n del R. & B. afroamericano, enriquecido por la desverg¨¹enza de estas criaturas y la incorporaci¨®n ocasional de elementos del rap, incluyendo la carga cr¨ªtica.
Otro posible signo del cambio de los tiempos sucede a la hora de premiar la mejor canci¨®n en euskera. Kepa Junkera se libra del abucheo que el a?o pasado se ceb¨® con Ferm¨ªn Muguruza, aunque su parlamento siga l¨ªneas similares: la defensa de los medios escritos en euskera.
Los premios especiales vuelven a ser el mayor misterio. Las componendas rebajan el valor de los aciertos, que algunas veces tienen car¨¢cter de reparaci¨®n de injusticias. Mario Pacheco, alma mater de Nuevos Medios, sufri¨® alg¨²n escandaloso desaire por parte de los votantes y hoy es celebrado por la impecable trayectoria de su compa?¨ªa, sin la cual la m¨²sica espa?ola ser¨ªa infinitamente m¨¢s pobre.
Otro detalle menor: Mario es de los pocos triunfadores en recordar ("este premio tambi¨¦n va para Madrid") a las v¨ªctimas del horror del 11-M, a las que inicialmente se dedic¨® el acto.
Babelia
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