Para pensar en paz
El bullicio ideol¨®gico en este libro lo pone una izquierda crudamente derrotada en las ¨²ltimas elecciones pero armada de raz¨®n: y no dir¨¦ raz¨®n moral, porque los estilistas se enfadan, sino raz¨®n pol¨ªtica o quiz¨¢ raz¨®n poli¨¦tica. Y cito adrede el t¨ªtulo de ese otro libro estupendo y reciente de Francisco Fern¨¢ndez Buey (Losada, 2003) porque el extenso cuaderno de trabajo de Jorge Riechmann se instala en una corriente de pensamiento ind¨®cil, movilizada, culta e imaginativa, la mejor izquierda posible, aunque a veces sus lealtades acaben siendo casi rutinarias. Riechmann pertenece a lo que ¨¦l mismo califica en el libro de "izquierda ecopacifista" y, a menudo en forma de aluvi¨®n excesivo, presta en este volumen numeros¨ªsimos datos a lectores ignorantes (como yo mismo) de las cifras de los cultivos transg¨¦nicos, de los desequilibrios sociales, de las imp¨²dicas cifras de los pa¨ªses poderosos (como el nuestro). Son los argumentos que nutren una ideolog¨ªa de combate antes que una secuencia apretada de soluciones y con ellos ha dado en otros lugares una poes¨ªa con algo de Nicanor Parra y resultados francamente divertidos. Hall¨® una voz hace tiempo y la ha ido reinventando en libros recientes, como Muro con inscripciones o La estaci¨®n vac¨ªa, en los que trata de todo y a casi todo le pone humor sat¨ªrico y rotundidad, como en ese poema en el que se entra de espaldas, seg¨²n el t¨ªtulo: "?Qu¨¦ opina usted / de la posmodernidad? / -Me gusta / el caz¨®n en adobo. / Mi mujer es muy hermosa. / Soy comunista".
UNA MORADA EN EL AIRE. DIARIO DE TRABAJO
Jorge Riechmann
El Viejo Topo. Barcelona, 2004
439 p¨¢ginas. 20 euros
Los ¨²ltimos a?os han dejado
nuevas cicatrices en el planeta y en el autor, y de unas y de otras trata este cuaderno porque a menudo son las mismas, como la invasi¨®n de Irak y las trolas pesticidas en traje oscuro y solemnidad: vibra Riechmann y vibra el lector con los recortes de prensa que copia y con su propia voz. Lo original, sin embargo, no son tanto las llagas pol¨ªticas que registra entre agosto de 2002 y agosto de 2003 como la encrucijada que vence; se abre a la l¨ªrica metaf¨ªsica y laica de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez sin renunciar a Bertolt Brecht ni a Manuel Sacrist¨¢n, y es fiel a un mapa nominal congruente y s¨®lo a veces, ya lo he mencionado, demasiado previsible o reiterativo para lo que da de s¨ª un lector tan completo, inteligente y vivaz como Riechmann. Lee con atenci¨®n me temo que innecesaria al Saramago ide¨®logo y soporta insospechadamente bien la predicaci¨®n de Juan Goytisolo; se sabe de memoria los art¨ªculos de Noam Chomsky y, por supuesto, ha le¨ªdo con l¨¢piz el Lapidarium IV de Kapuscinski; se engancha a Oliverio Girondo o a Claudio Rodr¨ªguez, al gran Jos¨¦ Jim¨¦nez Lozano, a Lezama Lima o a Claudio Magris. La l¨ªrica y la imaginaci¨®n ense?an a rebajar el orgullo altivo de una izquierda demasiado segura tanto de sus derrotas como de su raz¨®n y quiz¨¢ ese mismo impulso propiamente literario podr¨ªa haber servido para podar aqu¨ª y all¨¢ algunos de sus materiales de trabajo.
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