Es la geopol¨ªtica
LAS ESPERADAS previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), incorporadas en su World Economic Outlook publicado con ocasi¨®n de las reuniones de primavera, han confirmado los mejores presagios acerca de las posibilidades de crecimiento de la econom¨ªa mundial, en este y el pr¨®ximo a?o, del 4,5% y 4,4%, respectivamente, frente al 3,9% de 2003. A la definici¨®n de ese favorable horizonte contribuir¨¢ el crecimiento de todos los bloques econ¨®micos, incluidos los pa¨ªses menos desarrollados, aunque de forma desigual. El comercio mundial lo har¨¢ de forma significativa, dada la excepcional debilidad en que se ha mantenido en los ¨²ltimos a?os, no menos del 6,6% en ambos a?os, en contraste con el 4,5% del a?o pasado. La inflaci¨®n de las econom¨ªas avanzadas (medida por los precios al consumo) no llegar¨¢ en ninguno de estos a?os al 2%. Todo ello contando, al menos en este a?o, con la activa complicidad de unos mercados financieros que parecen haber olvidado los peores tragos del comienzo de la d¨¦cada.
Espa?a volver¨¢ a distanciarse favorablemente del 1,7% del crecimiento medio de la zona euro, alcanzando el 2,8% y el 3,3% en este y el pr¨®ximo a?o, mientras que las tres econom¨ªas principales no pasar¨¢n del 2%
La evoluci¨®n del precio de las materias primas, y de forma muy particular el del crudo, se presenta como una de las principales amenazas a la satisfacci¨®n de un escenario tal. La inquietud es tanto mayor cuanto que el 40% de la producci¨®n tiene lugar en una zona del planeta muy lejos de la estabilidad pol¨ªtica. Y ¨¦ste es otro de los factores menos intensamente subrayado por el FMI, pero no por ello poco relevante para que pueda garantizarse ese horizonte de crecimiento global. Bajo la gen¨¦rica caracterizaci¨®n de "riesgos geopol¨ªticos" se agrupan hoy amenazas de diversa naturaleza (desde los imprevisibles ataques terroristas hasta el deterioro de la situaci¨®n en Irak, sin olvidar las consecuencias del conflicto en Oriente Pr¨®ximo), de dif¨ªcil especificaci¨®n cuantitativa. Con independencia del l¨®gico aumento de la aversi¨®n al riesgo, el recrudecimiento de esas tensiones puede limitar el normal funcionamiento de las relaciones multilaterales, y muy particularmente la armon¨ªa en el seno del Grupo de los Siete, esenciales para que la esperada restauraci¨®n de los flujos comerciales y financieros internacionales ejerza su esperada contribuci¨®n al crecimiento econ¨®mico mundial.
El otro conjunto de inquietudes deriva de la forma en que esa expansi¨®n mundial est¨¢ siendo alimentada. Es una vez m¨¢s la econom¨ªa americana la que act¨²a de principal locomotora del mundo, como manifiesta su extraordinario d¨¦ficit exterior. Pero, a diferencia de lo que ocurri¨® en los noventa, ese impulso ha estado en gran medida determinado por una expansi¨®n fiscal determinante de un deterioro del d¨¦ficit p¨²blico sin precedentes. La necesaria correcci¨®n de ambos desequilibrios es un ejercicio no exento de efectos secundarios, dentro y fuera de EE UU. La experiencia nos dice que el ajuste de los mismos, aun cuando sea relativamente ordenado, estar¨¢ acompa?ado de elevaciones de tipos de inter¨¦s, intensificaci¨®n de la volatilidad de los tipos de cambio y reducci¨®n del ritmo de crecimiento econ¨®mico. El impacto de esos efectos, dentro y fuera de la econom¨ªa estadounidense, depender¨¢ de la compensaci¨®n que pueda llegar a ejercer el crecimiento de las otras econom¨ªas avanzadas. Si el final de la convalecencia de Jap¨®n es un hecho asumido en las previsiones del FMI, aunque con algunos reparos (se prev¨¦ una tasa de crecimiento del 3,4% en 2004, para caer al 1,9% en 2005), no ocurre otro tanto con las tres econom¨ªas m¨¢s importantes de la zona euro, que crecer¨¢n en 2004 por debajo del 2%; la cuarta, Espa?a, volver¨¢ a distanciarse favorablemente del 1,7% del crecimiento medio de la zona, alcanzando un 2,8% y 3,3% en este y el pr¨®ximo a?o, respectivamente.
Reducir las probabilidades de que esas amenazas se concreten no s¨®lo exige prudencia y coordinaci¨®n en la orientaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas de los grandes, sino, lo que sin duda hoy es m¨¢s importante, una decidida voluntad de eliminar los muy singulares riesgos geopol¨ªticos, de m¨¢s complicada gesti¨®n.
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