El imperio, al desnudo
LA EXTEMPOR?NEA reacci¨®n de este or¨¢culo del neoconservadurismo que es The Wall Street Journal, comparando a Zapatero con Franco, da la idea de c¨®mo ciertos sectores pol¨ªticos americanos entienden la relaci¨®n con sus aliados: "Siempre podr¨¢s ver un bigote a tu lado". Como muy bien intuy¨® Aznar, ¨¦sta es la ¨²nica respuesta que se espera de un pa¨ªs como Espa?a. Lo que The Wall Street Journal no dice es que, pese al antiamericanismo p¨²blico y notorio de Franco, los Gobiernos americanos no tuvieron ning¨²n escr¨²pulo en darle un apoyo que fue determinante para que la dictadura durara tantos a?os. El peri¨®dico americano insin¨²a que Zapatero tiene un deber de agradecimiento por las ayudas recibidas por Espa?a durante la transici¨®n. Puestos en este plano, quiz¨¢ tendr¨ªamos derecho a pedir a Estados Unidos una indemnizaci¨®n por los da?os causados a Espa?a con su asistencia permanente a la dictadura franquista.
Alguien ten¨ªa que dar el primer paso. Quiz¨¢ era necesaria la frescura de un novato como Zapatero. Pero se equivocan los que piensen que es un gesto aislacionista. Al contrario, es un gesto que retrotrae la cuesti¨®n de Irak al punto de partida, que puede provocar reacciones en cadena y que suma a favor de los que piensan que las cosas deben hacerse de otra manera. Adem¨¢s llega en el peor momento para Bush y su gente: en plena campa?a electoral, cuando los libros de Bob Woodward y de Richard Clarke est¨¢n evidenciando las contradicciones en la c¨²pula del poder.
Aunque se habla mucho de nuevas guerras, las inercias intelectuales hacen que todav¨ªa se siga pensando la victoria en t¨¦rminos de ocupaci¨®n militar. Pero la victoria y la derrota hoy est¨¢n en las mentes m¨¢s que en el campo de batalla. Como dice el profesor Jeremy Black, "la guerra es un proceso cultural centrado en la imposici¨®n de la voluntad". Estados Unidos quiso creer y hacer creer que hab¨ªa ganado la guerra de Irak porque hab¨ªa ocupado el pa¨ªs. Pero las guerras s¨®lo se ganan cuando la parte perdedora se da por derrotada. Y hasta que esto ocurre puede pasar un largo periodo de f¨¦rrea resistencia y de onerosa ocupaci¨®n.
Para blanquear los errores acumulados por el t¨¢ndem Bush-Blair se dice ahora que no hay que mirar al pasado, que lo importante es conseguir la estabilidad de Irak. Las razones de esta guerra no son ajenas a la situaci¨®n actual. Estados Unidos present¨® la ocupaci¨®n como una guerra contra el terrorismo. Era falso. El terrorismo estaba en otras partes. Entre ellas, en un Afganist¨¢n, donde probablemente todav¨ªa vive Bin Laden, que sospechosamente se ha dejado en segundo plano para concentrar atenci¨®n, fuerzas y prioridades en Irak. Si el enemigo es Al Qaeda, ?por qu¨¦ no se ha dado prioridad a la limpieza de su santuario?
El motivo principal de la invasi¨®n de Irak era ofrecer al mundo una demostraci¨®n del poder americano atacando un objetivo f¨¢cil, un ej¨¦rcito deteriorado por dos guerras y un bloqueo, desmotivado y corrupto. ?Hab¨ªa alg¨²n inter¨¦s por parte de Espa?a de colaborar en esta operaci¨®n? No. La promesa de Zapatero viene precisamente del momento en que Aznar decidi¨® entrar en guerra.
La importancia de la retirada de las tropas es que pone en evidencia todo el castillo b¨¦lico montado. Una vez alguien ha se?alado con el dedo el centro del problema, otros pueden seguir el mismo camino. La obligaci¨®n de Espa?a es colaborar en la lucha contra el terrorismo, no en la construcci¨®n de una hegemon¨ªa fundada en la fuerza militar de una naci¨®n concreta, aunque sea amiga.
El hecho de que Espa?a rechace esta l¨®gica es ya de por s¨ª una prueba de la debilidad de los que la promueven. Por eso ha irritado tanto a la Administraci¨®n americana y sus ide¨®logos. La decisi¨®n de Zapatero pone en evidencia que el imperio est¨¢ m¨¢s desnudo de lo que parece. Se atribuye a Kissinger esta frase: "Nunca habr¨ªa ido a la guerra de Irak sin Francia y Alemania". Cuando no se es capaz de demostrar el inter¨¦s general de una operaci¨®n es dif¨ªcil conseguir aliados.
Estados Unidos se ha metido en una estrategia equivocada y ahora necesita ayuda. Pero es dif¨ªcil lograrla con la desconfianza que genera la comprobaci¨®n de que los argumentos eran falsos: las armas de destrucci¨®n masiva no est¨¢n y el terrorismo ha llegado por la puerta que la guerra ha abierto. Ahora, EE UU quiere a toda costa hacer un simulacro de entrega del poder a los iraqu¨ªes en junio. Tal como est¨¢n las cosas, ?qu¨¦ entregar¨¢n? ?A qui¨¦n lo entregar¨¢n?
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