El principio preventivo
Es muy probable que la mayor¨ªa de la gente nunca haya o¨ªdo hablar del "principio preventivo". Sin embargo, este t¨¦rmino relativamente nuevo es la idea m¨¢s radical sobre la relaci¨®n de la humanidad con el mundo natural que existe desde la Ilustraci¨®n europea del siglo XVIII. Sus posibles efectos se sienten ya en el mundo empresarial y en los pasillos oficiales, con tremendas repercusiones en nuestra manera de vivir el d¨ªa d¨ªa.
El mes pasado, un comit¨¦ del Congreso de Estados Unidos hizo p¨²blicos unos correos electr¨®nicos intercambiados entre funcionarios de la Casa Blanca, el sector qu¨ªmico estadounidense y altos funcionarios europeos, sobre las nuevas normas de la Uni¨®n Europea a prop¨®sito de la liberaci¨®n de sustancias qu¨ªmicas en el medio ambiente. La correspondencia revel¨® un enconado debate en la trastienda, entre Estados Unidos y Europa, sobre el futuro de la investigaci¨®n cient¨ªfica, la innovaci¨®n tecnol¨®gica y los riesgos empresariales.
El motivo es la nueva directiva propuesta por la UE, que obligar¨ªa a las compa?¨ªas a demostrar que los productos qu¨ªmicos introducidos en el mercado son seguros antes de obtener el permiso para comercializarlos. Las leyes existentes en la UE y Estados Unidos, y, de hecho, en todos los dem¨¢s pa¨ªses del mundo, permiten presentar casi todos los productos qu¨ªmicos sin que la empresa ofrezca garant¨ªas previas de su seguridad. El resultado es que el 99% de los que se venden en Europa no se somete con anterioridad a ning¨²n proceso para comprobar sus efectos sobre el medio ambiente ni la salud. Y lo mismo ocurre con el resto del mundo industrializado.
De acuerdo con las nuevas normas propuestas por la UE, las empresas estar¨ªan obligadas a inscribir y comprobar la seguridad de m¨¢s de 30.000 productos qu¨ªmicos, con un coste que se calcula en casi 6.000 millones de euros para el sector qu¨ªmico y los fabricantes que utilizan sustancias qu¨ªmicas en sus productos. La nueva norma propuesta se llama REACH: Regulations, Evolution and Authorization of Chemicals (Normativas, evoluci¨®n y autorizaci¨®n de sustancias qu¨ªmicas). La comisaria de Medio Ambiente de la UE, Margot Wallstrom, destaca que "las autoridades p¨²blicas ya no necesitan probar que son peligrosos. Ahora, la carga de la prueba recae sobre la industria", que tiene que demostrar que sus productos son seguros.
El sector qu¨ªmico estadounidense est¨¢ furioso con las nuevas normativas. Estados Unidos dice que las normas de la UE amenazan la exportaci¨®n de productos qu¨ªmicos por valor de m¨¢s de 20.000 millones de d¨®lares, que Estados Unidos vende a Europa cada a?o. El secretario adjunto de Comercio, Bill Lasch, advierte que "REACH podr¨ªa poner en peligro cientos de miles de puestos de trabajo. No s¨®lo en el sector qu¨ªmico, sino en todos los sectores, desde el autom¨®vil hasta el textil". En los ¨²ltimos meses, seg¨²n la correspondencia entre la Casa Blanca y el Departamento de Estado hecha p¨²blica, el Gobierno de Estados Unidos, en colaboraci¨®n con la industria qu¨ªmica estadounidense, ha ejercido una presi¨®n sin precedentes sobre los Gobiernos europeos para detener la normativa qu¨ªmica propuesta por la UE. Ha intervenido incluso el secretario de Estado, Colin Powell. Lo que est¨¢ en juego sobrepasa, con mucho, el sector qu¨ªmico. La UE intenta establecer una forma completamente nueva de abordar la ciencia y la tecnolog¨ªa, basada en el principio del desarrollo sostenible y la gesti¨®n global del medio ambiente terrestre.
En noviembre de 2002, la Comisi¨®n Europea aprob¨® un documento sobre el uso de lo que denomina el "principio preventivo" en la regulaci¨®n de las innovaciones cient¨ªficas y tecnol¨®gicas y la introducci¨®n de productos nuevos en el mercado. El objetivo del principio preventivo es permitir que las autoridades reaccionen, tanto de antemano como cuando ya existe da?o, con un l¨ªmite de certeza cient¨ªfica inferior al que se sol¨ªa aplicar hasta ahora. La "certeza cient¨ªfica" ha quedado atenuada mediante el concepto de "motivos razonables de preocupaci¨®n". El principio preventivo da al Gobierno la flexibilidad y la capacidad de maniobra necesarias para reaccionar cuando ocurren las cosas, antes de tiempo o en cuanto suceden, de forma que sea posible prevenir o reducir las consecuencias negativas mientras se analizan y eval¨²an las presuntas causas del da?o.
Los partidarios del principio preventivo afirman que, si se hubiera recurrido a ¨¦l en el pasado, se podr¨ªan haber evitado -o, al menos, mitigado- muchos de los efectos negativos de los nuevos avances cient¨ªficos y tecnol¨®gicos, y mencionan la introducci¨®n de los halocarbonos y el agujero en la capa de ozono de la Tierra, el brote de encefalopat¨ªa espongiforme en el ganado, el n¨²mero creciente de bacterias resistentes a los antibi¨®ticos debido al exceso de medicaci¨®n de los animales de granja, y las numerosas muertes causadas por el asbesto, el benceno y los PCB.
El principio preventivo expone la diferencia fundamental entre Europa y Estados Unidos en cuanto a la percepci¨®n del riesgo. En Europa, los intelectuales debaten cada vez m¨¢s sobre la gran transici¨®n desde una era en la que se corr¨ªan riesgos a una era de prevenci¨®n. Es un debate que pr¨¢cticamente no existe entre los intelectuales estadounidenses. Los nuevos intelectuales europeos aseguran que el punto d¨¦bil de los riesgos es la vulnerabilidad. Si los individuos y la sociedad en su conjunto consideran que correr riesgos tiene m¨¢s ventajas que inconvenientes, son "intr¨¦pidos". Los estadounidenses son intr¨¦pidos. Los europeos, en cambio, son mucho m¨¢s prudentes ante el riesgo. Esta actitud procede, en gran parte, de una historia accidentada, en la que el hecho de correr riesgos ha tenido importantes consecuencias negativas para la sociedad y la posteridad.
El cambio cualitativo del ¨²ltimo medio siglo, desde las bombas at¨®micas de Hiroshima y Nagasaki, es que ahora los riesgos de cualquier tipo son de dimensi¨®n mundial, duraci¨®n indefinida y consecuencias incalculables, y no ofrecen compensaciones. Entre las nuevas amenazas provocadas por el ser humano est¨¢n la lluvia ¨¢cida, el agujero de la capa de ozono, la difusi¨®n de virus virtuales y biol¨®gicos, el calentamiento global y la extinci¨®n de especies. Tienen un impacto universal, lo cual significa que nadie puede librarse de sus posibles efectos. Los riesgos se han democratizado, verdaderamente, porque todo el mundo es vulnerable. Y, cuando todo el mundo es vulnerable y se puede perder todo, los conceptos tradicionales de c¨¢lculo y reparto de riesgos pierden pr¨¢cticamente su sentido. Esto es lo que los intelectuales europeos llaman una sociedad de riesgo.
La Uni¨®n Europea conf¨ªa en que, al incorporar el principio preventivo a los tratados internacionales y acuerdos multilaterales, se convierta en un criterio indiscutible al que recurran los Gobiernos para supervisar y regular la ciencia y la tecnolog¨ªa en todo el mundo. Aunque Estados Unidos ha integrado ciertos aspectos del principio preventivo en algunas de sus normas medioambientales, en general, el punto de vista y los criterios estadounidenses son mucho menos estrictos que los de la UE, aunque, sin duda, mejores que los de muchos otros pa¨ªses.
Estados Unidos considera que el nuevo r¨¦gimen normativo de Europa, m¨¢s estricto, es una soga en el cuello de las exportaciones estadounidenses, y est¨¢ decidido a impedir que el principio preventivo se convierta en norma inapelable para todo el mundo. El Consejo Nacional de Comercio Exterior de Estados Unidos es el que mejor ha expresado la inquietud del Gobierno y la industria de su pa¨ªs ante las posibles repercusiones del principio preventivo. Ha dicho que el recurso de la UE a este principio "impide, en la pr¨¢ctica, todas las exportaciones de productos considerados peligrosos procedentes de Estados Unidos y otros pa¨ªses ajenos a la UE, y ahoga la innovaci¨®n y los avances cient¨ªficos e industriales".
El principio preventivo contradice por completo las ideas tradicionales de la Ilustraci¨®n sobre la ciencia. Al fin y al cabo, los riesgos constituyen la base de la ciencia moderna. Intentar poner l¨ªmites o restricciones a los avances cient¨ªficos y la introducci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas, hasta conocer con m¨¢s seguridad sus posibles repercusiones sobre el medio ambiente y la salud p¨²blica, es un cambio extraordinario en la pol¨ªtica de vigilancia. Algunos cient¨ªficos dicen que el principio preventivo equivale a aplastar el esp¨ªritu cient¨ªfico y nuestra noci¨®n de progreso.
Los defensores del principio preventivo explican que la enorme dimensi¨®n de las intervenciones cient¨ªficas y tecnol¨®gicas actuales deben tener forzosamente repercusiones importantes y duraderas en el resto de la naturaleza, y que esas repercusiones pueden llegar a ser catastr¨®ficas e irreversibles. De hecho, el principio preventivo afirma que, como lo que est¨¢ en juego es tanto, tenemos que sopesar incluso los resultados m¨¢s espectaculares con la perspectiva de consecuencias todav¨ªa m¨¢s destructivas. La vieja ciencia de la Ilustraci¨®n es demasiado primitiva y principiante para enfrentarse a un mundo en el que el umbral de riesgo est¨¢ ya casi en la posible extinci¨®n. Cuando todo el mundo est¨¢ en peligro por el alcance de la intervenci¨®n humana, se necesita un nuevo enfoque cient¨ªfico que tenga en cuenta el mundo entero. En esa l¨®gica se basa el principio preventivo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.