A desgubernamentalizar
Estamos ante "el principio del fin de la televisi¨®n de partido, en el camino hacia una televisi¨®n p¨²blica independiente y de calidad", seg¨²n la vicepresidenta primera del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega. Habr¨¢ que subrayar en rojo ese compromiso, y record¨¢rselo al Gobierno las veces que haga falta, porque la reforma del modelo de radiotelevisi¨®n p¨²blica que se pone en marcha es de gran calado. Lo que est¨¢ en juego es la voluntad de desarrollar un modelo que justifique su financiaci¨®n p¨²blica.
El nombramiento en su primer Consejo de Ministros de una persona independiente, la catedr¨¢tica Carmen Caffarel, como directora general de RTVE tiene car¨¢cter provisional; permanecer¨¢ en el cargo hasta que se elija un director o directora de acuerdo con los criterios que establezca el nuevo Estatuto de RTVE, aprobado siguiendo las propuestas del comit¨¦ de expertos que tambi¨¦n design¨® el Gobierno el viernes, y que presidir¨¢ Emilio Lled¨®.
Se trata, por tanto, de poner en marcha un mecanismo de cambio del modelo, seg¨²n las pautas recogidas en el programa electoral del PSOE. El modelo actual ha acabado por incorporar lo peor de los sistemas existentes en otros pa¨ªses. Por una parte, su definici¨®n como servicio p¨²blico le lleva a tener que realizar actividades no rentables, lo que compensa compitiendo con las privadas en terrenos impropios, sin desde?ar la telebasura. Por otra, el sistema de elecci¨®n de su director general y del Consejo de Administraci¨®n favorece la utilizaci¨®n de ese servicio p¨²blico como instrumento al servicio del Gobierno en plaza. El resultado ha sido la p¨¦rdida de credibilidad informativa, la degradaci¨®n de los contenidos, el endeudamiento descomunal (de 6.600 millones de euros) y la doble financiaci¨®n, con efectos distorsionadores del mercado.
No se trata de juicios subjetivos. Hay sentencias de la Audiencia Nacional, resoluciones de la Comisi¨®n Europea y hasta votaciones del Parlamento Europeo que avalan esas acusaciones. Esos males se potencian entre s¨ª. Por ejemplo, el sectarismo progubernamental lleva a que cada vez que hay cambio de Gobierno (o incluso de pol¨ªtica gubernamental) se cambie el organigrama de RTVE de arriba abajo, lo que en la pr¨¢ctica supone aumento de los costes salariales, relativizaci¨®n de los criterios profesionales, infrautilizaci¨®n del personal, desmoralizaci¨®n interna... y creaci¨®n de condiciones para que el ciclo se reproduzca indefinidamente.
Todo ello es tan conocido que, desde hace a?os, la propuesta de cambiar las cosas forma parte de los programas de casi todos los partidos. Esas promesas son olvidadas en cuanto el partido que las hace llega al Gobierno, ya sea el central o alguno de los auton¨®micos con televisi¨®n propia. El control de este medio ha llegado a ser considerado una prima concedida al vencedor.
?Hay alguna posibilidad de que ahora no ocurra lo mismo? De momento, Zapatero ha cumplido su compromiso de nombrar una directora independiente. Algo que de entrada tambi¨¦n hizo Aznar, aunque enseguida rectific¨®, y con la diferencia de que ahora no se trata s¨®lo de poner orden en las cuentas y, por otra parte, de que el nombramiento es transitorio: en nueve meses el comit¨¦ de expertos deber¨¢ tener lista una propuesta de nuevo Estatuto de RTVE que incluya un procedimiento de elecci¨®n parlamentaria, por mayor¨ªa cualificada, del director general. Si la propuesta recoge lo planteado en el programa electoral del PSOE, el mandato no coincidir¨¢ con la legislatura, para acentuar su desvinculaci¨®n con los vaivenes de la pol¨ªtica. Todo ello requerir¨¢ un esfuerzo de consenso, que sin duda se ver¨¢ favorecido por la actitud que en los pr¨®ximos meses acredite la sinceridad del compromiso de desgubernamentalizaci¨®n de la televisi¨®n p¨²blica: para ello, bastar¨¢ con ver los telediarios.
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